Coctelera…

Coctelera…

Muy buenas, don Magino. Sin duda alguna que la semana laboral comenzó con un tremendo torpedo, torpedo que pone a terminar el año a todo vapor. Sí señor, me refiero al editorial de The New York Times, el poderoso e influyente diario estadounidense, que nos saludó ayer con un texto intitulado «República Dominicana en Crisis». Usted puede estar seguro, don Magino, que ese editorial dará mucho material para hablar en los próximos días, semanas y meses, no solo por lo que dice, sino por quien lo dice y por quien se supone que puede haber alimentado alguito de los argumentos que llevaron al medio a sus conclusiones. ¡Es que el imperio, Maginito, siempre llama la atención! Habrá, desde luego, quienes verán una «intervención» del Times en los asuntos internos dominicanos, aunque ya eso es pura pendejada, pues ¿acaso intervenimos los dominicanos en las cuestiones domésticas estadounidenses al censurar medidas dispuestas por el presidente George Bush tras los acontecimientos del 11 de septiembre aquel o cuando condenamos la ley Helms-Burton o el llamado «bloqueo» o «embargo» norteamericano contra el gobierno comunista de Fidel Castro en Cuba?…..Para comenzar, docto viejo vagabundón, el Times coincide con las más altas esferas del gobierno del presidente Hipólito Mejía cuando expresa que los problemas dominicanos se deben, en gran medida, a la quiebra del Baninter, pese a decir que eso ocurre «por más extraordinario que parezca». Desde luego, Maginito, lo que el gobierno no respaldará jamás –cuando menos en lo que corresponde a su dirección– es el juicio externado por el Times: la generosidad mostrada por la presidencia del Baninter «sirvió para proteger al banco de los reguladores que hubieran podido descubrir que cientos de millones de dólares habían desaparecido». Eso es algo que muchas veces se han preguntado por estos lares y solares y siempre se ha respondido con evasivas o cuentos chinos…..El Times habla de algo muy contado aquí desde mayo pasado: la forma en que se «liquidó» Baninter, sin ajustarse a las leyes monetarias y pasando por alto las recomendaciones de organismos internacionales que no favorecían la «indemnización» de «depositantes», al menos de aquellos de la famosa banca «off shore». Hay su critiquita a la pendejadita esa de la compra de la parte de Jode Norte y Jode Sur que se encontraban en manos de la españolísima Unión Fenosa, algo muy censurado en el país. Fíjese, Maginito, que el Times, con mucha propiedad, habla de que la operación «fue popular», dado que los dominicanos estaban hartos de Fenosa y su mariachi. Pero expresa que la citada operación le costó al Estado un valor «sospechosamente grande». Interprete usted eso como le venga en ganas…..Ahora bien, Maginito, para muchos pero muchos dominicanos, el meollo del editorial del Times está expuesto en su último párrafo, párrafo que dedica al tema político, prácticamente en vísperas de las elecciones presidenciales del 16 de mayo del 2004. En unas cuantas líneas se refugiarán las interpretaciones que se darán a esta vainita: «El presidente, quien había prometido no postularse de nuevo, lo está haciendo, una medida tan impopular que su partido está en rebeldía. Los dominicanos estarían mejor si el presidente pasara los meses que le quedan trabajando por fortalecer las instituciones del país». Muchos se preguntarán, como preguntaba el Chapulín, «¿qué me habrán querido decir?» Opositores y no opositores los habrá por montones, para especular con el supuesto mensaje enviado por el imperio al presidente Mejía. Y habrá tela para cortar por mucho tiempo. El Times, sin rodeos y con rodeos entiende que el jefe del Estado, de aquí a mayo, debe dedicarse «a fortalecer las instituciones». Algunos o muchos verán que el Times, al externar ese criterio, se opone a la repostulación de Mejía. Pero en realidad, ¿qué carajo le importa al Times que Mejía se reelija, repostule o se marche a Gurabo? ¿O es que el Times, acaso, es «usado» por segmentos de poder de su país para fijar posiciones?…..No sería la primera vez que esos segmentos se valen de sus «enllaves» en la gran prensa para filtrarles informes, que tienen que ser ciertos desde luego, para ser usados públicamente, y de esa manera evitar situaciones que pudieran resultar enojosas. No se olvide que hay personas a las cuales se les dirigen los mensaje que «explotan» con facilidad y por eso el arte del culebreo, que se usa en todas las fases de la vida y en todas partes, se pone en evidencia aunque el mismo se quiera ocultar.

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