Coctelera

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¡Hola, Magino!  ¿Escuchó usted el discurso del presidente Leonel Fernández? Supongo que sí lo oyó. No se preocupe por lo del ahorro de combustible, pues el único que usted emplea es el contenido alcohólico del aguardiente malo que consume. A mi me gustó la pieza presidencial.

Desde luego, no aspiro derrotar al jefe del Estado que buscará reelegirse el año próximo. Aún así, mi deseo es que los anuncios hechos por el mandatario se conviertan en realidades, que el discurso no se convierta en otro texto retórico… El presidente  Fernández expuso al país con claridad, la situación económica que genera el alza, aparentemente incontenible, de los precios del petróleo en los mercados mundiales. Aunque le parezca increíble, viejo charlatán, por aquí nos damos el gusto de consumir 140,000 barriles del oro negro cada veinticuatro horas. Al ritmo que llevan los precios del petróleo, al cerrarse el año, nos habrán dado hasta el golpe pló pló… El presidente  Fernández anunció la compra de las acciones de la Shell en la Refinería Dominicana de Petróleo. Shell tiene el cincuenta por ciento de las acciones. El gobierno considera que esa operación le permitirá manejarse mejor en sus relaciones con Petro-caribe, de Venezuela. Muy bien hizo el mandatario cuando reconoció el trato cordial ofrecido en todo momento por el presidente venezolano Hugo Chávez. El secretario de Hacienda, Vicente Bengoa, anunció ayer que el Estado pagará 183 millones de dólares a la Shell por sus acciones. Shell, por su parte, deberá entregar 41 millones de dólares por concepto de ganancias de capital y 36 millones como beneficios generados en los años 2006 y el actual. Bengoa reveló que la empresa Coastal había ganado la licitación para la compra de las acciones de Shell, con una oferta de 183 millones de dólares. El Estado, sin embargo, como socio accionista, tenía el derecho primario de compra, que hará efectivo. Desde luego, Maginito, el gobierno debe explicar al país, con lujo de detalles, la forma en que se llevó a cabo la negociación con Shell así como también las razones invocadas para adquirir las acciones, ya que, originalmente, el Estado no mostró interés en la compra… El presidente  Fernández manifestó que el gobierno prohíbe el uso de vehículos oficiales en los fines de semana y en los días feriados. No es la primera vez que se formula un anuncio como ese. Sin duda que el asunto es un tanto complejo, pues hay muchos vehículos que son propiedad del usuario aunque están dotados de una placa oficial. A mucha gente no le gustará la idea, pero vale recordar que el dictador Rafael L. Trujillo, al disponer un plan de austeridad en 1959, ordenó que los funcionarios pagaran, de sus bolsillos, el combustible usado en vehículos de su propiedad aún cuando tuvieran placa oficial. El chofer también tenía que ser pagado por el funcionario que lo tuviera a su servicio. De todos modos, ojalá que esta vez se cumpla con la orden presidencial, sobre todo cuando se está en campaña electoral… Importa destacar  que el presidente anunció un reordenamiento del tránsito. Eso es imperativo, dado el desperdicio de combustible en ese caótico servicio. La colocación de semáforos «inteligentes” en las principales vías de la capital y de Santiago es algo de sumo interés, dado que la sincronización de esos semáforos agilizaría el tránsito vehicular. Lo importante, Magino, es que el mantenimiento de los semáforos inteligentes no sea puesto en manos de un humano bruto. De pasada hay que decir, no sin cierta alarma, que de 15.1 millones de galones de gas propano subsidiado, solo 2.5 millones se consumen en el tránsito público mientras que 12.6 millones son utilizados por vehículos privados. Bien, buen charlatán, ahora a esperar, sobre todo cómo se batirá el cobre con el plan «renovito» dejado entrever para la renovación del parque vehicular…

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