Coctelera

Coctelera

Buenos días, caro Magino. Tengo para decirle, viejito supersticioso, que durante mi larga carrera he escuchado, muchas pero muchas veces, eso de que anunciar que un lanzador de béisbol lanza un partido sin hits ni carreras produce mala suerte y «expone» a la pérdida de la hazaña. Es más, eso lo oigo desde que tengo uso de razón, si es que dispongo de ese uso. Recuerdo cosuanitas que ponen a pensar a cualquier, de anuncios de que se tejían juegos sin hits ni carreras, y después del aviso, ¡a huir Pichulí Manzueta!…

Guayubín Olivo, en una ocasión, rompió un partido sin hit ni carreras a Johnny Wright, con un single impulsador en el cierre del noveno, tras dos outs, y el anuncio, Licey ganó 1-0. Es más la carrera la anotó un jugador que lleva el apellido del almirante un Papito Mateo gordo y ya descartado usado por el Escogido, salió en el séptimo de emergente y rompió un no hit a Art Mahaffey, de las Estrellas, sacándole del partido cuando el batazo le rompió un tobillo. En el viejo campo deportivo de Ciudad Nueva, en 1943, ví a Rafael Espada dispararle un triple Al Loro Escalante para romperle un no hit acabando Pipo Cordero de hablar del asunto. Recuerdo a Daniel Rodríguez conectarle un single a un lanzador de apellido Smith para aguarle la fiesta. Y así, Maginito, en muchos otros casos…

Ayer, viejo vagabundo, Pedro Martínez tiró siete entradas y un tercio a los Dodgers, sin hits, y ganaba 1-0. Los narradores del Canal 37 no hablaban del asunto hasta que Johnny Trujillo dijo, más o menos, que Pedro hacía algo grande y recitó el score: Dodgers, cero carreras, cero hit, cero error. ¿Querían más? Pues bien, ahí mismito, el siguiente bateador, un novel criollo de apellido Pérez le metió soberbio tripletazo por el central y el siguiente bateador la sacó del parque. No solo le rompieron el no hit, sino que Pedro perdió 2-1. ¿Cree usted en eso, Magino? El Coctelero no, pero de que hay algo, lo hay…

Reciba Usted, adorado viejo, un «sano» consejo en medio de esta crisis: gaste mucho combustibles, viaje a todas partes, dé muchos paseos en autos junto a los suyos. Consuma mucha energía. Ablande sus frijoles con gas y descarte los enlatados, use mucho propano y use ese combustible para salcochar la remolacha. Después, cuando el dinero no le alcance para nada échele la culpa al gobierno de cuanto usted sufre por carajete, que eso es completamente gratis…

La comisión de la denominada reforma de la empresa pública habla de que Pidoca es una empresa que se puede negociar. Mire, Magino, hay que ver las cosas claritas: lo que usted conoce como Pidoca no la usa ni la salva nadie. Es más, para sacar los hierros viejos que allí existen hay que pagar para que los trasladen a Metaldom. El valor, eso sí viejo acomodado, de la razón social Pidoca es el área de unos 34,000 metros cuadrados que tiene disponibles. A ojo de buen cubero, mejor dicho, de buen pagador, el metro cuadrado por Pidoca puede cotizarse entre dos mil y dos mil quinientos pesos. Es decir, esas tierras podrían costar unos 85 millones de pesos y la venta tendría que disponer de la aprobación del Congreso Nacional. Por si acaso!…

A Fidel Castro, mi querido viejo, le regalaron un bizcocho con 79 velitas en ocasión de su cumpleaños. Como «Perico en la estaca» quedaron quienes quieren convertir a Fidel en bizcocho y colocarle cuatro velas. El gran Caballo, después de 46 años de gobierno, está  fresquecito como un guandul acabado de cosechar y ahora reforzado por su entrañable amigo Hugo Chávez Frías…

Después de oír a uno de los grandes dueños del tránsito en la capital explicar porque se suben precios de rutas sin esperar anuncios gubernamentales, estamos más convencidos que nunca que el caos del tránsito está hecho a la medida de Hamlet Hermann. No es solo la Farmacia Mella que lo cree así…

Magino, me pierdo. Leo en El Nacional una historia acerca de la falta de haitianos para trabajar el agro en el Noroeste. Cito: «El dirigente arrocero (Victoriano Valerio) declaró que la mano de obra haitiana es la que se consigue más barata y que si no disponen de ella, tendrán un encarecimiento en los costos de producción». Entonces, viejo charlatán, sí hay mano de obra dominicana disponible, pero hay que pagarla y eso sube costos. Los haitianos, por lo visto, constituyen carne de cañón en todos los órdenes y los empresarios agrícolas jodiendo el país para mantener precios «bajos». Como se supone que aquí hay un gobierno, se puede esperar que ese gobierno tenga tiempo de ocuparse de este problema a tiempo antes que la vainita empeore.

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