Coctelera

Coctelera

La Suprema Corte de Justicia anuló dos resoluciones del Ayuntamiento del Distrito Nacional que disponían el aumento en las tasas a pagar por los arbitrios en los cementerios.

Lo más importante del fallo de la Suprema radica, a juicio del Coctelero, en que se hace constar que los Ayuntamientos carecen de facultades para imponer arbitrios, salvo que sean sometidos y aprobados por el Consejo Nacional de Desarrollo (CND). Este consejo es presidido por el jefe del Estado y que se conozca solo se reúne una vez al año para refrendar el proyecto de presupuesto y ley de gastos públicos de la nación. ¡Imagínese, viejo Magino, lo que sería el país con los Ayuntamientos colocando arbitrios a troche y moche! ¿O se olvidó usted que hace poquito tiempo trataron de colocar un arbitrio para cruzar por Dajabón?…

Tengo para decirle,  mi querido Magino, que uno de los problemas más complicados a que tendrá que hacer frente el gobierno –éste y el que le suceda– es la reubicación de centenares de miles de dominicanos de escasos recursos económicos que viven en las llamadas “zonas de altos riesgos”. No son dos ni tres los criollitos que han perdido la vida ante la crecida de ríos en cuyas orillas se habían establecido. Felizmente, Magino, las autoridades han cobrado más sentido de responsabilidad para proteger a los ciudadanos expuestos al peligro y éstos, en distintos sitios, reclaman al gobierno que los reubique en zonas en las cuales estén expuestos a riesgos…

Esta labor  de reubicación no es ninguna pendejadita y costará una fortuna llevarla a cabo a corto y mediano plazos. El tema debe ser objeto de debates de parte de especialistas en la materia, especialistas que se encuentran ubicados en todos los estamentos de la sociedad. Por eso hemos visto con simpatías el anuncio formulado por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de oposición, de que ha preparado un proyecto de ley para proteger a los marginados que viven en zonas de alto riesgo. El PRD ha expresado que hizo estudios de campo con tres ejes principales: crea un mapa nacional de zona vulnerable, una ley de asentamiento humano y un plan maestro de uso de suelo…

Habrá que esperar,  carísimo Magino, que el PRD presente su proyecto de ley, dado que ya el presidente de la agrupación política, ingeniero Ramón Alburquerque, puso la primera piedra para una buena discusión: el Estado no puede ubicar a la gente donde posea tierras sino donde a la gente le convenga vivir. ¿Qué le parecería a usted si aparece un émulo del inolvidable “Revolvito” González Maggiolo, quien pidió convertirse en parcelero de la reforma agraria si le daban su parcela en la calle del Conde esquina Sánchez.

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