Coctelera

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Mi queridísimo Magino, buenos sean los días para Vuestra Merced y para los suyos. Que todos disfruten de las bonanzas de esta sociedad que ha visto crecer el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hasta el punto de que el simpático Lidio Cadet dice que no hay posibilidades de dar «trabajo» a 1.2 millones de seres humanos que componen su matrícula. Es decir, viejo vago y carajete, que el Estado debería, en buena ley, darle «trabajo» a la matrícula total del peledeísmo y que se jodan todos los demás, que esos son dominicanos en teoría y teoría no come primero…

La prensa dominical destaca, estimado evasor, que Aduanas revisará hoy más furgones que el carajo, pues teme que todos estén repletos de efectos electrodomésticos, traídos en un embarque consignado como «materia prima» destinada a empresas de zonas franca del sector fronterizo, embarque supuestamente amparado en una controversial ley de `incentivo`. Las informaciones divulgadas hasta ahora señalan que los desconocidos importadores gestionan el pago de los impuestos, que Aduanas reliquida, qué patatín, qué patatán. De lo que se puede estar seguro es que los furgones y lo que éstos contienen, jamás serán tirados al río. Ni se revelarán los nombres de los importadores ni otros beneficiados con las cosuanitas, pues eso hace daño «a las investigaciones» y puede desestimular a los patrocinadores del Código Procesal Penal…

Todo eso, mi querido Maginito, los hace volver la cara hacia el contrabando, esa altruista y benéfica actividad que tanto agrada a civiles, militares y policías, pues compran más barato lo que tienen que pagar más caro los pendejos que cubren salarios, energía eléctrica, impuestos de todas clases, seguros, y macuteos indiscriminados para garantizar la subsistencia en una sociedad en que las primarias de los partidos políticos deben pagarlas los contribuyentes, las secundarias también, y las universitarias, abonadas en efectivo, corren por cuenta de los más guanajos y vivos de todos, para mantener contentos a los candidatos ¡por si acaso éstos llegan! Por todo eso, Maginito, independientemente de instituir el Día del Contrabandista y la Orden del Contrabando, se nos ocurre que en vista de que continuará la ola de maledicencia en contra de esos esforzados evasores de las odiosas cargas contributivas, se les honre con la erección de un monumento al Contrabandista Difamado. Ese monumento podría colocarse a la entrada del puerto de Haina Oriental u Occidental, o en el de Santo Domingo, en este último tomando en cuenta su antigüedad en el servicio. Podría ser una gigantesca figura en bronce, en cuyas manos abiertas se colocarían efectos electrodomésticos, automóviles, cigarrillos, bebidas alcohólicas, medicamentos, tejidos y alimentos. El monumento, muy claro está fijado, tendría que tener cabeza, pero en vista de que los gobiernos guardan celosamente los nombres de estos salteadores modernos –perdón, de estos preclaros ciudadanos– esa cabeza carecería de rostro, como las muñecas mocanas…

Para que el gobierno no tenga que cargar con los gastos del monumento –que se haría por concurso– bien podría prepararse un telemaratón de alcance nacional. Si las donaciones no son suficientes, entonces el gobierno bien podría permitir un `contrabando extraordinario`, cómo se hacen sorteos extraordinarios, dirigidos a recaudar fondos. Como quiera son los contribuyentes los estafados, tanto en contrabandos como en sorteos. Inaugurado el monumento, mi querido Magino, e instituido el Día del Contrabandista, ¡qué tremendo espectáculo se presentaría con ofrendas al Contrabandista Difamado! Allí podrían acudir autoridades recaudadoras y las distintas agrupaciones empresariales enviarían a sus representantes, para así honrar a un servidor de la sociedad, a un ser que todo lo soporta en silencio, incluyendo la ingratitud de parte de una colectividad que disfruta del contrabando y maldice al contrabandista. ¡Qué bien se verían, depositando sus coronitas, junto a representantes de evasores, autoridades de distintas fuentes gubernamentales, civiles, militares y policiales! Y mire, Maginito, si al final usted quiere que el monumento salga más baratito, ni modo, encárguelo al extranjero, hable con un naviero amigo, ate sus cabos en los puertos, y métalo de contrabando. ¡Todo por una cuestión de principios! No se olvide, por si acaso, que hoy es Día de «Todos los Santos» y mañana ¡de finados!

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