Coctelera

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¿Qué el embajador Hans Hertell cree difícil que el primero de julio pueda operar el TLC entre su país y el nuestro? Si don Hans cree eso, para julio se jodió la bicicleta…  La directora local de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), de los Estados Unidos, señora Elena Brineman, volvió a meterle un torpedo a la débil educación criollita.

Ahora lo hizo en base a un estudio realizado por la Católica Madre y Maestra, de Santiago, y el Tecnológico de Santo Domingo, de la capital. A todas estas críticas saldrán al paso los defensores oficiales, pero es evidente que la educación dominicana es un tollo. Y le faltan recursos por todas partes…  Cuando el profesor Eugenio María de Hostos huyó de Lilís —y de eso hace mucho tiempo— fue a parar a Chile. Desde allí escribió una carta a su amigo entrañable Federico Henríquez y Carvajal, en la cual le hablaba con entusiasmo del sistema educativo chileno y le decía que allí se invertía el veinte por ciento del presupuesto nacional en educación. Es bueno recordar eso, pues recientemente nuestro presidente, Leonel Fernández, en presencia de las más altas autoridades de la nación sudamericana, habló de su aspiración de que el sistema de educación dominicano se igualara al chileno…  Vergüenza debería darnos —en adición a la irritación— que en un régimen dictatorial la calidad de la educación impartida fuera superior a la mostrada en la decantada democracia. Si usted se pone a ver las cosuanitas, mi querido Magino, en los últimos cuarenta añitos, el más receptivo de los mandatarios en materia educativa fue el finado Antonio Guzmán, el único de los últimos presidentes que hemos tenido que carecía de formación académica. Pero el grande presidente que muy lamentablemente se quitó la vida en 1982, era un hombre práctico, que escuchaba consejos sanos. Después, Maginito, es una pena que hombres salidos de universidades, como Joaquín Balaguer, Salvador Jorge Blanco, Hipólito Mejía y Leonel Fernández, desoigan cuantas voces sensatas han reclamado y reclaman una mayor inversión en la educación y la salud. A la única conclusión que puede llegarse, ante tanto desamparo, es que esos mandatarios han estado convencidos de que educando al pueblo, garantizándole salud, no pueden gobernarlo como lo han gobernado hasta ahora: como si se tratara de un atajo de bueyes…  Veo, Maginito querido, que ya la Federación Dominicana de Baloncesto comenzó a pagarle a la Internacional, para que no le dé bola negra en las justas internacionales. No hay que decir de donde saldrá el dinero, en dólares, para cubrir el casi medio millocejo que se cubrirá en pagos parciales. Lo lindo de toda esta vaina es que cuando se planifica un espectáculo de éstos, se habla de que el Gobierno —es decir los contribuyentes— no tendrá que aflojar un solo centavo, que todo se cubrirá con la venta de proventos, con los derechos de la radio y la televisión. Al final, la misma vaina de siempre; los beneficios no aparecen y el Gobierno, a la corta o a la larga, vuelve a ser la parte húmeda. Pero ya nos acostumbramos a eso…  Maginito querido, el presidente Leonel Fernández visitará Corea del Sur, Taiwán y Japón. Estos tres países tienen ligas profesionales de béisbol y el jefe del Estado dominicano tiene, entre sus acompañantes, a Samuel Sosa, el jonronero dominicano que está desempleado. Suponemos que a nadie se le ocurrirá pensar que el presidente Fernández podría ser el futuro agente de Sosa, pero hay que bromear, que en la vida no puede ser todo dureza. Y si se falla, pues “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”…  Por ahí existe gente, a nivel de Gobierno, que no quisiera que los medios de comunicación escritos y electrónicos, publicaran noticia alguna. Les gustaría que se hablara de fiestas y otras necedades. Invocan leyes que, demagogos y demagogas —que joder sin el genérico— inspiraron para fastidiar a los demás y después hacer un pisa y corre. Publicar fotos de niños en cumpleaños, de los lindos, está más bonito que el carajo, pero si es pidiendo en las esquinas, debajo de los semáforos, viene la irritación. ¿Por qué no acudir en auxilio de esos niños que deambulan por calles y avenidas hasta después de la medianoche? ¿Y de las niñas que venden flores a todas horas, en todas partes? No es más fácil prohibir que se hable de eso que fajarse a resolver el problema. Lo triste es que aparece gente que le hace coro a esa nueva prueba palpable de querer barrer la basura y esconderla debajo de la alfombra. Pero para los medios, adelante y sin miedo, carajo, que es pa´lante que vamos.

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