Coctelera

Coctelera

«Cuando suba la prima, Jaime Aristy se sentirá en el cielo». Farmacia Mella…

«La reforma fiscal podría ser conducida por un fiscal de la reforma». La misma Farmacia…

Maginito, ¿se fijó usted lo bien que encaja el PLD en el sistema de la «mentada representativa», como una vez le llamaba el profesor Juan Bosch? Para que nadie se llame a engaños, tenemos que nada menos que el exvicepresidente Jaime David Fernández Mirabal pide la anulación de las recientes elecciones «peledianas», bajo el alegato de que por allí hubo «de todo y lechoza». Eso era corriente en el perredeísmo y en el reformismo, pero el opositor peledeísmo se negaba a ligarse con «esa gente». Hoy, Maginito, los amos del sistema están de plácemes. Pocas diferencias hay entre sus muchachos repartidos en distintos equipos…

Maginito, ¿qué le pareció la «churrupia» de cuartos que, en un día, gastó Orange en propaganda, en las ediciones de los matutinos? Eso presagia que podrá haber una guerrita, pues la poderosa Verizon no se quedará con los brazos cruzados. Sin duda que las telecomunicaciones constituyen un negocio del carajo en este bello y acogedor país, donde la gente habla más por teléfono que en la familia de los inventores del aparatito. De Estados Unidos hacia acá, de acá hacia el resto del mundo, los criollitos hablan por pipá y eso se paga. El asuntito de los celulares es otro que cuadra bien, y si quiere comprobarlo, solo tiene que chequear, cada día, las ediciones de los diarios dominicanos. Los impuéstitos que se cobran no constituyen una pendejuanita y si usted me dice algún día que el teléfono dominicano es barato, solo deseo que Ede Norte y Ede Sur le regalen diez hora de apagones —algo fácil de hacer— para que no sea tan hablador…

¿Que le robaron una moto a un policía? ¿Y qué? Con eso el juego se pone 25,000 a 1, siempre a favor de los «azulitos»…

Los presidentes de las Cámaras Legislativas apoyaron al presidente Leonel Fernández, en cuanto a que la reforma fiscal debe lograrse por consenso. ¡Bien! Pero cualquiera pregunta, ¿quién representa a los consumidores en el consenso? ¿No podría hacerlo, de oficio, monseñor Agripino Núñez Collado, el mediador, pero quien jamás podrá despojarse de su investidura religiosa, cristiana, que debe propugnar, siempre, por la defensa de los desvalidos, de los pobres, de los indefensos?…

Magino, póngale el ojo a cuanto pasa en Los Llanos, para que después no se sorprenda si allí se repite —Dios no lo quiera— algo parecido a lo de Hatillo Palma, donde no nacieron muchas flores para desmentir al merengue y al merenguero. Es cierto, muy cierto, que por estos lares se cometieron muchos abusos en contra de los haitianos. Es innegable que sin la presencia de los braceros del vecino país la industria azucarera nunca hubiera llegado a ser lo que fue en una época y lo que es todavía. Los brazos haitianos constituyeron fuente generadora de riquezas y negar eso es querer decir que el pan sobao es más popular que el de agua…

Pero ahora, dada la situación de la jodida migración esa que parece tan difícil enfrentar, se caldean los ánimos. Es posible que el padre Christopher Hartley realizara una buena labor en defensa de los braceros, hasta recurriendo a la prensa internacional y a gente de gobiernos foráneos, denunciando excesos contra los braceros. Pero tal parece que al cura se le han ido las manos, fruto de la arrogancia, de la prepotencia que es tan fácil despertar en seres humanos, pero que debería ser difícil de mostrar en un religioso, en un cristiano que debería caracterizarse por su humildad, por su estricta vocación de servicio, por respeto al territorio extranjero que le acoge…

Sabido es que el padre Hartley tiene enemigos muy poderosos en el Este del País, pero es evidente que el cura que se deja llevar por el entusiasmo y a lo mejor no se da cuenta de que la agitación no es el mejor método para defender la causa que preconiza, por mejor organizados que se encuentren sus aliados criollo y foráneos. Condenamos que se quiera cortar la libertad de acción del padre Hartley, pero jamás podremos respaldar que el cura quiera domesticar a quienes se oponen a sus ideas —con legítimo derecho— recurriendo a la agitación que es fácil de desatar pero muy difícil de controlar. Se supone, Maginito, que aquí hay un gobierno legítimo, un gobierno que tiene que velar por la seguridad de todos, y que jamás podrá ser sujeto de intimidación ni siquiera por el Papa, dicho sea esto con todo respeto, mucho menos con un cura raso que puede crear problemas a la Iglesia a que pertenece. Póngale el ojo a Los Llanos, viejo vagabundo, para que después no joda la pista con las lamentaciones.

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