Coctelera

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¿Cómo está don Magino? Supongo que cargando las baterías para ir tempranito a votar el próximo 16. Bien hecho. Y ya que hablamos de elecciones o votaciones –dígale como quiera que es la misma vaina– ¿se ha fijado usted como los tres candidatos mayoritarios hablan de la reforma fiscal? Mire, viejito, en cuanto a ese tema se refiere, estoy de acuerdo con quienes creen que dicho tema jamás debió de tocarse en la campaña electoral. La reforma fiscal, gane quien gane, tendrá que ser hecha. Hay compromisos, nacionales e internacionales, que no pueden pasarse por alto. ¿Pero se ha fijado usted como los candidatos le ponen la bolita a los electores? Todos prometen rebajas en la renta, que el ITBIS no será elevado, que patatín, que patatán. Entonces, cualquiera se pregunta: ¿de dónde saldrán los recursos para cumplir los compromisos del Estado? Este país no es Estados Unidos, que enfrenta crisis reduciendo impuestos y bajando tasas de interés. Aquí, cuando pica, hay que rascarse. Y con la demagogia no iremos a parte alguna. Todo lo contrario. El día de ayer estuvo candente con las expulsiones, roturas de silibines y parpatanas. Por el lado gubernamental se habló del desguabinamiento de Joaquín Antonio Balaguer Ricardo como cónsul en Nueva Orleans. Balaguer Ricardo, quien tenía muchísimos años desempeñando la función consular, se pasó del lado edificado por su tío-abuelo del mismo nombre y se unió a las huestes del candidato peledeísta Leonel Fernández. Y los gobiernistas no perdieron tiempo para cuadrarlo con la aplanadora. Joaquín Antonio es hijo del eterno «tenor de la juventud», José Manuel López Balaguer y se afirma que el muchacho siempre fue tenido como un hijo por el fenecido líder reformista y siete veces presidente de la nación…

Pero Balaguer Ricardo cobró otro premio en el sorteo de ayer: también fue desguabinado de las filas del Partido Reformista Socialcristiano (PRSC), el cual, con un tribunal serie B, siquitrilló a Jacinto Peynado, Carlos Morales Troncoso, Donald Reid Cabral, Arístides Fernández Zucco, Augusto Félix Matos, Leonardo Matos Berrido, Guido D’Alessandro, Claudio de los Santos, Ruddy Nelson Frías y Rosa Miniño. Todos los agraciados con las expulsiones pasaron a cerrar filas con el bando de Leonel. Y estas expulsiones pueden constituir un récord, pues entre los desguabinados se cuenta un expresidente de facto (Reid Cabral) y dos exvicepresidentes constitucionales (Peynado y Morales Troncoso). Parece que los titulares del tribunal disciplinario se plumearon o tenían mucho trabajo en otros menesteres y fueron reemplazados por los suplentes. Por eso se habla de serie B. Mire, Maginito, si alguien tenía dudas de que el reformismo ha cambiado en muchas cosas, las expulsiones deben moverle a meditación, pues ese era un método al cual nunca recurría el Doctor. El castigaba de otra manera…..Para la próxima edición del Larousse. «Evidencia: Lo que no tiene la OEA en cuanto al uso de los recursos del Estado por el reeleccionismo»…

Maginito, sigue el robo de cables eléctricos y telefónicos, de tapas de metal y placas de bronce por todos lados. Por eso es que el profesor Jesús de la Rosa echa tanto de menos lo que él llama «doctrina Ludovino» y «método Ripley»…

«Con el dinero que se ha gastado en esta campaña electoral se hubiera pagado el 20 por ciento de la deuda externa». Farmacia Mella…

¿Que los PANAM costaron más de seis mil millones de pesos? Recuerde, mi querido Magino, a don Gastón Deligne: «más arriba, mucho más…»

…Viejito vagabundón, declaremos varios días festivos y unámonos a los médicos: ¡hay cifras oficiales del censo de población y familia del 2002! ¡Eureka! Ya la patria sabe que somos 8.6 millones de pendejos aguantando tabla y que contamos con 32,115 mujeres más que hombres. Nos toca, Maginito, realizar otro censo en el 2010, pero como se hacen las cosas por aquí, a lo mejor se efectúa en el 2013 y los resultados se ofrecen en el 2009. ¡Siempre a la vanguardia!…

Mi querido Maginito, ayer me decían que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) podría asesorar al país para el uso de los medicamentos genéricos y así ayudar a quienes pasan el Niágara en bicicleta con los altos precios. Ese sería un verdadero batazo. Desde luego, se necesitaría el concurso de todos, autoridades, médicos, farmaceúticos, dueños de farmacias y hasta de los importadores de medicamentos «de marca». En cuanto a las farmacias respecta, el apoyo de los dueños de estos establecimientos es básico, pues muchos creen que es preferible ganarse el 30 por ciento de 1,030 pesos vendiendo el Celebrex de 200 mgrs. que el 30 por ciento del similar genérico Celeflán de Rowe, que solo cuesta 495 de los hediondos. ¿Estamos?

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