Coctelera

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¿Que dieron poderes a Ramón Alburquerque y a Orlando Jorge Mera, los dos mandamás del perredeísmo, para que puedan negociar alianzas electorales, incluido el reformismo? Ya se lo dije, Magino, cuando a usted le desmienten lo que usted sabe que es verdad, espere tranquilo, sentadito, que las cosas se ponen en su puesto. Farmacia Mella… 

Maginito querido, cuando usted lee el pliego de reclamos que formula la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) —todos sabemos de donde viene la mayor parte del oxígeno que respira— tiende a preguntarse que consenso del carajo fue el que se logró en las reuniones entre funcionarios del gobierno y empresarios criollitos, con la mediación de monseñor Agripino Núñez para el asunto ese del parcho fiscal. Ahora la JAD aspira, para el sector que representa, una serie de concesiones que uno no se explica los motivos por los cuales no se hicieron presentes en las reuniones del “consenso”. Está la exención impositiva al pecho, la solicitud desde luego, así como también una serie de argumentos expuestos que le zumban la manigueta. Por cierto, uno de ellos es que se abandonará el campo. Y cualquiera se pregunta, ¿Cuál campo? ¿Será de aviación? Eso, porque constantemente se habla de que el dominicano se fue del campo y el campo es dominado por los haitianos. Desde luego, Magino, para el trabajo de siembra y recolección. Me dijeron, asimismo, que ahora muchas de las peticiones giran alrededor de los problemas que traerá el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, pero también me soplan que entre los negociadores que Hipólito usó se encuentran peticionarios de hoy que ayer no tuvieron los timbales de hablar. No, por nada…  A cerrar las discotecas a las dos de la madrugada. En la Línea, los centros nocturnos a las doce. La histeria en funciones. Mientras tanto, ¿qué hay de los miles de niños deambulando por las calles de Santo Domingo, a todas horas del día y de la noche, pidiendo centavitos, usados por vagabundos para formar bandas, es decir, convirtiéndose en carne de cañón para la delincuencia ¿Y qué me dice usted de la proliferación de niñas ofreciendo hasta sus cuerpecitos en los semáforos, en distintos puntos de la capital? ¿Y qué de las haitianas indocumentadas, con niños en los brazos y otros sueltos en peligrosas esquinas, solicitando dádivas, a la vista de autoridades indolentes o cómplices de todas estas vagabunderías? Mire, Magino, ya está bueno de soportar, a la hora de la “moralización”, estos escrúpulos de María Gargajos…  Las constantes metidas de pata del Tío Sam en la cuestión de Irak provoca que mucha gente sienta pena —y hasta simpatías— por un tirano como Sadam Hussein, hoy procesado por una corte en quien nadie cree y, para colmo, secuestran y asesinan a uno de sus abogados. Primero, Estados Unidos recurrió a mentiras para invadir Irak, pues Hussein no tenía armas para destruir la humanidad. Esas armas se sabe donde están. Siguieron las mentiras y no hay duda de que hoy los norteamericanos a lo mejor no saben como salirse de una situación que se vietnamiza cada día que pasa…  Magino, antes que lo olvide, quien la sacó por los 411 del estadio ¡Quisqueya! fue el Padre Toño cuando se leyó que había sido condenado en el asunto del Renove. Toño dijo que eso pasaba porque él era católico “y Leonel es un brujo”. Mamacita. La verdad es que si Leonel es brujo, es brujo serie B, pues si fuera serie A otro sería el cantar…  ¿Qué esperamos, Maginito, para ir en auxilio de Guatemala? Los hermanos centroamericanos han sido fuertemente castigados por la tormenta Stan, que ha sembrado muerte y destrucción. Guatemala siempre ha sido una nación solidaria con los dominicanos, en todas las épocas. Como siempre, los más afectados por Stan han sido los pobres, especialmente la población india. Tenemos que identificarnos con los guatemaltecos en estos momentos de tragedia. Aunque sea simbólica nuestra ayuda, no podemos dar las espaldas a los queridos hermanos del quetzal… Usted sabe, Maginito, que a veces le tocamos por tercera a monseñor Agripino Núñez Collado, el más versátil obispo católico de hoy. Esta vez, sin embargo, estamos muy de acuerdo con el premio que le otorga la Fundación Internacional para Asuntos Electorales, con sede en Washington. Monseñor Núñez Collado ha prestado excelentes servicios en problemas electorales que han surgido aquí y todos recordamos su actitud en la noche del 16 de mayo del 2004, horas después de cerrarse las urnas y pocos minutos antes de que el presidente Hipólito Mejía reconociera la victoria de su rival, Leonel Fernández. ¡Congratulaciones para el as del busca consenso!

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