Coctelera

Coctelera

Mi acongojado  Magino, se necesita tener cachaza, en estos días, para bloquear parte de la autopista Duarte, con el pretexto de que el gobierno no ha acudido en auxilio de familias cuyas viviendas han sido inundadas por las crecidas del río Guananito.

¿Y qué de los miles   de dominicanos que sufren por las inundaciones   en todo el país? ¿Qué gobierno puede atenderlos a todos al mismo tiempo? Este es un momento difícil en que hasta los propios damnificados están compelidos a hacer sus aportes para la rehabilitación de las zonas afectadas. Aun cuando ese no es el caso de Guananito, no ignoramos que hay localidades urbanas y rurales donde aparecen “damnificados profesionales”, unos seres despreciables que convierten en negocio  el dolor ajeno y que muchas veces operan por la timidez y la demagogia gubernamental…

Contrario  a los “desesperados” de Guananito, están las humildes familias de La Barquita, que se sienten afectadas por las crecidas de los ríos Ozama e Isabela en el Distrito Nacional. Esa gente sobrevive en las orillas de los ríos, prácticamente dentro del agua. A veces levantan rústicas viviendas en zonas donde ocurren deslizamientos. Recientemente, en uno de esos deslizamientos, una piedra gigantesca aplastó una vivienda provocando siete muertes.

Conscientes de los peligros a que están expuestos, hay grupos en La Barquita que piden al gobierno la entrega o venta de solares y que ellos, los residentes, construirán las viviendas. Ese es un reto interesante que se le lanza al gobierno. Eso sí,  si el gobierno lo acepta, no puede proceder a la brigandina sino  planificar bien su trabajo, para evitar que en  un par de años se reclamen requisitos para el funcionamiento de una ciudad no de una barriada, como ocurre a lo largo de las carreteras. Y eso sí, desalojando gente de La Barquita, mandarria con las casas deshabitadas…

Dígame una cosa, ¿era o es necesario el escándalo que se ha dado alrededor de las 100 viviendas donadas por el Estado venezolano al Estado dominicano? No voy al fondo del asunto. Ignoro si el embajador venezolano en el país pasó por encima a la convención de Viena y desconozco, como alegan los sudamericanos, si el contrato o lo que sea estuviera debidamente concluido, para ser ejecutado.

Lo que me importa saber es si las casas se entregan a verdaderos damnificados, previamente identificados por las partes. Y si se ha metido la pata a la hora de la entrega de las viviendas vale recordar que un gobernador provincial es el representante nada menos que del Poder Ejecutivo en una provincia y todo cuanto hace a quien salpica es al presidente de la República.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas