Coctelera

Coctelera

Muy malas, mi querido Magino. )Fue ayer domingo de vara y pendón? )O fue un domingo de un solo apagón? Vale preguntarle, viejo bandido, dado que las queridísimas jodes, sobre todo las del gobierno, es decir, Jode Norte y Jode Sur, se dieron gusto en el día en que se supone de menos demanda. Por ejemplo, le escribo a las cinco de la tarde del domingo del carajo ese, y desde la seis de la mañana en adelante, he sentido media hora de energía.

Lo triste del caso es que después aparece un payaso cualquiera, del gobierno desde luego, hablando de que la oferta sube y otras sandeces. Es imposible, Magino, por más que usted quiera desentenderse del problema, acostumbrarse a vivir en medio de este pendejo caos de grandes ligas…

Maginito querido, ninguna sorpresa con la visita del subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, John Taylor. El Caribe, El Nacional y HOY, en sus ediciones del domingo, traen declaraciones atribuidas a Taylor, en las cuales el influyente funcionario afirma que hay una especie de consenso en cuanto a que las severas dificultades económicas de la nación comenzaron con el fraude de Baninter, seguido por los otros del Banco Nacional de Crédito y del Mercantil. El Caribe hace la siguiente cita directa, en boca de don Taylor: «La comunidad internacional quisiera ver que los responsables de este fraude sean llevados a la justicia y que paguen las consecuencias de sus acciones…».

He ahí, Magnito, una de las razones principales de la visita de Taylor al país, según da cuenta International Radio Bemba. Parece que los norteamericanos como que han visto cierta cantidad de agua almacenada para echarla al vino. Y se sabe, positivamente, que por Washington se ha dicho que hay interés en ayudar a la Dominicana, pero nunca facilitando recursos de los contribuyentes norteamericanos para tapar huecos creados por fraudes dominicanos y mucho menos si éstos no se castigan. Sin duda que Estados Unidos tiene marcado interés en que comiencen a resolverse los problemas económicos del país con el ascenso de un nuevo gobierno. Y no vacilará en apretar la piña, pues los yankees tratarán de evitar un lío social en esta pequeña nación caribeña, sobre todo en estos precisos momentos, cuando se trata de ampliar un estúpido bloqueo al régimen comunista de Fidel Castro en Cuba y Venezuela se apresta a ir al referendum en agosto, cosuanita que el presidente Hugo Chávez está seguro que ganará. Lo menos que pueden desear los queridos gringuitos, en ese escenario, es un alboroto local…

Maginazo, le recomiendo que lea el vibrante trabajo publicado ayer en HOY por el colega Juan Bolívar Díaz, relacionado con la instalación de parquímetros en la capital dominicana. Juan Bolívar saca a relucir uno de los contratos más desvergonzados que pueden recordarse por estos lares y solares. Y lo hace después de presentar a consideración de los lectores, los tres contratos hechos hasta la fecha. Haga una cadena con ese artículo, Maginito, pues el mismo debe ser leído por todos los dominicanos. Se verá, así, hasta donde llega cierta gente al negociar. Juan Bolívar cita que entre los accionistas de la compañía beneficiada figura una que, por coincidencia, se denomina Robaco de RD/Inc. (Qué nombre más ajustado a la situación, carajo!…

La lectura de los contratos citados por Juan Bolívar permiten establecer la velocidad que tiene alguna gente aquí cuando negocia desde posiciones públicas. Se jode al país con una facilidad que manda madre. Y como las cárceles están habilitadas para los infelices que roban pollitos u otras pendejadas, ni modo, (a luchar, soldados valientes! Bien, en este caso de la instalación de los parquímetros, hay que confiar en que el síndico Roberto Salcedo ha dicho que no los permitirá. De todos modos, caro Magino, hay que estar preparados, para por si acaso llueve. Si eso pasa, entonces habrá que acudir a Domingo Batista, el agresivo síndico vecino y decirle, con permiso de la memoria de don Juan Isidro, «préstame tu mandarria, hermano». Y que quienes cogieron algo para los víveres, por adelantado desde luego, que lo devuelvan o sufran las consecuencias, que jamás serán legales. (Llegó la luz! (a las 5.35 p.m.! Casi once horas de apagón, y falta el juego de la madrugada. (Viva Fidel, punta!

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