Coctelera

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Caro Maginito, al comentar hago un pequeño paréntesis para referirme a una declaración atribuída a la vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch, que me ha llamado poderosamente la atención. El Nacional publicó ayer tarde que la doctora Ortiz Bosch dijo en el programa que dirige el periodista César Medina para la televisión, que días después de las elecciones del 16 de mayo último, le visitaron representantes de sectores de la Iglesia Católica y del empresariado, para pedirle o sugerirle que renunciaran ella y el presidente Hipólito Mejía, dando paso a los gobernantes electos.

Es una lástima que la vicepresidenta no identificara a los proponentes, pues eso evita que el país conozca nuevos «golpistas» y aprenda a cuidarse de ellos. Desde luego, todavía hay tiempo para hacerlo…

Creo, Maginito, que es bastante largo el período existente entre la elección del jefe del Estado y su toma de posesión. Tres meses no constituyen una bicoquita. Pero hay que aclarar que eso es pura materia constitucional, ya que el artículo 52 de la Carta Magna establece que el presidente y el vicepresidente electos el 16 de mayo jurarán sus cargos el 16 de agosto. Y la renuncia del presidente y del vicepresidente que deberán salir el 16 de agosto, antes de esa fecha desde luego, no facilita las cosas.

Por el contrario, las complica. ¿Qué hubiera ocurrido si Mejía y Ortiz Bosch hubieran renunciado en la fecha que se puede deducir en que la vicepresidenta recibió la `oferta`? La propia Constitución establece que el mando pasaría al presidente de la Suprema Corte de Justicia y que éste, en un plazo de quince días después de su juramento se obligaría a convocar la Asamblea Nacional, la cual tendría quince días para la elección de los sustitutos del jefe del Estado y del vicepresidente, «en una sesión que no podrá clausurarse ni declararse en receso hasta haber realizado la elección»…

¿Hubiera valido la pena todo eso? ¿Hubiera resuelto algún problema toda esa vainita? Sin duda alguna, viejito vagabundón, que quienes hicieron la propuesta a la vicepresidenta a lo mejor estaban inspirados «en la mejor buena fe», pero de hecho no eran más que golpistas que buscaban alterar un proceso constitucional, pues a Hipólito y a Milagros hay que chupárselos hasta el 16 de agosto. En cuanto a lo largo que es el período de transición, –y reitero que lo es– hay que ser justos y afirmar que siempre ha sido de tres meses. Lo que se debe apuntar es que entre 1970 y 1978 el doctor Joaquín Balaguer se sucedía a sí mismo y eso también pasó entre 1990 y 1996 con el mismito Balaguer. Es decir, pura y verdadera transición hubo de Balaguer a Antonio Guzmán en 1978, de Jacobo Majluta (sustituyó a Guzmán al finalizar el período de 1978-82) a su compañero de partido Salvador Jorge Blanco en 1982 y de éste a Balaguer en 1986. También la hubo en 1996, cuando Balaguer dió paso a Leonel Fernández y en el 2000, cuando éste dió el mando a Mejía. ¡Y claro está, el de Majía ahora! A lo mejor, Maginito, ese período se hace tan largo por la carga de problemas que trae, incluyendo una ñoña crisis energética que ya no manda madre, pues madre no tiene…

Una pregunta tonta, mi querido viejo: ¿por qué los recogedores de basuras no son tan agresivos en la recolección de los desperdicios, como lo son en el cobro de un jodido servicio tan deficiente, aunque como la vaina esa que llaman `suministro de energía`?…

Ahora tenemos, Maginito, que representantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), afirman que nada les importa que se modifique el `parcho fiscal` para que se establezca un impuesto que deberán pagar los pendejos que emiten cheques, en lugar de quienes cobran intereses, incluyendo los poderosos bancos que se sirven con la cuchara grande con los certificados del Banco Central. Esos representantes del futuro oficialismo entiende que a ellos lo único que les interesa es que se recauden los 3.700 millones que dejarían los gravámenes a los intereses y que poco o nada les importa la forma en que eso ocurra. Eso, mi querido Maginito, no es más que una pura inmoralidad. ¿ Y si el dinero, esos 3,700 millones, provinieran de atracos? No sea nadie pendejo. Desde luego, eso es bueno para aquellos que se hacen ilusiones en esta lucha de intereses que hay en este pequeño país caribeño, lleno de vivos y de guanajos. ¿ O pone usted en duda, viejo bandido, que papeleta mató a menudo? Lo lamentable, para comenzar, es que el Fondo Monetario Internacional no publique el informe que acaba de hacer en relación con los últimos doce años de operaciones de la banquita dominicana. Pero no se apure, que algún día aparece un hablador.

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