Se afirma, mi querido Magino, que amor con amor se paga. Por tanto, cabe esperar que la comunidad dominicana en los Estados Unidos, con derecho a voto, ejercerá el sufragio, cuando le toque y si se repostulan los mencionados, a favor de congresistas que han asumido la defensa del pueblo dominicano cuando dominicanos se han cruzado de brazos para que el toro imperial le meta los cuernos a un torero que usó y usa un capote con un palo de guayaba en vez de una espada filosa. Sucede, viejito charlatán, que los congresistas Hilda Solís, Charles Rangel –muy conocido aquí– Ciro Rodríguez, Linda Sánchez, Raul Grijalva, Xavier Becerra, Thomas Allen, Sherrod Brown, Henry Maxim, Sander Levin, Jim McDermott y Pete Stark han dirigido una carta al presidente George Bush, en la cual objetan disposiciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Centroamérica, la República Dominicana, países andinos y Panamá por virtud de las cuales se perjudica a las poblaciones de dichos países a la hora de producir medicamentos genéricos, todo ello para proteger a los «de marca»….Para nadie constituye un secreto el hecho de que el precio de los genéricos es mucho menor que el colocado a los «de marca». Estos últimos han alcanzado niveles insospechados y aún hoy, cuando la prima que se paga sobre el peso dominicano para adquirir dólares de los Estados Unidos ha descendido, notablemente, esos medicamentos `de marca`e importados, cuestan lo mismito que cuando la prima se cotizaba al 50 por 1. Es decir, Maginito, las costillas de los usuarios siguen expuestas a la voracidad de unos cuantos y el Estado, como de costumbre, ni cuenta se da de la cosa. No es la primera vez, por otra parte, que se habla de que el TLC causará problemas en los renglones relacionados con los medicamentos….Es sabido que las autoridades dominicanas, en distintas ocasiones, han estado sometidas a enormes presiones por los gobiernos de los países donde se instalan grandes transnacionales de medicamentos. En más de una ocasión se ha hablado de presiones realizadas por embajadores, representantes de grandes potencias, que «protegen» a los suyos aún a costa de sacrificar a los nuestros. Desde luego, los responsables son las autoridades locales que aguantan esas presiones y temen enfrentarse al poder foráneo. Casos se han denunciado, asimismo, de inescrupulosos abogados que se han prestado para defender la existencia de patentes vencidas y así impedir que los laboratorios locales produzcan líneas que llegarían a bajos precios a personas necesitadas de esos bajos precios. Es más, esta situación ha llegado al extremo de que algunas farmacias se niegan a vender genéricos, todo en base a un puro interés mercurial, pues sin duda alguna que el 30 por ciento de beneficios de un genérico es inferior al mismo porcentaje de uno «de marca»…..República Dominicana cuenta con multimillonarias inversiones, nacionales y extranjeras, dedicadas a la producción de medicamentos, incluyendo genéricos, medicamentos de probada calidad y efectividad. Esos laboratorios, que podrían también dedicarse a muy buenas exportaciones que el país necesita, están en condiciones de fabricar líneas que la nación reclama por sus precios más bajos en medio de una tremenda situación económica que causa bajas por falta de recursos en gente pobre para dedicarlos a los medicamentos….Sectores «nacionales» han armado tremendo escándalo para que se mantenga el 25 por ciento a la importación del sirop de maíz que usan los refresqueros nacionales. Sin duda que el Congreso Nacional, al imponer el gravamen, ejerció un derecho soberano, independientemente de si el gravamen es bueno o incorrecto. Sería muy interesante que esos mismos sectores que favorecen el gravamen –y los que se oponen al mismo también– dieran su respaldo a las gestiones de los representantes estadounidenses ante el presidente Bush. ¿O no son dominicanos, acaso, quienes comprarán los refrescos nacionales endulzados con el sirop de maíz? Esperamos, pues, que los defensores del TLC ponderen bien los argumentos que esgrimen los congresistas norteamericanos a favor del renglón medicamentos en el país. Nunca es tarde para hacer el bien.