Hoy 
Mi querido Magino, cuando usted escucha un grito del doctor Héctor Mateo Martínez pidiendo al gobierno que no permita el naufragio del Instituto Dominicano de Cardiología, es porque la situación económica de esa institución es bien seria. El Instituto presta servicios a la población más pobre del país y el doctor Mateo Martínez afirma que se sostiene, en gran medida, por la cuota de recuperación que pagan los pacientes.
El Instituto tiene 44 años de servicios y cuenta con dos de las cinco plantas programadas originalmente. No se puede ocultar el concurso prestado por el entonces presidente Joaquín Balaguer para la construcción de esos dos pisos en Los Ríos. Estoy seguro, caro Magino, de que el gobierno del doctor Leonel Fernández no permitirá el colapso del Instituto donde salvan tantas vidas de dominicanos .
El padre le pregunta al hijo pequeño qué le gustaría ser cuando se convierta en adulto. Y la cría le responde que dueño de una ARS para no tener problemas de ningún tipo. Farmacia Mella
El presidente de la Asociación de Hacendados y Agricultores, el ganadero Cesáreo Contreras, nos transmite una noticia cargada de optimismo: los alimentos subirán de precios porque el gobierno carece de recursos suficientes para subsidiar la producción agropecuaria. Y como quien no quiere la cosuanita, suelta la perla de que la leche elevará su valor si el gobierno no aumenta a seis pesos el subsidio que se entrega a los ganaderos.
Tenemos entendido que, desde enero último, el gobierno subsidia con tres cocos cada litro de leche producido. Mire, don Magino, se comprende que determinadas áreas agropecuarias aspiren que se subsidie a los productores, pero me luce que esos subsidios no pueden reclamarse con un cañón para dispararle a cuanto se mueva. Don Cesáreo quiere que el campo sea declarado una zona franca. Es decir, viejo fiestero, una rumba abierta para baile
Magino, es muy interesante el proyecto para convertir el Banco Agrícola en un banco de segundo piso. Un plan anunciado por el presidente Fernández para convertir el Bagrícola en una especie de banco de fomento sigue en marcha. El administrador del Bagrícola, Paíno Abreu Collado, anunció que se recabará la autorizaciòn del jefe del Estado para vender el viejo edificio del Bagrícola, en la George Washington, que tiene un solar de 18,000 metros cuadrados, un filete para el turismo. El banco adquiriría un local más pequeño y también vendería fincas que tiene en el país, para recapitalizarse.
Todas esas operaciones tienen que ser aprobadas por el Congreso. Ese banco de segundo piso ayudaría notablemente a la agropecuaria, pues sabido es que, por múltiples riesgos, a la banca comercial no le gustan mucho los negocios con la gente del campo.
