Coctelera

Coctelera

Muy buenos días, mi querido Magino. ¡Qué buen domingo, viejito vagabundón, sin diarios con tantas noticias malas y malísimas, que pintan el mundo tal cual es, cruel y despiadado hasta con los buenos que se presentan. Felicitamos a los agraciados… o Hoy quiero hablarle del edificio para la Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría General, pero le advierto que se le peló el billete, pues no se trata del lío del que se habla desde hace más días que el carajo y del cual se hablará a cada rato. Quiero contarle lo que amigos de la judicatura me señalaron, no sin cierta preocupación: pese al majestuoso edificio construido en el Centro de los Héroes, y que costó, según un chusco, «todo el dinero del mundo», la Suprema por un lado, y el Poder Judicial, por el otro, han crecido en forma tal que la edificación queda «chiquita»…

El proyecto del edificio para la Suprema comenzó a ejecutarse en la pasada administración dirigida por Leonel Fernández. La de Hipólito Mejía le sacó el cuerpo y al regresar Fernández al mando, se decidió la terminación de la obra. Se afirma que los planos de la instalación eran del conocimiento de los magistrados de la Corte, pero que ellos, allí, nada pusieron, jamás gravitaron en la confección de los mismos. Igual ocurrió con la costosísima decoración, con el lujo físico de que ha sido dotado el tribunal…

La deslumbrante instalación dispone, según se afirma, de enormes espacios vacíos, de grandes pasillos que podrían ser habilitados como cubículos para satisfacer necesidades inmediatas del alto tribunal. Se señaló que la sala de audiencias se instaló en la sexta planta y que la edificación cuenta con dos ascensores, que se supercongestionarán en determinados procesos que se ventilen en la corte. Se comenta, asimismo, que la edificación cuenta con «más puertas que el diablazo», lo que no es bueno para los asuntos de seguridad, que tanto se toman en cuenta hoy en día. Sin embargo, son visibles los controles electrónicos en esas puertas…

Distintas dependencias de la Suprema quedan en la vieja edificación, así como también algunas del Poder Judicial o relacionadas con éste, también del Centro de los Héroes, y otras se mudan allí. El viejo mobiliario de caoba centenaria que parcialmente se usaba, queda para el empleo de las ‘nuevas’ instalaciones que no caben en el edificio de las discordias y ese mobiliario no tiene precio, pues por más que avance la decoración, la caoba centenaria es la caoba centenaria y cuesta un ‘silibín’ de plata de la buena. Se habla, Magino querido, de la necesidad de parqueo para la Suprema y la Procuraduría. Las excavaciones que se realizaban en un solar contiguo al edificio están detenidas. Se cree que ese trabajo lo realiza Obras Públicas. Por los alrededores de la Suprema se dice que se proyectaba un parqueo subterráneo hasta de unos tres o cuatro niveles y uno por arribita, pero que las excavaciones tienen que detenerse dado que la capa friática está al ladito del mar Caribe, bien cerquitita por cierto. El parqueo no puede hacerse elevado, por fuera desde luego, dado que taparía la instalación de lujo con que se ha dotado a la Suprema. Como se verá, Maginito, por el Centro de los Héroes no solo son «los chismes» los que afloran…

Magino, la semana pasada murieron dos deportistas muy queridos: Tabaré Carrón y Américo Celado (Negro). Con ambos, el Coctelero tenía vieja y grande amistad. El ingeniero Carrón fue un destacado jugador de baloncesto, miembro de aquellos famosos ‘Pollitos de Santiago’, que en el decenio del 40 rivalizaba con los Mosqueteros de La Normal, de Santo Domingo. Carrón es miembro del Pabellón de la Fama de Santiago. Fue un deportista y un ciudadano a carta cabal. Celado fue un gran trabajador. Se especializó en fotomecánica y laboró en El Caribe, desde la fundación del periódico, el 14 de abril de 1948, hasta su jubilación en 1989. Fue jugador de béisbol y de softbol de aficionados. Berrinchoso como el que más, pero de un corazón noble. Buen amigo y excelente padre. Paz a los restos de los amigos idos… o Entonces tenemos que el funcionario palaciego entiende que el dinero que el gobierno toma en préstamos no es dinero que sale del presupuesto. ¡Carajo, tremendo razonamiento para justificar lo injustificable! Lo que al funcionario se le olvidó decir es que en el presupuesto sí hay que poner las partidas a pagar por esos préstamos, con todos sus intereses y consecuencias! …

La OMSA metió la pata y la sacó pronto: los ciegos no pagarán pasajes en sus vehículos. Es justo y necesario. ¡Qué se cobren otras cosas y se evada dilapidar dinero de los contribuyentes, incluyendo a los contribuyentes ciegos y a los ciegos contribuyentes!

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