Coctelera

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¡Hola, don Magino! Caldeado el ambiente, ¿verdad? Gobiernistas matándose entre ellos, opositores haciendo lo mismo y el Fondo Monetario Internacional apretando a los más necesitados, mientras que los hombres de poder económico tratan de desprenderse de algunas cargas para endosarlas a los más pendejos. Y eso que todavía hay gente que no quiere darse cuenta de la forma en que se carga el dado para que siempre salga as o seis. ¡Veremos por dónde es que habrá que salir cuando canten bingo!…

Mire, Maginito, prefiero creer en lo que dice el titular de El Nacional del domingo, de que algo se sancocha en la frontera entre Haití y Dominicana. En lo que no voy a poner lo huevos es en la canasta esa que habla de que la movilización militar en la frontera y la visita del canciller dominicano a Puerto Príncipe son asuntos rutinarios. ¿Rutinario un recorrido militar por la zona fronteriza en el que participen los máximos jefes castrenses dominicanos junto al embajador de los Estados Unidos y oficiales gringos? ¿Qué rutina del carajo es esa? ¿Y que la visita de Carlos Morales Troncoso a Haití es para devolver otra, oficial, que hicieron los haitianos a Dominicana? ¿A devolverla ahora? No fuña, Magino, usted es de los que cree que el león es vegetariano porque un felino tuvo la desgracia de caer en un zoológico dominicano donde le “alimentaban” con guineos…

No sé qué se guisa en Haití ni qué tendrá que ver Dominicana en la preparación del banquete. Pero le aseguro que, parodiando al anuncio de General Motors, si cuanto se prepara conviene a Estados Unidos, no conviene a Dominicana ni mucho menos a Haití. ¿Qué se busca la preparación, la habilitación de campamentos militares “internacionales” en la línea fronteriza? Suponemos que el gobierno dominicano no será tan come-jaibas de permitirlo de lado quisqueyano. Ya una vez, como dice el cuento, se trató de instalar campamentos para “refugiados” haitianos en territorio quisqueyano. Fue aquel plan “Exodo” que suscribieron los jefes militares dominicanos de entonces, y que no se ejecutó porque el entonces presidente Joaquín Balaguer lo mandó al mismísimo carajo, como mandó a los guardias de aquí, a los de allá y al gobierno de las barras y las estrellas, cosa ésta que influyó en la decisión del Tío Samuel de sacar al ciego mandatario, definitivamente, de su adorada sillita de alfileres que tantas nalgas pinchó, menos las de su propietario…

Haití es una palma de fuego. Cuanto pase allí repercutirá aquí. Pero eso no significa que tengamos que cruzarnos de brazos y proceder como muchachitos de mandados de los amos norteños. Por eso es que dicen que Hugo Chávez se pone tan jodón como Fidel. Es que resulta un tanto difícil mantener su independencia sin disgustar a los compatriotas de Michael Jackson. Veremos en qué para todo este lío, pero al carajo eso de las “coincidencias”…

Alfredo Pacheco, mi querido Magino, ha dado demostraciones muy palpables de que no es un manicito. Llegó a la presidencia de la Cámara de Diputados rompiendo lanzas con fuerzas que creían que le derrotarían con facilidad y se equivocaron de plano. Eran las fuerzas del entonces presidente Hipólito Mejía, que querían sembrar en la Cámara Baja a la reformista doña Lila Alburquerque. Pero Pacheco dijo no y ni siquiera los tiros que se lanzaron en el recinto camaral pudo impedir su victoria. Se juramentó a sangre y fuego. Ha manejado la Cámara con gran habilidad. Con sencillez sobre todo. Mantuvo su base en Cristo Rey. En la convención perredeísta fue el dirigente más votado con v, mientras que otros, de hecho, lo fueron con b. Y ahora pinta como una línea en la reelección de la jefatura de los diputados. Desde luego, Pacheco tiene que cuidarse mucho y no dar la pechuguita, que en la política dominicana cualquier cosa puede pasar, sobre todo si es de vagabundería…

Magino, ¡tremenda la pela de lengua que le dio el superintendente de Bancos, doctor Euclides Gutiérrez Félix a una comisión consultiva de aseguradores! El morenito bajó duro aunque con un lenguaje fino para el que suele usar. Para los consultores que querían acción de la Superintendencia, Euclides la ofreció: tolete con operaciones realizadas en el pasado y otras yerbitas en el siempre controversial mundo del seguro. Mire, Magino, con Euclides se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero de algo usted puede ir sobre seguro, ese negrito no se queda con nada de nadie y le mete un torpedo a quien crea que se lo merece. ¡Y sabe hasta de música, para joder más la pista!

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