Coctelera

Coctelera

Mi querido Magino, buenos días tenga usted junto a los suyos, y que en esta Semana Mayor descanse de verdad, tenga ocasión para meditar y pueda tomar decisiones que convengan a su país, a usted, a los suyos. Tome de todo, menos aguardiente, que eso amema aún cuando usted crea lo contrario…

Me gustó la actitud asumida por nuestro Samuel Sosa, la de no criticar a Mark McGwire por la posición asumida por éste ante una comisión senatorial norteamericana que investiga el uso de esteroides en las Grandes Ligas del béisbol. Mark, quien ostenta el récord de mas cuadrangulares en una temporada, no quiso hablar «del pasado», cuantas veces se le preguntó si había usado esteroides. Ese es su asunto. Y Sosa no tenía por qué criticar esa actitud. Bien hizo el toletero dominicano. El cubano José Canseco, por su parte, presente en la audiencia con los senadores, entró a dos manos a jugadores que no mencionó por hablar ´mentiras´. Canseco es quien ha armado todo este lío en su libro que, en español, se titulará «Alterado». Denunció el uso de esteroides en astros de las mayores. Los usó él mismo. Acusó a jugadores en forma directa e indirecta al mencionar sus nombres y veinte mil firmas más. Es una lástima que todo esto haya pasado. Por cuestión de forma, nunca de fondo, pues es claro, muy claro, que hay jugadores que han usado los esteroides y que han comenzado su ´desarrollo después de los treinta años. Probarlo la fuñe. Y Canseco, por estos laditos, introdujo las patitas. Es deplorable que eso ocurriera con quien fuera una auténtica estrella del diamante, con números que pudieron llevarlo a Cooperstown, incluyendo los de haber disparado 500 jonrones en su carrera y haber sobrepasado la difícil valla del 40-40…

Maginito, !vamos a buscar petróleo en Dominicana! A lo mejor ya no es tiempo para reiterarle al «maldito petróleo» el pedido de que se esconda, como lo hizo, originalmente, el poeta Juan Sánchez Lamouth. La verdad es que si es deseable que «llueva café en el campo» también lo es de que aparezca el oro negro. No es verdad eso de que si por aquí aparece petróleo el precio de los combustibles irá hacia las nubes. Hacia las nubes va como quiera. Y el petróleo también se lo llevarán, como quiera, después que los «inversionistas» hagan sus cositas para extraerlo, en caso de encontrarlo, pues aquí no hay recursos para buscarlo ahora mismo. Y no crea mucho en eso de que los brasileños y los mexicanos, unidos jamás serán vencidos. Eso es en cuba, donde los timbales sobran en los estamentos de gobierno…

Las exploraciones petroleras, mi querido Magino, cuando se realizan con seriedad, parece que cuestan un ojo y la mitad del otro. No se puede andar con charlatanerías en este asunto.

¿O se olvida usted, acaso, que al bueno de don Antonio Guzmán lo pusieron a hablar boberías cuando le hicieron decir que en Charco Largo había petróleo? Quizás lo que no es ocioso recordar es que durante la Feria Mundial de Nueva York, en 1937, fueron exhibidas gigantescas fotos que mostraban torres petroleras azuanas, construidas no recuerdo si fue por la Seaboard, de Estados Unidos. Vino la guerra mundial. Los pozos se sellaron y jamás se ha vuelto a hablar de esa vainita. De lo que usted puede estar seguro, caro Maginito, es que si por aquí se descubre petróleo, el imperio no va a dejar que «de fuera» vengan a jugar con eso…

¿Que hubo manifestaciones mundiales en contra de la guerra en Irak? ¿Y qué? ¡El negro ahí, como si no fuera con él! ¡Y doña Condoleezza en sus trece! Maginito, esta gente no escarmienta. Vietnam, al parecer, fue un refresquito de jagua para ellos, aunque cualquiera diría que de jagua con sen. Ahora, en Irak, mientras más tiempo pase, peor en el campo de la lucha. Mientras tanto, dos años después de la invasión de Irak, el petróleo árabe está más caro que nunca. Y no se olvide que ya lo dijo el difunto Marlon Brando: «nosotros somos los árabes»…

Juan Hernández tiene razón: se debe modificar la ley sobre la propiedad suntuaria, pero Impuestos Internos no puede hacerlo. Esa ley es un abuso por todas partes. ¿O qué carajo se pretende? ¿Que una persona se vez obligada a hipotecar la casa en que vive, para hacer frente al pago de un impuesto por carecer de efectivo a la hora de la verdad? Buena forma de estimular que cada dominicano tenga su propio techo, como quieren los constitucionalistas.

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