Coctelera

Coctelera

¿Se fijó usted, caro Magino, que al discurso pronunciado ante la Asamblea Nacional por el presidente Leonel Fernández le han dado cajeta que eso no tiene madre. ¡Y lo que falta! El Coctelero tiene sus opiniones sobre ese texto leído por el mandatario al iniciar un nuevo período de gobierno.

Al Coctelero le gustó mucho el enfoque que hizo el jefe del Estado sobre la situación internacional. Manejó el tema con gran soltura, como lo ha hecho otras veces. En sus consideraciones fue brillante. Al referirse al aspecto producción, el presidente citó planes concebidos por su gobierno, dirigidos a la agropecuaria. Habló de emplear $7,000 millones del fondo de pensiones para  invertirlos en el campo, así como también, en el mismo sector, la suma de $5,000 millones en bonos del Estado…

El anuncio  de un programa de obras públicas ha desatado severas críticas  de la oposición política. Creo  que el gobierno necesita la realización de obras públicas para generar empleos directos y mover los chelitos. Pero me da la impresión, dicho sea con todo respeto, que al Presidente se le fueron las manos a la fosa de Milwaukee al anunciar una serie de construcciones que requerirán tiempo y dinero, mucho dinero. No pongo en dudas que el gobierno, en alianza con el sector privado, nativo e importado, emprenda la segunda fase del controversial Metro de Santo Domingo y el tren para carga y pasajeros de  Haina a Santiago…

Ahora bien,   lo que me gustaría de verdad es que los recursos públicos se inviertan, principalmente, en la solución del más grave problema que nos aflige, el energético. No se puede dar tantas vueltas a esta situación que todo lo encarece e impide nuestra competitividad con países que han logrado enderezar ese campo vital en todos los órdenes. Me agradaría que se metiera todo el cuerpo para resolver el malestar creado por la falta de agua. Y que se atenuara la escasez de aulas escolares con la construcción de planteles desprovistos de lujo, lo que abarataría costos. Me satisfaría la imposición de una autoridad que discipline el funcionamiento de los hospitales…

Le dije  que respeto el programa de obras anunciado por el presidente Fernández ante la Asamblea Nacional. Es muy posible que en  su concepción de prioridades se incluyan obras que sean necesarias, pero es posible que muchas de las prioridades presidenciales no coincidan con lo que muchos sectores entienden que son prioridades reales, que reclaman la inversión racionalizada de los ingresos captados. Nos alegra, empero, que el mandatario hable de una revolución moral que enfrente la corrupción. ¡Qué bueno hubiera sido el anuncio de que se cortarán las manos a los ladrones, sin excepción de clase alguna!

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