Muy buenas, mi querido Magino. Hace unos días, caro viejo, falleció en esta ciudad Héctor -Papi- Quezada, un viejo amigo, locutor estrella y publicista de altos quilates. Papi Quezada contaba 67 años de edad a la hora de su muerte. Conocí a Papi Quezada allá por los años finales del decenio del 50 del pasado siglo. El entró a formar parte del cuerpo de locutores de Radio Deportiva Handicap y recuerdo que su contratación se anunció, a página entera, en El Caribe. Esa página costaba, en la época, 150 de los hediondos, que en esos tiempos eran olorosos y estaban a la par con el dólar norteamericano….

De pasada es bueno decir que Radio Deportiva Handicap era una pequeña emisora de un kilo de potencia, cuyos equipos fueron vendidos por la Collins Radio, de los Estados Unidos. Se comentó, insistentemente, que esa radioemisora, ubicada en la Isabel La Católica casi esquina El Conde, era propiedad de Leonidas Radhamés Trujillo Martínez, hijo menor del dictador Rafael L. Trujillo. Eso era totalmente falso. Ocurre que Leonidas Rhadamés visitaba el local de la emisora con frecuencia y por eso «Radio Bemba» le otorgó la propiedad de la pequeña instalación que funcionaba en la envidiable frecuencia de 860 kilociclos….

La emisora contaba con las figuras deportivas de Max Alvarez, Billy Berroa, Félix Acosta Núñez, Tirso A. Valdez hijo, Leo Maloney, Luis Napoleón Bergés Reyes, entre otros astros. Su programación deportiva fue `pegando`, pero debe admitirse que la vinculación de sus propietarios con el régimen de Trujillo la hizo vulnerable y en una falla de una frecuencia de Radio Caribe, Radio Deportiva Handicap fue asimilada a la red de emisoras de la citada Radio Caribe ante un hecho que no se podía torear y que puso fin a un interesante ensayo: Trujillo quería escuchar, siempre, una onda limpia y ninguna mejor que la frecuencia de los 860 kilociclos….

Papi Quezada, quien había ganado popularidad en Radio HIN, poseedor de una voz extraordinaria, excelente lector y con tremenda capacidad de modulación, fue firmado, repito, por Radio Deportiva Handicap, y se le dedicó a la lectura de noticias y de comerciales. Pero su nombre y su calidad fueron explotados, comercialmente, por la emisora, en anuncios en El Caribe, llamándole la mejor voz de la radio nacional. Y eso despertó la cólera del general J. Arismendy Trujillo Molina (Petán), el hombre fuerte de Radiotelevisión Dominicana….Petán Trujillo se quejó de que era un insulto hacia el gran Ramón Rivera Batista considerar a Quezada la mejor voz dominicana. Y lo interesante del caso es que eso consideró, también, el propio Rivera, un locutor como pocas se han conocido en este país. Cuando Radio Deportiva Handicap desapareció, como tal, se insistía en la campaña a favor de Quezada –en la que éste nada tenía que ver– y Petán había expresado que si dicha campaña no cesaba, él iría personalmente a ponerle fin. Felizmente, no hubo necesidad de eso….

Los tiempos pasaron. Papi Quezada se fue abriendo campo. Fue una voz noticiosa de primerísimo orden. En la televisión creó un popular espacio de noticias. No era ya el muchacho inquieto que gustaba del jazz. Entró al campo de la publicidad. Fue pionero en el desarrollo de actividades publicitarias. La radio y la pantalla chica se disputaban sus servicios para aprovecharse de unas de las voces de más fueste que he escuchado en mi vida….

Para ligarse más al ambiente, casó en primeras nupcias con una hija de una pareja que hizo época en la radio dominicana: el argentino Carlos Andreoni y la criollísima República Bernardino, quien primero fuera esposa del malogrado Vinicio Saladín, considerado uno de los mejores locutores que recuerda la radio quisqueyana. República era dueña de una bella voz, sabía leer todo el tiempo y poseía una dicción de primerísima clase….A Papi Quezada le veía ocasionalmente. Siempre afable, simpático, bien educado. Hace unos meses, un amigo me dijo que el terrible cáncer le afectaba, que minaba su organismo. Lo lamenté de corazón, pues sabía que Papi Quezada, por encima de todas las cosas, era un hombre de bien, trabajador a tiempo completo y una persona que deseaba lo mejor para su país y para los suyos. Paz a los restos de este gran dominicano.