Coctelera

Coctelera

Magino, leo algo que me enreda entre las patas de los caballos. ¿Cómo es la pendejada esa de las pérdidas del sector energético dominicano para el 2005? Desde los días finales de la pasada administración se habló de que el déficit sería de unos 25 millones de dólares cada mes, es decir, trescientos millones de los olorosos y verdecitos al año. Esas cifras, creo, fueron ratificadas por las actuales autoridades. Pero de buenas a primera me dicen que en las negociaciones con el policía llamado Fondo Monetario Internacional (FMI) se habló de que las pérdidas llegarían a los seiscientos millones de dólares en todo el 2005 y que el gobierno buscaría reducir, esas pérdidas, en unos 250 millones, lo que arrojaría un faltante de 350 millones, es decir cincuenta más de lo anunciado antes y ahora, menos cuando se habló de negocios con el FMI. ¿Qué pasó ahí? …

¿Ve usted, mi querido Magino, que los productores y los “productores” azucareros locales saldrán en coche con la vaina del sirop de maíz? Como quiera  ellos van a cosechar sus hedionditos y dolaritos. Si pasa el impuesto a la importación de bebidas que tengan sirop de maíz, ni modo, a cobrar aun cuando el TLC con Estados Unidos se vaya al carajo y pellizquen las zonas francas. Y si los “compensan”, a gozar de lo lindo. No era necesario el escándalo de anteayer en el Senado para comprender las ventajas que tienen los señores del azúcar en este país tan especial…

Las compensaciones para los azucareros contendrán sus exoneracioncitas de las que tanto gustan y tanto se critican. Habrá incentivos por pipá. Con seguridad que cuando desaparezca el azúcar refinado del mercado, los importadores serán los productores, es decir, se premiará nueva vez la ineficiencia. Ahora se habla –se aprobó en primera lectura– de compensar las pérdidas de los “productores” que han arrendado o “capitalizado” ingenios del Consejo Estatal del Azúcar (CEA). Como se presume que el Estado mantiene el 50 por ciento del capital en las privatizaciones, tenemos que la ley establece que el Estado se compense a sí mismo. ¡Bravo, carajo! ¿No podría, Maginito, buscarse una forma de pagar en efectivo el monto de las pérdidas que tengan los privatizadores? Esa boronita no caería mal. También se podría buscar la manera de evitar daños futuros. ¿No sería bueno pagarle una suma en efectivo a los que administran los centrales del CEA y liberarlos de riesgos? Total, joder al CEA es la consigna, pues para lo que sirve esa entelequia que ni siquiera ha sabido proteger el patrimonio inmobiliario de que ha dispuesto…

Me preguntaba anoche un viejo amigo por cuáles motivos no se incluye al extraordinario Alonso Perry entre los jugadores que sacaron la bola por el bosque central del estadio Quisqueya, de esta ciudad. Todo vino poco después que Henry Rodríguez, del Licey, violara la pared de los 411 en el partido de anteanoche frente a las Estrellas Orientales. Se unió, de esa manera, a un selecto grupo formado por Dick Stuart, de las Aguilas; Pupo Brito, del Licey; Raúl Mondesí, del Escogido; Israel Alcántara y Henry Mercedes, del Licey, y el cubano Juan Luis Baró, este último en un partido de ‘aficionados’ y usando un bate de aluminio. Mire, Magino, con el palo de Perry se ha desatado cierta confusión. No recuerdo el año de la cosita, pero sí recuerdo que comentaba el partido. Perry engarzó un lanzamiento del zurdo norteamericano Fredd Kipp, de los Leones y soltó el largo batazo. A mi modo de ver las cosas, la bola pasó exactamente por encima del ángulo en que se unen las dos vallas del parque, casi rozando la línea del gran paredón. A lo mejor, por eso, no se incluye a don Alonso, pues su batazo no cruzó por el mero centro…

Magino, y hablando de palos, ¿cuándo volverán a etiquetar con los precios los medicamentos que se venden en las farmacias dominicanas? ¿Disgusta eso a Salud Pública? No, por nada… 

¿Se sorprende usted, Maginito, de que los contribuyentes paguen más de mil millones de pesos para ONGs? Esa suma incluye las asignaciones a ONGs que verdaderamente benefician al país, especialmente en el campo de la salud, a ONGs que suplen las deficiencias del Estado. Lo que duele, viejo vagabundo, es que en la cifra se incluya también el dinero que se regala para ONGs que “resuelven” problemas a sus comandantes, incluyendo a algunos que tienen hasta cargos electivos. Usted verá líos con esas pendejadas, pero no se apure, que esos son inventos del imperialismo para entretener a muchos de sus clientes. ¿O no?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas