Coctelera

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Hoy, mi querido Magino, no tengo deseos de bromear. Leo en HOY la glosa de una charla que dictó en la Fundación Global el señor Eric Chester, definido como escritor y dirigente socialista, nativo de los Estados Unidos. El señor Chester tiene que haber sorprendido a su auditorio cuando dijo en una charla ofrecida en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), que el profesor Juan Bosch y el doctor José Francisco Peña Gómez «colaboraron» con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a través del Instituto de Formación Política que operaba en Costa Rica. Ese pronunciamiento, hecho así, puede generar mucha confusión. Tratemos, primero, el cargo a Peña Gómez…

Quien con el paso de los años sería líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), viajó a Costa Rica en 1961, pocos meses después de muerto el dictador Rafael L. Trujillo. Formó parte de un grupo de jóvenes que fue a San José, para recibir capacitación política, ya que nuestro país en esa materia, se encontraba haciendo pininos. En ese entonces, Peña Gómez era uno más de muchos dominicanos involucrados en el quehacer político. Vincularlo a la CIA por asistir a la escuela de San José, es lo mismo que ligar a todos cuantos asisten a charlas y cursos en Funglode al PLD o al presidente Leonel Fernández…

Bosch fue profesor en la escuela, que dirigía el expresidente tico José Figueres, y ambos formaban parte de la entonces «izquierda democrática» junto a Víctor Raúl Haya de la Torre, Rómulo Betancourt, Luis Muñoz Marín y Ramón Villeda Morales. Todos eran conocidos antitrujillistas y luchaban contra el hombre fuerte dominicano, desde todos los escenarios habidos y por haber. Creer que Bosch tenía vínculos con la CIA por enseñar ciencias sociales en la escuela tica, sería lo mismo que ligar a ese organismo de espionaje a Juan Isidro Jiménez Grullón y a otros exiliados dominicanos por usar los micrófonos de Radio Swan para combatir el régimen de Santo Domingo, Jiménez Grullón fue uno de los intelectuales dominicanos de más sólida preparación que hemos tenido en toda nuestra historia. Fue un hombre que, como Bosch, practicó una honradez en todos los órdenes…

Chester cita los nexos de Bosch con Sacha Volman, y dice que éste se sabía que era un oficial se la CIA «de contrato». No vamos a suponerle mala fe a Chester, pero olvidó decir, por ejemplo, y después de investigar bien que todo los trabajadores de la minería Falconbridge, por analogía, han debido tener relaciones con la CIA, pues Volman fue ejecutivo de esa empresa canadiense y el propio charlista –¿o charlatán?– lo define como un hombre bajo «contrato» de la citada CIA. Chester afirma que Bosch trabajó con la CIA en 1961, 1962 y 1963. ¿Qué cree usted? En 1962, Bosch hizo una gran campaña electoral para triunfar, arrolladoramente, en los comicios del 20 de diciembre de ese año. Y en 1963 fue víctima, precisamente, de agentes de la CIA involucrados en la conspiración que dio traste con su gobierno de siete meses. Lo que Chester no ha dicho es que si Bosch hubiera completado su mandato, hasta 1966, en el país solo hubiera quedado dos fuerzas políticas mayoritarias, su PRD y el 14 de Junio, formado por una juventud influenciada por el castrismo, pues la derechista Unión Cívica Nacional (UCN) se diluía por torpe y cavernaria…

Bosch, como político, cometió muchos errores. Pero nadie puede discutirle su honradez personal y su capacidad teórica. Tuvo que lidiar con una población sin auténtica formación política y enfrentarse a un zorro que, como Joaquín Balaguer, había aprendido a jugar con los hombres y las situaciones. Bosch no escapó a las maniobras dirigidas por el callado político de Navarrete, como tampoco supo torear el gorilismo criollo que se resistía a los cambios democráticos y se entregaba a los grupos más retardatarios que, desde Washington, veían comunistas hasta en las sopas. Bosch repito, incurrió en muchos yerros. Su entereza moral, sin embargo, permaneció incólume. Es más, esa vertical honestidad de Bosch, en todos los órdenes, es algo que le ha faltado a sus creaciones partidarias, muy especialmente a la última, hoy convertida en gobierno después de su muerte.

La conducta moral de Bosch es algo que debería ser norte y guía del peledeísmo y crea usted que el hecho de que se quiera vincular a Bosch a la CIA puede ser capitalizado por algunos desaprensivos seguidores para debilitar la extraordinaria figura de un político de excepción…

En cuanto a Peña

Gómez, no hay mucho que decir. Peña Gómez fue víctima de una sociedad irracional, con una clase gobernante que se resistió a que un simple muchacho del pueblo, negro y de origen haitiano escalara la cima del poder. ¿Lo ayudó la CIA a la que le quiere vincular Chester? por el contrario, contribuyó a fastidiarle, aprovechándose, al mismo tiempo, de los errores y complejos que afectaron a un hombre que, como Peña Gómez tiene su lugar asegurado en la historia.

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