Coctelera

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Muy buenas, mi querido Maginito. ¿Cómo está usted? ¿Ya prendió su arbolito de Navidad? ¿Que le falta la energía eléctrica en su hogar? ¿Y qué? ¿No hay arbolitos de gas o de simples velas de cera? No sea pendejo, entreténgase y diviertase como quiera, no se preocupe mucho, que enero vendrá de todas maneras…

Caro viejo, leo una información que me llama poderosamente la atención: la Policía ocupó un vehículo remolque, en cuyo furgón había una yola con motor fuera de borda y veintidós dominicanos, la mayoría procedente de San Francisco de Macorís. Las fuentes policiales expresaron que el vehículo y sus ocupantes se dirigían a playas higüeyanas para allí emprender viaje con destino a la querida Borinquen de Rafael Hernández. Y como si todo eso fuera poco, ahora se anuncia que tanto el chofer del vehículo como los pasajeros serán sometidos a la justicia «en las próximas horas»…

Mire, Maginito, si fuera abogado, me gustaría ese casito para defender al chofer y a los ocupantes del camión. ¿De qué van a acusarlos? ¿De poseer una yola con un motor y transportar veintidós pasajeros en el furgón? Si la Policía tenía informes de que en ese camión se preparaba un movimiento para llevar pasajeros, montarlos en la yola y sin documentos enviarlos a Puerto Rico, las cosas tal vez debieron manejarse de otra manera. Seguir al camión y actuar en Higüey, cuando se iniciara el principio de ejecución de la operación era más lógico…

Pero ahora las cosas son distintas. ¿Y si los pasajeros y el chofer alegan que iban a colocar la yola para pasear en aguas de Boca Chica o de cualquier otro sitio del Este o de donde le viniera en ganas? Estamos conscientes, Maginito, de que los pasajeros cogidos en el furgón tratarían de irse del país en la yola. Pero, ¿como se prueba esa vaina ante un juez y como se justifica el sometimiento con la aplicación del nuevo código procesal? Después no me digan que el malo es el código. De todos modos, gracias a la Policía por evitar la posibilidad de que más dominicanos mueran en La Mona. Pero más paciencia la próxima vez. Y de seguro que habrá una próxima vez. Sabe Dios cuántos viajes se han disfrazado en furgones hasta llegar a las costas…

Maginito, ¡cuánto cariño le han tomado al Senado algunas organizaciones empresariales quisqueyanas! ¡Y cuánto amor y espíritu altruísta para defender a los empresarios muestran muchos senadores! Mire, viejito charlatán, esas cosas hay que tomarlas con pinzas y lo peor que podría hacer el gobierno es dejarse dar cuerda para pelear con unos y con otros. Para el gobierno no debe ser sorpresa el hecho de que los empresarios tiren para su banda. Eso no es nuevo. Esa ha sido la tradición. Y cuando se trata de impuestos, más todavía. ¿Se olvida usted, acaso, de todas las vagabunderías que se hicieron durante los días de gloria del Doctor con la ley 299 de incentivo industrial? ¿Cuántas fortunas se hicieron con la vaina aquella de la «capacidad instalada» que cerró las puertas del país a la inversión extranjera? ¿Cuántos aumentaron sus riquezas subvaluando exportaciones y sobrevaluando importaciones? ¿Y qué me dice de las operaciones para dar licencias de importación de productos agrícolas? ¿Y qué de la forma en que se manejaba la cuestión aquella de los «dólares propios»?…

Ahora mismo, Maginito, lo ideal sería que el gobierno buscara una forma equilibrada para no meterse en más líos. Bastante problemas tiene ya por delante. Pero sus razones de sobra tiene cuando se queja y protesta por «incentivos» que se quieren dar a determinados sectores, con efectos inmediatos. Justo son los argumentos que esgrimen recaudadores, pues, ¡carajo!, si supuestos daños comenzarán a sentirse en esos sectores dentro de un par de años, ¿hay que compensarlos desde ahora? Mire, viejito, la verdad es que cualquiera pierde los estribos con alguna gente que se quiere hacer más pendeja de la cuenta para picar y picar, sin importarle un comino que la mayoría siga comiendo yerba…

Los medicamentos siguen con precios por las nubes. Para eso no hay dólar que baje, prima que descienda ni nada, nadita. ¡Carajo! ¿Será necesario sindicalizar a los enfermos y movilizarlos como se movilizan los médicos, enfermos de huelgas a fin de cuentas?

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