Coctelera

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El presidente  Leonel Fernández hablará esta noche, a las nueve, para esbozar el programa de su gobierno dirigido al ahorro de energía. Demás está decir que la atención nacional tiene que estar, necesariamente, en esta comparecencia presidencial, dado que el programa de los altos precios del petróleo constituye la más severa amenaza para la economía quisqueyana.

República Dominicana no es un país productor de petróleo, pero consume el oro negro y sus derivados como si lo fuera. La política energética gubernamental, por otra parte, deja mucho que desear.

Y si no estamos en peores condiciones, eso se debe a las facilidades que otorga Venezuela por virtud de acuerdos que han sido auspiciados por el presidente Hugo Chávez… Cabe suponer  que el presidente Fernández anunciará medidas que han sido suficientemente ponderadas por los especialistas al servicio del Estado. Es una verdadera lástima que estemos tan divididos por razones políticas, pues lo ideal hubiera sido que las conclusiones que presente el jefe del Estado procedieran de un estudio realizado por el gobierno con las fuerzas vivas de la nación, incluyendo los partidos políticos de la oposición. De todos modos, a esperar el discurso del presidente Fernández…

El secretario  de Industria, Melanio Paredes, afirma que la economía dominicana no resiste la compra de petróleo a cien dólares el barril. Pues bien, amigo Magino, hay que estar preparado para enfrentar los cien dólares, suma que estimó como «justa» el presidente Chávez. Es bueno que los funcionarios oficiales, y toda la ciudadanía, se den cuenta de que el ahorro de combustibles es una realidad impuesta por una situación que no hemos creado. No se puede desperdiciar el combustible en un tránsito caótico a tiempo completo; es ilógico el subsidio al gas propano, subsidio que mayormente beneficia a sectores poderosos, sectores que se valen de muchas artimañas para lastimar al fisco. El gobierno tiene que estar consciente de que no puede despilfarrar combustible en su parque vehicular, no siempre empleado en actividades oficiales. En fin, Maginito querido, hay que ahorrar hasta la última gota de combustible, o más tarde o más temprano nos acabaremos de joder… Los honorables  diputados perciben ingresos mensuales que sobrepasan los honorables trescientos mil pesos. Sin embargo, Maginito, la mayoría de los honorables miembros de la honorable Cámara Baja no asisten a las sesiones por las cuales se les paga muy bien. Los honorables diputados que no asisten a la Cámara perciben también honorables viáticos y más honorables dietas por los servicios que no prestan. Por aquí, viejito verde, hay más de 170 honorables diputados, sin contar las honorables botellas que pueden crear, pagados por el honorable Estado… Bello muy bello,  el espectáculo que ofrece la Junta Central Electoral (JCE). Cuando se anunció la composición de la JCE, la mayoría de los dominicanos le dio su respaldo, esperanzado en que se corrigieran entuertos y el alto tribunal comicial fuera un organismo digno del crédito público. La actual JCE ha obtenido logros, ha hecho esfuerzos por corregir errores que venían desde tiempo ha. El Libro de Extranjería se puede citar entre los actos muy beneficiosos. Por cierto, Magino querido, es evidente que desde la creación de ese libro de extranjería, comenzaron ciertos ataques extra junta, pero bien disfrazados por sus ejecutores. Ahora mismo, Maginito, de la JCE sale un espectáculo que debería llenarnos de vergüenza. Es increíble la forma en que miembros de la JCE se atacan uno al otro y cómo la prepotencia se enseñorea por allí. Dígame una cosa, Magino, ¿es que estamos condenados, en materia electoral, a también depender de los notables?

 

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