Coctelera

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“Los detallistas  bajarán los precios… a los sobrevivientes”. Farmacia Mella….

Magino querido,  formidable el espectáculo presentado en Santiago para festejar las bodas de oro del Estadio Cibao. Y felicitaciones merece quien tuvo la idea de invitar al alegre parque deportivo a las madrinas de las Águilas Cibaeñas a contar de 1951 a la fecha. Por cierto fue un palo el desfile de la reina del actual torneo, por las Águilas, claro está, en un vehículo de 1927 facilitado por Poppy Bermúdez…

¿Le interesa a usted   conocer cómo se ordenó la construcción de este escenario beisbolero, hoy bien distinto al original? Pues, vamos arriba. El gobierno de Rafael L. Trujillo contrató los servicios de la Marr and Hollman, de Miami, para preparar los planos de un estadio que era la réplica de un parque floridiano, que hizo con sus “ahorros” el ministro  de Educación de Cuba, Manuel Alemán. Las tierras del llamado Ensanche Radhamés fueron adquiridas de particulares, a precios de quincallas, por la esposa del gobernante, señora María Martínez, quien las revendió al Estado con pingües beneficios.

Trujillo escogió al ingeniero Bienvenido Martínez Brea (Bebecito) para dirigir la construcción del estadio, con la supervisión de la Marr and Hollman. La obra se inauguró el 24 de octubre de 1955. Creo recordar que en el campeonato 1955-56, primero que se llevó a cabo con afiliación al béisbol organizado, se efectuaron desafíos en los viejos parques de Santiago y San Pedro de Macorís. En los dos torneos  siguientes solo se jugó en la capital….

Los cibaeños  no se duermen y hábilmente exponían sus necesidades de un nuevo estadio. Poca gente sabía -o aun sabe- que Bebecito Martínez había preparado unos planos, por su cuenta y riesgo, para construir un estadio si en algún momento era favorecido con la instalación. Pero Trujillo no cedía. Un domingo, al mediodía, -no me pregunten fecha-, Santiago ofreció a Trujillo uno de esos desfiles que tanto le gustaban y en ese desfile aparecieron jugadores de las Águilas portando un cartelón en que pedían el parque.

El público comenzó a aplaudir en apoyo de la obra y entonces Trujillo llamó por teléfono a Luis Sued, pidiéndole que le preguntara a Bebecito cuándo podía comenzar los trabajos. La respuesta fue “mañana” y así lo comunicó Sued al dictador. Al día siguiente el gobierno escogió el terreno y el ingeniero Felipillo Martínez comenzó a dirigir la    limpieza. El 25 de octubre de 1958 cambió el ritmo de la pelota profesional en Santiago. Y hecho ésto, ordenar el estadio oriental fue un “cachú”.

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