Coctelera

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¿Qué hay, don Magino? ¿Se mueve la cosa o no se mueve? Creo que sí, que se mueve como cada año para las Navidades, por más difícil que se presente la situación. Lo que pasa es que en esta época está el gritón al pecho y los «fajadores» más agresivos que nunca antes en el período que finaliza. Maginito, anoche tuve un sueño y eso que ni comí ni cené los alimentos prescritos al amigo Tomás Hernández Alberto para que viera sus cositas. En ese sueño, viejo verde, vi a los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y de la Policía que se preparaban para entrar a la discoteca aquella, a tomarse unos traguitos y a botar el golpe. Una jodida bocina de un colmadón me despertó y no pude ver, por tanto, si los agresivos porteros los detuvieron con el alegato de que el Jackie Robinson de ese centro no había nacido todavía. ¿Usted que cree, los dejaron entrar o los detuvieron? Y si entraron, ¿habrá aparecido algún boludo que los sacara a la cañona como se ha hecho en otras ocasiones con algunos infelices? Dígame lo que pasó. No sea malito….Le voy a hacer un cuento y no chino. En una ocasión, hace más años que el carajo desde luego, el Perínclito de San Cristóbal se presentó a una ciudad sureña que no quería saber mucho de los negros. Esa ciudad, sin embargo, ofreció un baile al hombre-fuerte, que no era precisamente blanquito, y comenzaron a chulearlo en formas. El dictador acudió a un baile y allí, vainero como era, pidió a uno de sus oficiales de piel más oscura que sacara a bailar a quien considerara la dama más encopetada que se encontrara en el salón. Ante la alarma de muchos puritanos, el oficial sacó a bailar a la dama blanca y lo hizo en forma muy correcta. Trujillo rió a mandíbula batiente y pocos meses después repitió la escena en otra ciudad medio racista, en el norte del país. Pero allí fue más lejos y como se hicieron veladas críticas a la negritud que acompañaba al dictador, éste les dejó un regalito: designó un gobernador provincial de «negro retinto», como se solía decir. Para que afincaran…..¿Que es falso eso de que venderán el Escogido Béisbol Club? ¿Y quién va a comprar esa vaina? A lo mejor se puede coger un numerito si deciden rifarlo….Maginito, para que sazone al gusto: el ají cubanela se vendía ayer a RD$62.95 la libra en un establecimiento comercial. Y no me venga con la pendejada esa de la especulación. Lo compra o lo deja. O nombra una Comisión de Defensa del Ají. Eso sí, como no es ají caribe, no ponga al frente de esa comisión a un guardia que pique….Dice Mario Melvin Soto, el otrora brillantísimo lanzador dominicano de Cincinnati, que una jeva hacía cerebro con él y que la fantasía de la muchacha era sostener relaciones sexuales (prefiero eso a decir hacer el amor) sobre la colina central de un parque beisbolero. ¿Habrá sido todo fantasía? No, por nada, pero como a Mario, en una ocasión, le soplaron cuatro jonrones en una misma entrada….Excelente, Maginito, el proyecto de ley preparado por el diputado Juan de los Santos, peledeísta que libera del pago de impuestos de todas clases la importación de libros de los mismos en el país. Eso pondría punto final al discrimen, pues es ilógico que los editores dominicanos no puedan competir con sus colegas extranjeros, todo por la voracidad fiscalista….Vale recordar, don Maginito, que durante la Segunda Guerra Mundial, la de Corea y la de Vietnam, estrellas del cine norteamericano viajaban a los campos lejanos para entretener a sus soldados. Fue así como Bob Hope, Bing Crosby, John Wayne, Jane Russell, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Betty Grable, Alice Faye, y muchas otras figuras, acudieron a llevar un poco de diversión a sus muchachos. Ahora se habla, viejo Magino, de que populares figuras dominicanas podrían viajar a Irak para entretener y saludar a los militares dominicanos enviados a ayudar a «reconstruir» no se qué carajo. La idea es producto de buenas intenciones, pero mucho mejor sería traer a todos los soldados dominicanos de regreso a su país y ofrecerle un gran espectáculo de bienvenida en cualesquiera de las instalaciones que se usan para esas vainas. Y eso sí, que jamás un militar dominicano tenga que viajar a una guerra que no es la suya. ¿O es qué vamos a seguir convirtiéndonos en `mercenarios`, como se convirtieron los hondureños, los nicaragüenses, los paraguayos, los brasileños y los costarricenses que le hicieron el juego a Estados Unidos en 1965, cuando brutalmente hollaron el suelo quisqueyano?

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