Coctelera

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 «¿Qué los partidos  políticos que nos han gobernado son cobardes? ¡Falso de toda falsedad! Lo que han tenido es un «chin» de miedo al llamado poder económico! Farmacia Mella…. Juan Luis Guerra,  mi querido Magino, no es solo una estrella del arte, reconocido a nivel mundial.

Juan Luis Guerra es, por encima de todas las cosas, un hombre poseedor de unos valores morales extraordinarios, un orgullo para toda la sociedad, muy especialmente para una juventud que sí necesita buenos ejemplos y mejor orientación…. Juan Luis Guerra,  viejo verde, acaba de afirmar, en una declaración a El Nacional, que la delincuencia es un flagelo que se debe combatir desde el propio hogar, que los padres deben inculcar valores a los hijos, sobre todo la palabra de Dios.

El celebrado y genial artista dominicano ha expresado conceptos que son irrebatibles, pero es innegable que convertir en realidad sus juicios choca con la debilidad que se apodera del hogar en la colectividad dominicana de hoy día…. Mire, Maginito,  nunca he creído en eso de que la delincuencia es producto exclusivo de la desigualdad que existe en el campo social. Esa desigualdad, lamentablemente, siempre ha existido. Y no es fácil hacerla desaparecer. La pobreza, necesariamente, no genera delincuencia.

De muy respetables hogares pobres han salido distinguidos ciudadanos que han ocupado destacadas posiciones públicas, incluyendo las de la primera autoridad de la nación. Esos hogares, forjadores de excelentes ciudadanos, se han inspirado en el amor a la familia y en el amor a Dios, sin dejarse deslumbrar por el consumismo galopante y el ascenso social sin base sólida…. Hoy, caro Magino,  las cosas han cambiado y no para bien. Podemos decir, no sin cierta pena, que la decadencia de la educación en los hogares y en las escuelas ha provocado un debilitamiento de la sociedad y por ende de la nación, independientemente de las llamadas exigencias del mundo moderno. Educar no es solamente enseñar a leer y a escribir. Es, primordialmente, inculcar el reconocimiento a los derechos que se deben reclamar, pero sin olvidar, por un solo instante, los deberes a cumplir. A todo eso se debe agregar, como ingrediente básico, una incontenible explosión demográfica, una migración permanente del campo hacia la ciudad y la existencia de un modelo económico que no ha podido satisfacer las necesidades de las grandes mayorías pero sí ha permitido la acumulación de enormes fortunas en una minoría, no en la minoría dedicada al trabajo honrado, que esa tiene derecho más que sobrado a disfrutar de su dinero, sino a una minoría saqueadora de recursos públicos desde posiciones estatales, bien sea de recursos del propio Erario o conseguidos a través del tráfico de influencia. Esa es una delincuencia que no se quiere observar porque no quema gomas en las calles, no ataca a pedradas o a tiros a la autoridad, pero es una delincuencia que sí estimula la que aparentemente preocupa a los defensores de la llamada «seguridad ciudadana»…. La disolución  del hogar es una de las causas principales -o la principal- del estado de cosas que vivimos. La ausencia de la patria potestad es una razón que motiva la decadencia actual ¿Cómo es posible que un hombre, en forma irresponsable, tenga diez hijos y no se ocupe de ninguno? ¿En qué se diferencia de un padrote equino? ¿Hasta dónde la falta de educación provoca que una mujer joven tenga cinco y seis muchachos con igual número de hombres y que carezca de un techo fijo y de una forma de educar a su prole, hasta el punto de «exigir» al Estado la manutención de los mismos? Esos muchachos, tirados a las calles, sin control alguno, constituyen el mejor caldo de cultivo para la delincuencia que comienza rayando el carro de quien se niega a darle unos centavos y culmina en plena adolescencia con un atraco o un asesinato para hacerse de unos pesos…. La autoridad,  abrumada por múltiples y acuciantes problemas, pero siempre poco inspirada en la más estricta racionalización de los recursos disponibles, limita su actividad en el campo educativo y pasa por alto que la capacitación y generación de empleos son aspectos vitales en el buen desenvolvimiento de la sociedad…. Es evidente  que gran parte de la juventud de hoy se rige exclusivamente por valores materiales. Y no es únicamente la juventud que procede de los barrios pobres la que así procede. A nivel mundial puede verse cómo jóvenes pudientes, ricos, son los que ofrecen los peores ejemplos con hechos criticables que son tratados con cierta lenidad por las autoridades. A todo eso, caro Magino, agréguele el asunto del tráfico y consumo de estupefacientes, que se ha querido enfrentar únicamente con la represión. ¿Cuántos delitos se cometen, a diario, para obtener dinero que se emplea en la adquisición de las drogas? ¿Cuántos hogares son destruidos o severamente afectados -como si eso fuera necesario- por ese flagelo moderno que es movido por tantos y tan complejos intereses? Creo, Maginito, que hay que buscar la forma de fortalecer el hogar, de solidificar la familia, enfrentándose con decisión y coraje a quienes desean destruirla. Y nada mejor que el reforzamiento de los valores morales para lograrlo. Como dice Juan Luis Guerra, con el uso de la palabra de Dios, en cuya intensificación tienen que desempeñar un rol de capital importante las iglesias cristianas, con un respaldo ilimitado del Estado.

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