Pedro Morales Troncoso se fajó, de campana a campana, con un terrible cáncer que le azotó durante largo tiempo. No tuvo temor de enfrentarse al mal con varias intervenciones quirúrgicas, manteniendo un extraordinario estado de ánimo. Se reponía y (hacia la pista de nuevo! Vivió la vida con intensidad y con intensidad la amaba. Joven aún, pues solo contaba 66 años, la enfermedad letal, finalmente, le venció. Peter Morales Troncoso, para muchas cosas, era un muchacho grande, bien intencionado y siempre presto a luchar por su ciudad capital. Era un munícipe responsable y consciente. Fue un excelente director de Bellas Artes sin ser especialista en el ramo y en Turismo efectuó un excelente trabajo. Político a tiempo completo, supo cultivar amistades y fue cordial y amable en grado extremo. Su muerte, ocurrida ayer, es muy lamentada en distintas esferas de la vida dominicana. Paz a los restos del buen amigo que se marcha y nuestro más sentido pésame a sus seres queridos, especialmente a su esposa Altagracia, a sus hijos y a su hermano Carlos…. Magino, tenemos que el secretario Técnico de la Presidencia, licenciado Carlos Despradel, afirma que el juicio a los responsables de la quiebra de Baninter estremecerá las bases de la sociedad. )No será, acaso, que estremecerá el home? Las bases fueron estremecidas –y encarnecidas– hace mucho tiempo. Por cierto, Maginito, Carlos Despradel, de un tiempecito a esta parte, usa un lenguaje de apaga y vámonos. )Será contagio? No, por nada….Un banquero amigo me dijo ayer que la prima del dólar había descendido a RD$36.50, pero que la moneda norteamericana «escaseaba». Eso me recordó un viejo cuento. A una zapatería en La Habana llega un señor y pide un par de zapatos. Le preguntan el tipo, si los desea tipo corriente o mocasines. El cliente dice que mocasines y lo hacen pasar a otro salón. Allí le inquieren si desea los mocasines lisos o con adornitos. Asegura que lisos. Lo llevan a otro sitio y le requieren si gusta calzados negros o marrones. Responde que negros. A otro lugar en la zapatería donde un atento vendedor indaga si lo desea con suela de goma o puro neolite. El cliente pide neolite. Lo toman de la mano y le indican una puerta. El hombre cruza esa puerta y se encuentra en la calle, donde un simpático antillano le grita: «Carajo, chico, no tenemos zapatos, pero que organización la de nosotros!»….Para que comience bien su añito, ya Codetel le anunció a sus clientes un petit aumento en la tarifa y otros servicios, necesarios para amortiguar los efectos de las devaluaciones del pobre peso. Por lo que es visible Maginito, el único que no puede amortiguar aquí ni siquiera los golpes de plo-pló que le dan es el infeliz contribuyente que vive de un sueldo y con ese sueldo tiene que hacer el milagro de los panes y los peces para poder sobrevivir por no decir mal vivir….Magino, )no pudo la administración gubernamental encontrar otras fechas para dar mantenimiento a Jode Norte y a Jode Sur que en los días navideños? )O es que el asunto está dirigido a que los dominicanos gasten menos en energía eléctrica y así puedan tener más chelitos disponibles para asuntos de más importancia? (Apaga un bombillo y no jodas más! Ya veremos si le hacen caso a la Superintendencia….La Cámara de Diputados anuncia que no sancochará el proyecto de presupuesto y ley de gastos públicos para el 2004. Hacen muy bien los legisladores, pues los sancochos en la Cámara Baja constituyen solemnes disparates o porquerías y lo peor de todo es que nunca se encuentran los cocineros que le echan jabón a la comida. )O pasó algo después de tantos gritos con las vagabunderías de la última reunión de la Cámara para la escogitación de su bufete directivo? Todavía los dominicanos esperan que le digan quien apagó la luz y quien o quienes le cayeron a tiros a las cajas de brakers del edificio del Centro de Los Héroes. Se habló hasta por los codos de las sanciones que se impondrían, pero, a fin del juego, lo mismito de siempre: la culpa de todo lo tuvo el toti….Si los legisladores se ponen a fuñir la pista con el presupuesto, entraremos al 2004 con vigencia para el presupuesto del año que termina, y algo mucho pero mucho peor: sin acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).