Coctelera

Coctelera

Buenos días,  mi querido Magino. Supongo que usted se habrá dado cuenta de que monseñor Agripino Núñez Collado pidió a los partidos políticos dominicanos la firma de un pacto que comprometa a los suscribientes a desarrollar una campaña electoral basada en soluciones puntuales a los problemas del país.

Mire, don Magino, usted puede estar de acuerdo o en desacuerdo con las gestiones del religioso y educador. Pero hay un crédito que no puede negársele: siempre está presto a servir a lo que él considera las mejores causas. Desde luego, el hábito religioso no le impide incurrir en errores. No son pocos los líos en que monseñor Agripino ha intervenido, a solicitud de las partes interesadas, siempre imbuido de la mejor buena fe y teniendo por norte lo que él juzga que es lo mejor para la sociedad. Soporta las críticas adversas como si estuviese recubierto con la piel de uno de los cocodrilos que tanto divierten a Radhamés Virgilio cuando pasea por el Ozama que, a diferencia del Masacre de Freddy Prestol Castillo, nunca se puede pasar a pie. Jamás actúa como el médico especialista en una enfermedad determinada. Por el contrario, es el galeno que a todos sirve por igual y el cual aparece retratado junto al jefe del Estado en una vestimenta muy formal o con una chacabana blanca y la codiciada gorra de las Águilas Cibaeñas. Por cierto, viejo Magino, un grupo de deportistas se apresta a contactar a monseñor Núñez Collado, para solicitarle que sirva de mediador en una propuesta que se hará al doctor Julio Hazim con miras a la compra del Escogido. Se tratará de que el doctor Hazim acepte un pago único con bonos del Estado, a sabiendas de que el equipo no se adquiere para que vuelva a jugar en la Liga criollita sino para que forme parte de la Liga Mercedes o de los Piratas de Vivo Carmona. Ahora y muy en serio, mi viejo amigo, hago este reconocimiento a monseñor Núñez Collado porque me nace del corazón y porque me viene en ganas hacerlo. El estimado prelado ha pedido a los partidos políticos del país que presenten a los electores soluciones puntuales que resuelvan los problemas que nos afligen. Y el educador cibaeño solicita a los partidos que firmen un documento que valide el compromiso, Monseñor puede que haya sido reiterativo pero jamás inoportuno. Y hasta la vista, don Agripino… El Coctelero  cree, firmemente, que no es necesario la firma de pacto alguno para el éxito de la campaña electoral. Lo que se necesita, para llevar a cabo una campaña que nos llene de orgullo, es buena educación y respeto absoluto por las ideas de los demás. Vergüenza debe causar la forma en que se irrespetan los dirigentes políticos dominicanos. Dígame una cosa, viejito vagabundón, ¿cómo es posible que los principales partidos políticos inviertan un tiempo precioso en acusarse unos a otros de corruptos? Si los partidos con más oportunidades de victoria siguen esa línea, ¿no elige usted a un corrupto? Y mientras las agrupaciones gastan fortunas en publicidad, ¿quién aporta un plan viable para resolver la crisis energética? ¿Qué programa factible existe para solucionar el problema del transporte que no sea regalando carros a los choferes? ¿Cuándo desde el Palacio Nacional se reclamará un listado que exponga las necesidades del llamado «interior del país? ¿Se comprenderá, entonces, que el país no es solo la capital? ¿Por qué no se explica a los futuros electores qué se hará a favor de la salud? Mire, Maginito, los líderes saben todo eso, pero lo que les interesa es acercarse al Palacio, aunque para eso necesiten mentir y ofrecer lo que de antemano se sabe que no se va a cumplir. Magino. ¿Será generacional esta vainita? Creo que sí y por eso me duele tanto ver cómo parte de la juventud se corrompe en una u otra forma. A otra parte de la juventud no le interesa la política y eso le abre el campo a quienes sí le interesa para su beneficio personal y jamás para el de la nación.

Publicaciones Relacionadas