Coctelera…

Coctelera…

La semana laboral se inicia sin novedad, como se le diría a la señora baronesa: mucho calor y más apagones. Y a propósito de apagones, mi viejo Magino, ese será tema obligado durante días y meses y ojalá que no llegue a años. ¿Que el problema es financiero? Qué bueno, ya se descubrió una nueva versión del helado en palitos o se habrán puesto en mora las tantas desgracias que afligen al amigo Dimargo. Sigue, viejito charlatán, la vaina esa de que el gobierno debe a los explotadores, perdón, a los productores de energía. Estos, en cambio, afirman que es el gobierno el deudor en gran escala. Pero, ¿se concilian las cuentas? Al Coctelero le dijeron que en el gobierno hay pruebas escritas de solicitudes para conciliar estados y que soberbios generadores ni siquiera han respondido. Quizás tengan razón para hacerlo, pues como por estos lados el oficialismo se caracteriza por bravuconadas y nananina de aplicación de la ley…..

Se afirma que la gringuita Jode Este, en la práctica, está quebradita. De las gubernamentales Jode Norte y Jode Sur es poco cuanto se sabe. Allí las cosas se encubren con más discreción que la empleada por algunos cronistas deportivos para tapar los palos que, en ocasiones, le dan a Pedro Martínez. Hay quienes dicen que el gobierno, el mes pasado, pagó más de 1,200 millones en subsidios por el consumo de gas propano y de energía eléctrica. Eso es algo que no puede seguir. A eso hay que buscarle una solución. De antemano se sabe que será dura. Lo que no se podrá mantener es eso de que los pendejos que pagan energía tengan que soportar elevadísimas facturaciones para cubrir lo que usan los carajetes que no aportan un solo centavo por ese concepto…..

Por cierto, don Magino, un asesor energético estatal, sorpresivamente relevado hace algún tiempecito de un muy elevado cargo en la Corporación de Empresas Eléctricas del Estado (CDEEE), ha hecho un pronunciamiento que llama poderosamente la atención: empresarios adeudan más de mil millones de pesos por concepto de energía no pagada. Asegura que entre esos empresarios se encuentran algunos de medios de comunicación, que adeudan unos 60 millones. Y también expresa que la Iglesia Católica no cubre sus obligaciones energéticas. Bien, Maginito, eso es grave, muy grave. De todos modos, el asunto se trata con paños sumamente tibios y bien doblados, pues se omiten los nombres, como ocurre siempre en casos similares. Si los deudores fueran “machepa’s sons”, a lo mejor se divulgaran…..

Al Coctelero le gustaría que todos esos nombres de deudores se dieran a la luz pública, comenzando por el de los propietarios de medios de comunicación. También que se hiciera una relación de las dependencias de la Iglesia Católica que no pagan la facturación. ¡Y ni hablar de los nombres de los empresarios cuberos! Todo el mundo exige energía, como es muy lógico suponer, pero ¿cuántos en realidad la pagan? Observe usted cuando vienen las “movilizaciones” en los barrios populares y podrá establecer que los más agresivos manifestantes jamás han cubierto un aviso de pago. No se, Maginito, si la actual tarifa puede ser rebajada de inmediato. Lo que sí se es que quienes consumen energía deben pagarla. No es justo ni lógico que a quienes cumplen sus obligaciones se les carguen las de los vividores que siempre invocan su condición de “padres de familias” o “marginados de la fortuna” para mantenerse de avivatos al margen de todos los compromisos. Por eso le pregunto, ¿y los que pagan, acaso no tienen hijos, acaso no tienen otras responsabilidades? El gobierno, uno de los principales culpables en el establecimiento de la cultura del no pago, por demagogo y por irresponsable, tiene por delante un serio problema en este asunto. Mientras tanto, viejito charlatán, apuesto peso a cabo de túbano a que, en las actuales condiciones, el Banco Mundial no soltará un solo chele para asuntos energéticos y eso, de por sí, es tremenda vaina. Mientras tanto, clientes 1A como unos supermercados que conozco, pagan su energía religiosamente pero lo hacen a favor de Unión Fenosa, tal y como se acordó cuando al gobierno, por querer correr más que la bola, le hicieron out en una compra del carajo.

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