Coctelera

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Mire, Maginito, si ayer le hablé algo desfavorable de las llamadas «telenovelas del lunes» que presentaba la televisión en los primeros meses del «vuelve y vuelve» de 1986, lo hice, sencillamente, por el hecho de que eso nada bueno dejó al país. Por el contrario, se hablaron más pendejadas que el carajo, se hicieron cargos contra antiguos funcionarios y nada logró la justicia con esas vainitas. Eso, ni modo, hay que evitar que se repita, independientemente del tiempo precioso que se hace perder al jefe del Estado además de los deseos de venganza que puedan satisfacerse…

Ahora bien, viejito vagabundón, eso no significa que la justicia tenga que cruzarse de brazos o cosa por el estilo. Por el contrario, los mecanismos legales tienen que ponerse en movimiento para sancionar el delito donde ocurra y enviar a los delincuentes al sitio donde deben estar, que no son, precisamente, las calles y avenidas de la ciudad…

Creo, viejito vagabundón, que el presidente Leonel Fernández hizo una excelente designación cuando escogió al joven Francisco Domínguez Brito para desempeñar el peliagudo cargo de procurador general de la República. Fernández Reyna seleccionó a un hombre moderado, equilibrado todo el tiempo, enemigo de las manifestaciones histéricas y quien sí cree que todos los procedimientos legales deben ser observados y que todo acusado es inocente hasta tanto se le pruebe culpabilidad en un juicio público, oral y contradictorio. El procurador general, hombre de firmes convicciones, es un ente de moderación que jamás permitirá la llamada «cacerías de brujas»…

Y a propósito del uso de esa expresión –cacerías de brujas– vale recordar que el presidente del PRD, Vicente Sánchez Baret, dijo hace algunos días que si una cosa así se desata, su partido no se quedará «de brazos cruzados». Me atrevo a asegurar, maginito, que al emplear esas expresiones, Sánchez Baret se ha referido a los mecanismos que ofrecen la Constitución y las leyes para la defensa de todo acusado, y ha dejado claramente establecido que a esos mecanismos recurrirá el hoy partido de oposición para defender a sus gentes que puedan ser objeto de sometimientos judiciales. Jamás concebiré a un Vicente Sánchez Baret partidario del armamentismo o cosa que se le parezca, y por eso nunca di crédito a quienes llegaron a acusarle, durante la campaña electoral reciente, de haber repartido armas de fuego entre sus seguidores. El presidente del PRD, mi querido Maginito, no será el rector de los Niños Cantores de Viena, pero tampoco es figura alguna que pueda ser satanizada si se toma en cuenta su ejercicio político desde que ingresó al perredeísmo, desde el cual siempre ha pregonado su vocación democrática y legalista…

Nuestro país, mi queridísimo Magino, pasa por momentos muy difíciles, especialmente en el aspecto económico. Estamos muy de acuerdo en que los responsables de serias dificultades económicas si éstas han sido fraudulentas, sean castigados por los tribunales de justicia, en juicios en los cuales se respeten todos los derechos de los acusados. En eso, viejito vagabundón, estamos muy de acuerdo con los pronunciamientos formulados por organismos internacionales a los cuales se les ha pedido concurso para aliviar nuestras penalidades. Ahora bien, con lo que jamás estaremos de acuerdo es con eso de que se quiera montar otro circo mientras se evaden las responsabilidades para dar el frente a los males que nos acogotan…

Aceptamos, viejito sinvergüenzón, que la anterior administración pública no hacía las cosas bien. Pues por eso se le rechazó en las urnas, en forma abrumadora, cuando trató de reelegirse. Se escogieron nuevas autoridades para que esas autoridades hicieran bien las cosas y enderezaran  entuertos donde quiera que entuertos existieran. Pero esas autoridades no se eligieron para que perdieran el tiempo hablando pendejadas todo el día, de que fulano hizo esto mal, que sutano es un incapacitado, que mengano es un corrupto. Se eligieron, esas autoridades, para que no repitieran los yerros de fulano, para que descartaran incapacitados como sutano y para que enviaran a la justicia a los corruptos como mengano. Eso sí, a una justicia que pueda trabajar con absoluta independencia, sin presiones de especie alguna, donde los hechos se establezcan sin lugar a dudas y donde la conciencia de un juez sea la única consejera…

Sabemos que sí hay quienes desearían «cacerías de brujas». De todo hay en este mundo, en esta sociedad. Felizmente también sabemos que el país cuenta con un procurador joven y bien intencionado, con valor y responsabilidad ciudadana, que no permitirá excesos de especie alguna y que si en algún momento no puede resistir presiones preferirá marcharse a su Santiago querido con la frente muy en alto y la conciencia muy limpia.

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