Coctelera

Coctelera

¡Ola, Magino, así, sin hache, pues la hache se la comió un apagón de rompe y raja, de esos que nos regala, a diario, la siempre queridísima Jode Sur viuda Fenosa. Y ya que hablamos de Jode Sur, tenemos que el administrador general de esa cosa estatal que llaman distribuidora –será de apagones– pide una tregua a la población en lo que se resuelven los problemas estructurales y de regulación que existen en el siempre deficiente aparato energético quisqueyano. Entendemos, perfectamente, la posición del administrador y créame, Maginito, que jamás envidiaremos sentarnos en su silla eléctrica, aunque tal vez no corra peligro por falta de energía…

El administrador de Jode Sur, viejo vagabundazo, dijo muchas verdades en una historia publicada ayer en HOY. Vuelve a hablarse del déficit de efectivo en las Jode del Estado. Y es muy clarito que eso sea así, sobre todo después de la dichosa «recompra que otorgó a la dichosa Fenosa española los mejores clientes de las Jode, clientes cautivos por largo tiempo para engrosar las arcas de la poderosa empresa ibera, tan suertuda que los pagarés que le firmó el gobierno para financiar la operación, fueron descontados en Madrid antes de cerrarse la misma…

Provocaría risa si no se tratara de algo tan serio, la declaración del administrador de Jode Sur, cuando expresa que el 28 por ciento de la energía que adquiere la empresa para servir en Santo Domingo y San Cristóbal no tiene a quien facturársela. ¿Cómo carajo puede operar un negocio de esa manera? Lo lindo de esta vainita, es que el administrador señala que Jode Sur tiene medio millón de usuarios que no son clientes de la empresa. ¿Y qué son, entonces? No joda, Magino, dígame qué son. Llámelos por sus nombres, puros gatos energéticos. No importa la situación que los guíe por ese camino, son salteadores de un sistema, que obliga a los pendejos que pagan a cubrir consumos que son los suyos, en adición a los que mandan los contadores «rapiditos» que trajo Fenosa para acá y de los cuales «tan bien» se habló en «Cambio 16» cuando dedicó una sección a los medidores de Barcelona…

Mire, charlatancito de aldea, ahora mismo se paga una suma determinada por kilovatio y no hay energía disponible. Cualquiera le diría que si le suben un par de cheles a ese mismo kilovatio, habría quienes pagarían gustosos, siempre y cuando se suministre energía, pues así no habría que gastar miles de pesos al mes en gasoil, en mantenimiento de plantas y en inversores. Pero le pregunto, viejo verde, ¿estaría la clase media nacional en condiciones de asimilar un alza de tarifa? Todo eso, después de los palos que le dan con la educación, con la ropa escolar, los libros, los abusos de muchos colegios, los salteos al exigirle a padres de alumnos hasta papel higiénico y veinte mil firmas más, en adición a la comida y a las medicinas. Lo más probable es que cualquier mediano entendedor de la realidad dominicana le diga que la clase media y la clase pobre no aguantan nada mas sobre todo ahora mismito en que la reforma fiscal hará de las suyas. ¿Usted quiere saber alguito? Pues mire, bandido de película, por lavar y planchar una guayabana, la lavandería buena que más barato cobra, fija en 55 pesos su servicio. Ahora agréguele unos chelitos por concepto de ITBIS. Cuando menos le meterán la cosita a 60 y usted sabe que los avivatos siempre están presentes cuando de aumentar precios se trata…

Desde luego, caretudo, no se le ocurra decir que hay que aumentar el treinta por ciento a los sueldos de los empleado públicos y privados, pues a lo mejor la mayoría de los patronos se ponen bravitos y dicen que eso es comunismo, que es el Comité de Salarios el que tiene que hablar del sueldo mínimo, que es inconstitucional el alza general y hasta que el país podría ser sujeto de sanciones internacionales si eso se hace. A esa gente no le importa un carajo el destino de los trabajadores y son tan cretinos y tan carajetes, que si se decide darle pupú a los obreros son capaces de hasta racionalizar los ejercicios fisiológicos para controlar la actividad. Bien viejito bandido, se fue la luz otra vez. Y es que con cuatro o cinco horas al día es suficiente, veinte de apagones es razonable. Por cierto, Magino, ¿le dijeron a usted que Fidel pasó otro examen de buena salud?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas