Coctelera…

Coctelera…

Maginito querido, ¿cómo está hoy? Supongo que un chin más jodido que ayer, pues el dólar está al 42 por uno y no aparece, es decir, está a como le venga en ganas a los acaparadores. ¡Ay, lo dije, acaparadores! Perdón, que eso no es verdad, sencillamente lo que hay son cumplidores de la ley, de la ley de la oferta y la demanda, la única ley que se respeta en este país, aun cuando no está escrita, dictada ni promulgada. Lo que pasa es que en la aplicación de esa ley, por los jueces propietarios y acaparadores, también se jode el contribuyente, la parte húmeda en todo cuanto se hace en este dichoso país. Y después aparecen lerenes que se ponen bravitos cuando uno dice ¡viva Fidel! y hablan del viejo comunismo viuda Gorbachov o añoran la «Operación Duarte» viuda Balaguer, que sirvió para enriquecer a unos cuantos no tan pendejos que todavía disfrutan de cuanto macutearon en esos días…..Ahora bien, Maginito, sigue la pendejuana esa de que los dólares desaparecen todos al mismo tiempo, aun cuando los oficialistas afirman que entran unos 40 millones diarios. Y cuando aparecen, lo hacen todos juntitos, al mismo precio y a la misma hora. ¡Monedita puntual esa! Es más, caro Magino, yo sé de un caso que ocurrió hace algunos días: el señor llamó al vendedor y éste le cotizó a una tasa determinada. El comprador le dijo que le vendiera todo cuanto tuviera disponible pues estaba frente a una emergencia. Le pidieron unos minutos para responderle. Al cabo del plazo, le llamaron y le dijeron que había existencia, pero a una tasa más alta que la ofrecida originalmente. El comprador llamó a cinco vendedores distintos. Los cinco le dijeron que había, pero a la tasa modificada que le habían facilitado, es decir, los vendedores, en cuestión de minutos, se pusieron todos de acuerdo oligopólicamente para fastidiar a los compradores. Desde luego, eso se hace con impunidad y a las autoridades monetarias dominicanas, a las electrónicas, digitales como usted quiera llamarlas, les resulta imposible hacer que se cumplan disposiciones vigentes, disposiciones que se admite que han fracasado. Por eso, Maginito, el país espera, con ansiedad, que el presidente hable sobre el particular, y que hable con hechos como él mismo prometió cuando dijo que era la última vez que se refería en publico al tema. A esperar, soldados valientes…..Un juez, Maginito, ha dictado un auto para que conduzcan a su presencia al mayor general Manuel Lachapelle, director del Control de Drogas. Se respetan las decisiones del Poder Judicial, aunque también hay que ser práctico y tener los pies sobre la tierra, sobre todo cuando se vive en esta tierra que tanto amó el Descubridor para fastidiarla. La sentencia dice que el Ministerio Público o cualquier agente de la Policía puede conducir al general Lachapelle Suero ante el juez. Cabe preguntar, entonces, si es un Policía quien lo conducirá, ¿se tratará del raso Agapito?…..Un subsecretario de Salud Pública, demostrando que dos y dos son tres en este paisote, afirma que se confunden los síntomas de la gripe con los del dengue. ¡Cuánta razón tiene ese señor! Ojalá por los predios de por allá no confundan –y perdone Magino– el pupú con la pomada…..A propósito, viejito charlatán, Salud Pública nada ha dicho de su participación en el muy reciente Primer Congreso Internacional de Políticas Médicas efectuado en Buenos Aires, Argentina. Allí estuvo el secretario de Estado, José Rodríguez Soldevila. La conferencia se llevó a cabo con el patrocinio de la Oficina Panamericana de Salud (OPS) y uno de los temas a tratar es vital para todos en este continente: la producción y el precio de los medicamentos. A esperar…..Si usted va de sur a norte por la Ortega y Gassett, no puede entrar de este a oeste por la Kennedy o la San Martín. Al menos en teoría. Pero los conductores desaprensivos doblan cuantas veces les viene en ganas. Hasta detienen el tránsito para esperar chancecitos. Nadie los multa ni siquiera le llaman la atención. Los agentes policiales y ametianos, algunos por estar chopeando, carecen de tiempo para vigilar el tránsito. Por eso, cualquiera respalda un pronunciamiento encabronado de Freddy Beras Goico: maneje como le de la gana, no respete la luz de los semáforos, mande al carajo a los agentes y haga cuanto usted quiera, que esta es una reservación donde no hay indios, todo el mundo es cacique.

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