Coctelera

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Lo afirma monseñor Benito Angeles: “…el vago difícilmente se gane el cielo”. Entonces, don Benito, ¿eso explica por qué hay tan pocos criollitos en el Paraíso? No, por nada…  Maginito, no se ponga a perder su tiempo en investigaciones para establecer el origen del olor a gas que inundó ayer parte de la capital.

Ese olor es parte de una conjura dirigida por el eje Caracas-La Habana-Brasilia, que ha reemplazado el antiguo formado por Moscú-Pekín-La Habana, al cual todo se le pegaba. Ese olor, además, coincidió con el antiguo día de San Rafael, un santo desgomado por la Iglesia Católica y que, según algunos, es una víctima de la caída de la tiranía dominicana. Aunque nadie se acordó de ese camaján, viejito vagabundón, ayer se conmemoraba un nuevo aniversario del nacimiento de Don Fello, el de San Cristóbal…  Muy bonito el acto conmemorativo del sexagésimocuarto aniversario de la fundación del Banco de Reservas de la República Dominicana. Mire, viejito charlatán, ese banco no se fundó para pago de deuda externa alguna. Sencillamente, el 24 de septiembre de 1941, Trujillo firmó con el secretario de Estado norteamericano, Cordell Hull, un convenio por virtud del cual se devolvía al país la soberanía de sus aduanas. El régimen de Trujillo necesitó, por tanto, un banco para depositar los recursos generados por esas aduanas y el gobierno en general y se decidió a comprar la sucursal local de The First National City Bank of New York. El administrador del banco estadounidense quedó al frente del Reservas por un tiempo. El reservas siempre ha operado como banco comercial y ha ganado el fervor popular desde el primer momento. Es más, es un banco tan sólido, que ni siquiera los gobiernos, con las tantas porquerías que le hacen, han podido quebrarlo. En ocasiones, y por abusos gubernamentales, el Reservas ha parecido hasta una especie de inmobiliaria. Ese banco estatal ha sido codiciado por el capital privado, y en múltiples ocasiones, bizcochitos cabezas de niños, han querido “privatizarlo”. No han podido hacerlo. Y esperamos que el día que vayan a lograrlo, este país se tire a las calles a impedirlo…  ¿Que el PRD castigará, de manera ejemplar, a los autores del homicidio de Los Alcarrizos? ¿Y por qué no, mejor, los sanciona la justicia, aplicando la ley a todos cuantos han tenido que ver con este crimen? Lo mismo debe hacerse, Maginito, sin rejuegos ni otras pendejadas, con los autores de la matanza de Piedra Blanca, Bonao…  ¿Quién pagará los gastos de la extradición del judío Sam Goodson, en caso de que éste, finalmente, sea extraditado? Suponemos que fuñirán a los pendejos contribuyentes, aunque puede predecirse que Goodson será descargado, pues si su socio lo fue, ¿cómo condenarlo a él?…  La más alta dirigencia del PRD afirma que existe una campaña de difamación en contra de la Junta Central Electoral (JCE) en vísperas de la elecciones de mayo del año próximo. ¿Cómo, cabo? Lo lindo de todo esto es que cuanto se ve es una serie de denuncias que formulan funcionarios y miembros de la propia JCE, con las vagabunderías cometidas en oficialías del Estado Civil, vagabunderías que vienen de lejos, como las noventa declaraciones hechas por el cura haitiano a favor de haitianos. Y ya que se habla de la JCE, Maginito, hay que recordar que Euclides Gutiérrez, en su columna de ayer, escribió: “Todavía la JCE sigue siendo un comité de base del PRD, aunque algunos crean en las filas de muestro partido (PLD), que se ha operado una metamorfosis en esa orquesta desafinada de anarquía, prevaricación e improvisaciones que es la JCE”. Por cierto, Maginito, y ya que Euclides habla de que la JCE es “una orquesta desafinada”, cualquiera pregunta quién tocará la flauta en dicha orquesta. Y no se olvide, viejo vagabundón, que aún cuando Anaheim ya está fuera de combate en las mayores de 2005, parece que es verdad eso de que Bartolo tenía una flauta y luce verdadero que la flauta tenía un solo hoyo… 

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