Coctelera

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Buen día, mi querido Magino. Tengo para decirle que el obligado a retirarse beisbolista dominicano, Samuel Sosa, ha sido una atracción taquillera en Taiwán. Y lo será donde quiera que llegue, si es un país donde se practica “la pelota”. Para que no me juzgue mal, escribo “obligado a retirarse”, pues eso es lo que ha pasado con el atleta dominicano. Se le hizo una oferta, por un equipo determinado, para que la rechazara por ridícula y después todo en blanco. Nadie se interesó por sus servicios. Lo mismito que le ocurrió al cubano Rafael Palmeiro, otro con más de quinientos jonrones pero que no habló verdad en cuanto a eso del uso de esteroides. El castigo, por mentiroso, fue calimbarlo. A Sosa no se le acusó de usar esteroides, él nunca dijo que los empleó. Pero, al parecer, todos en las Mayores creen que sí lo hizo y lo han condenado “por sospechas”, agravadas por la vaina esa del bate de corcho que le costó una suspensión y que fue el comienzo de los problemas con el jonronero que, junto a Mark o Marc McGwaire, resucitó el béisbol grandote. Sosa quiere retornar, pero sin duda que también el calendario está en su contra. De todos modos, mi querido Magino, el presidente Leonel Fernández ha hecho muy bien en incluir a Sosa en su comitiva, pues éste no será atracción solo en Taiwán. También lo será en Corea del Sur y en Japón. El béisbol grande no es una vainita. Recuerdo que el propio presidente Fernández me dijo, en su primer mandato, que a cualquier país beisbolero que llegaba lo primero que le preguntaban era si estaba acompañado por su secretario de Deportes, el inmortal Juan Marichal Sánchez…q El bikini o biquini cumple sesenta años. Gracias, Magino, gracias del alma, a las mujeres de bellas formas que lo han usado durante esos sesenta años, y gracias también a su inventor, por dotarnos de un instrumento que muestra tanta carnita de la buena…q La exvicepresidenta de la República, doctora Milagros Ortiz Bosch, y el ex canciller Héctor Hugo E. Tolentino Dipp gritaron: a ellos nadie puede ponerles un zipper bucal. Por eso, rechazan la orden draconiana que se ha dado en el PRD para que los asuntos del partido se diriman en el partido sin dar declaraciones a la prensa. Ya lo había hecho, en igual sentido, el doctor Enmanuel Esquea Guerrero, antiguo presidente perredeísta. Por cierto, viejo charlatán, Esquea Guerrero le soltó su andanada al presidente, ingeniero Ramón Alburquerque, cuando lo “descalificó” por dizque por formar parte de quienes respaldan la nominación, en el 2008, del ingeniero Miguel Vargas Maldonado. Por los predios del PRD soplan vientos jodones…q ¿Qué Taiwán facilitará ayuda al país por cincuenta millones de dólares? ¿Tan chin?…q Con algunos funcionarios oficiales, a doña Elena, la de la Leopoldo Navarro, le han caído los palitos. Se le acusa de intervenir en los asuntos domésticos dominicanos. De asumir funciones que no le corresponden. El pecado de la señora Elena Breneman, al parecer, es despedirse del país, después de seis años de gestión al frente de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), de Estados Unidos, diciendo una serie de cosas que todo el mundo sabe, especialmente relacionadas con la educación, pero que en boca de una funcionaria de un gobierno extranjero se le quiere dar un matiz de no te menees. Doña Elena se ha basado en informes dominicanos para hablar de fallas en el sistema educativo. Y solo ha citado unas cuantas. ¿Qué ella dice que aquí hay corrupción y que con corrupción no se progresa? Ay, no joda, Magino, ¿dónde está la mentira? Sí que hay corrupción, de la grande y hedionda y eso lo admite todo el mundo aún cuando nada se hace para erradicarla o minimizarla, a menos que sean bellos pronunciamientos retóricos. La señora Breneman, Maginito del alma querida, se ha fajado para conseguir recursos con los cuales combatir males que nos flagelan. Se aceptan los recursos que su país presta o dona, pero no se quiere aceptar, entonces, que supervigilen la inversión de esos recursos o que se grite por la mala aplicación de los mismos. Cosa parecida ha ocurrido con otros gobiernos del continente o de Europa. Está bien eso de criticar a determinados funcionarios diplomáticos que se han extralimitado en sus pronunciamientos, a quienes, como reza el refrán, se le van las manos. Pero si queremos que nadie se fije en lo que hacemos, no nos queda más remedio que fajarnos con los recursos que producimos. Si queremos que nos ayuden, ni modo, lo primero que tenemos que hacer es ayudarnos nosotros mismos. Y no querer ser más nacionalista de la cuenta, cuando ese nacionalismo no se busca para sacar de las calles a miles de niños enfermos y mal vestidos, no se emplea para tratar de reducir el alto índice de desempleo o para erradicar la corrupción que nos agota, en vez de ser muy selectivos en este último caso, protegiendo a nuestro corrupto favorito y viendo corrupción donde no podemos mandar.

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