Coctelera

Coctelera

Maginito, para comenzar, muy feliz Navidad. Pase tranquilito su nochebuena. Dele una cordial despedida al año viejo, que se lo merece por cabrón. Y prepárese a luchar como los soldados valientes, eso sí, lejos de Irak y otras playas adyacentes, como diría el poeta trasnochado…

«Los tecnicismos legales hacen santos de delincuentes». Farmacia Mella… Para la Nochebuena dominicana hay que cantar, como lo hacía Rafaelito Martínez con el combo de Gallardo: «Buchipluma no mas/eso eres tú/buchipluma no mas/»…

El camión oficial, cargado de cajas conteniendo alimentos para los pobres, a donar por el gobierno, transitaba por la avenida 25 de Febrero, del barrio olímpico del Este de la ciudad. En la cama del camión, dos jovencitos tomaban cajas y las pasaban a par de salteadores que, pegados al vehículo, iban en sendos motores con una caja a manera de depósito. ¡Mamacita, cuantos ladrones sueltos. Y de todos los calibres!…

Una de pelota, para que no se olvide: hay que dar respaldo al presidente de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, doctor Leonardo Matos Berrido, en cuanto a eso de mantener árbitros dominicanos en los torneos profesionales. Los árbitros han hecho un buen trabajo y cada año lo harán mejor. Los peloteros, los fanáticos y los dirigentes siempre se quejarán. Pero no se justifica importar árbitros norteamericanos o de donde sea. A chuparse los criollos y a joder menos…

¿Que hay conflictos gerenciales en el Centro de Gastroenterología del Estado? Oh, Maginito, ¿y usted cree que fue por pendejos que los japoneses dejaron esa vainita en las manos de los criollitos?…

Chichao Angustia, viejo verde, es lo que se llama un diablo a caballo. No solo cultiva relaciones por todas partes, sino que da unos tablazos que salen por los 411 del Quisqueya sin dificultad alguna. Ahora afirma que, en ocasión de las Navidades, su amigo George Arzeno Brugal le envió una canasta tan grande, pero tan grande, que hubo que entrarla de lado en su casa, pues de lo contrario hubiera sido necesario desmontar la puerta. ¡Apunte dos y ponga tiro!…

Mucha gente, viejo sinvergüenza, está preocupada por ofrecer una cena esta noche. Eso es bueno, pero ¿no sería mejor buscar una forma para cenar cada noche del año? No, por nada…

Dice el muy prestigioso Financial Times que el mundo debe prepararse para la expansión de China. ¿Y qué me dice usted, Maginito, que podrá ocurrir cuando además de China comiencen a expandirse la India y Brasil? Eso sería muy justo y necesario…

Cada día que pasa, mi querido Maginito, se comprueba que las preocupaciones de organismos internacionales por asuntitos que ocurren en este bello y acogedor país están más que justificadas. Sin duda alguna que el país necesita el concurso internacional, pero al mismo tiempo desea que ese concurso sea incondicional. Pero eso, lamentable o afortunadamente, ya no es posible. Ahora se nos imponen condiciones y hay quienes llaman intromisión o intervención a esas condicionalidad. Es, sin embargo, que hemos hecho tantas vagabunderías, nos hemos prestado a tantas fullerías, que no quieren creer en nosotros…

Ningún organismo internacional, Maginito, y eso tiene que doler con timbales, vendrá a pagar las indelicadezas que toleramos. Por eso nos condicionan donaciones y préstamos. Lástima grande que todas las indelicadezas y demás yerbas, tengan que pagarlas los contribuyentes y muy especialmente los miembros del pueblo llano, del pueblo que percibe salarios de hambre y ve como todo se va por las nubes, producto de las hazañas de unos cuantos pendejos encumbrados por una sociedad podrida que merece ser barrida de la faz de la tierra…

Mire, Maginito, mil perdones por decirle estas cosas en un día que debería ser tan lindo como éste. Pero es que cualquiera se incómoda con las cosas que ve y más, todavía, con las que no ve. De todos modos, mil perdones, pásela bien y muchas felicidades junto a sus seres queridos.

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