Coctelera

Coctelera

Mi querido Magino,  debo pedirle disculpas, pues me temo que introduzca el delicado pie en el tema que voy a tratarle. Invoco la memoria y usted sabe lo frágil que es esta vainita. Me parece, viejito charlatán, que cuando el presidente Leonel Fernández asumió el poder en 1996, designó al ingeniero Euclides Sánchez al frente de la fiscalizadora del Estado, algo similar.

El funcionario anunció que el departamento a su cargo no emprendería obras faraónicas y que, en cambio, construiría cosuanitas modestas de las que reclama la población para satisfacer sus necesidades. Es rigurosamente cierto que la construcción de una calzada y el asfaltado de una calle son apreciadas en grande por moradores que tragaron polvo durante años. Lo mismo puede decirse de filtrantes que, tapados, impiden hasta la movilidad de los ciudadanos porque desde que cae una agüita forman unos charcos que mandan madre.

El programa no pudo emprenderse pues el ingeniero Sánchez fue reemplazado. No sé si ahora,  cuando el gobierno está en un slump de recaudaciones, se puede revaluar el programa de construcciones del gobierno. Si usted da un vistazo a distintas zonas de la parte norte de la capital, observará la necesidad de construir vías, de reparar otras, de dotar de aceras y contenes, calles que se anegan con cualquier chubasco. Esas son obras que mejoran la calidad de vida del ciudadano,  del votante…

Mire, Maginito,  el secretario de Hacienda, Vicente Bengoa, ya puso el clavo caliente sobre la mesa: el nivel de recaudaciones del gobierno central en el futuro inmediato, no podrá permitir que se cubra el porcentaje fijado por leyes a favor de distintas instituciones descentralizadas del Estado. Entre estas se encuentran la Universidad Autónoma de Santo Domingo con el cinco por ciento y los municipios con el 10. A Educación corresponde el 4 por ciento. El secretario Bengoa ya pegó el grito, como si lo hubiera mordido uno de sus cangrejos, cuando dijo que representantes del gobierno central discutirán el asunto con el Congreso Nacional…

Maginito,  ¡Cuántos pendejos creyendo que artículos de consumo bajarían de precios por los descensos de las materias primas en los mercados internacionales! Aquí lo único que baja son los pantalones de los guanajos. El trigo, viejo vagabundo, bajó alrededor de un 30 por ciento en los mercados mundiales, pero los panaderos dominicanos entienden que todavía sus costos no soportan una rebaja del producto elaborado…

Bello  el panorama que describe en Ginebra el director general de la Organización Internacional del Trabajo: al finalizar el año 2009 habría un total del 210 millones de trabajadores desocupados en todo el mundo.

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