Coctelera

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Buenas, Magino. Comenzamos hoy otra semanita laboral que promete ser de lo más qué sé yo, muy especialmente por la proximidad de las fiestas llamadas navideñas, con teleras y todo. Usted verá, viejito vagabundón, que los criollos tirarán la casa por la ventana y, como siempre, a lamentar al comenzar el año próximo. Hay que divertirse.[tend]No todo puede ser sufrimiento. Goce con moderación, pues, y grite menos, pues los gritos conllevan consumo de calorías y los nutrientes no están muy baratitos que digamos. Para comenzar la semana, viejito vagabundón, tenemos que los yankees afirman haberle echado al guante a Saddam Hussein, el antiguo dictador de Irak, tan pusilánime a la hora de recoger los bates, que se dejó atrapar como cualquier pendejo, para que Mister Bush se anotara esa pata y siguiera hablando de lo lindo, con pavo plástico y todo. Hipólito hubiera dicho que lo agarraron por el pichirrí. Y por aquí, ni modo, aplazada la convención perredeísta para el 21 próximo. Por cierto, Magino, me llama mucho la atención eso de que la comisión organizadora accediera a aplazar la cosuanita por que faltan asuntos técnicos. ¿Se dio cuenta de éso la comisión, de oficio, o tuvieron que advertirlo los candidatos o aspirantes a candidatos Fello Suberví, Milagros Ortiz Bosch y Enmanuel Esquea Guerrero? Como que está fuerte eso de que el cardenal Nicolás de Jesús aparezca en el padrón perredeísta así como también Donald Reid, Quique Antún y el Bacho. Revisen bien su vaina, para que no vaya a figurar allí Michael Jackson por un lado e Isadora Duncan por el otro….Caro Magino, le pedí permiso a Tomás Hernández Alberto para tener un sueño. Lo conseguí. Cené ligerito, con buenos vinos españoles y un «frangélico» a manera de digestivo, pues me fascinan las avellanas. Soñé a colores, con sonido estereofónico y en pantalla ancha. Imagínese usted, viejo carajete, que en mi sueño ví a un subsecretario de Estado de Relaciones Exteriores de la República Dominicana hablando en una sesión conjunta del Congreso de los Estados Unidos de América, convocado para que escuchara el verbo flamígero del funcionario caribeño de segunda categoría. Nuestro compatriota, después de saludar a Dick Cheney en el Congreso en cuestión, expresó a los legisladores norteamericanos la conveniencia de dejar en manos de los iraquíes la solución de sus problemas, saliendo, de inmediato, del territorio ocupado, pidiendo perdón por no haber encontrado armas de destrucción masiva allí y prometiendo cuanto concurso fuere necesario para una auténtica reconstrucción de las zonas afectadas por una guerra declarada unilateralmente….Nuestro funcionario se refirió, con lenguaje claro, preciso, incisivo, canino y molar al mismo tiempo, a la cuestión electoral y dijo a los congresistas estadounidenses que el continente, con República Dominicana a la cabeza, desea que la patria de Lincoln, Jefferson y Washington efectúe unas elecciones transparentes, libres y diáfanas, de las cuales emerja un gobierno puro, muy especialmente en el sureño Estado de La Florida, donde parece que una especie de mafia se aposenta para joder la pista….El funcionario criollito se refirió a las dificultades económicas que se confrontan hoy en día y manifestó que América Latina está presta a socorrer a los Estados Unidos aportándole una fuerza de trabajo conformada por cien mil desempleados de cada país de esta zona geográfica del mundo, brazos muy necesarios para que emprendan labores de verdadera reconstrucción de la economía norteamericana. Al mismo tiempo, en retribución por ese servicio, Estados Unidos condonaría, en el caso dominicano, y como propone el senador José Tomás Pérez, del PLD, una deuda externa que oscilaría entre dos y tres mil millones de dólares. ¡Vaya con la diferencia!…..Maginito, el discurso estuvo de lo más que se yo. Agradable siempre. Tremendo aplauso el que se le ofreció a nuestro compatriota, pues había dicho muchas verdades. Pero observamos que el presidente de la sesión conjunta hizo una seña a dos grandotes guardaespaldas que se encontraban en el salón y estos se dirigieron al podium donde aún permanecía el dominicanito. Lo cargaron y se prepararon para tirarlo al público, «por los aires». Pero…..¡Tremendo estrépito el que escuché en el sueño. Abrí los ojos. Era la planta de una gran industria la que se había encendido. Se había ido la luz que suministra la CDEEE. Lamenté no ver en que finalizaba la vaina en Washington. Comenté el asunto con mi mujer y ella, compasiva y sonriendo me dijo: «Alégrate de no haber visto el final, pues entre el orador y ese público la relación es la de la nalga y el foete. Si hubiéramos estado en Cuba, al menos hubiera sido entre el foete y la dignidad!

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