Coctelera

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 Buen día,  caro Magino. Hoy es lunes, sin que eso signifique un gran descubrimiento. Como dice el corrido azteca, hay que esperar «a ver que pasa». Foro Social Alternativo (FSA), de acuerdo a lo que se ha publicado, convoca una huelga general. Hace una serie de reclamos que, en la práctica, constituyen un programa de gobierno. No se trata de simples «demandas» o «reivindicaciones».

Hay medidas propuestas que solo serían aceptadas por un gobierno revolucionario, no por un régimen conservador como el que tenemos. Eso, por una parte. Por la otra, es evidente que hay peticiones con mucho asidero. No se puede negar que gran parte de la población muestra su disgusto por la falla en servicios públicos, especialmente en el suministro de agua, problema que, al parecer, fue manejado con los pies hasta que estalló en forma de crisis. Hay inconformidad con el costo de la vida y los salarios devengados. Parece que hay funcionarios que se han ganado unas «vacaciones», algo que han logrado con su altanería, su desprecio por los reclamos ciudadanos, su apatía para enfrentar problemas.

Luce, sin embargo que el presidente Leonel Fernández es un tanto renuente a romperle la parpatana a esa gente, y prefiere que le caiga encima toda la cambimba que le dan y le seguirán dando. Bien, en lo que se espera, a otra cosa, mariposa… Ahora, Maginito,  cuando se habla de que una vivienda «modesta» cuesta unos 600,000 de los podridos, vale ofrecerle algunas pruebitas de cómo se le ha perdido el respeto al dinero en este pequeño y parejero país. Usted, con seguridad, conoce la urbanización Los Prados, en esta ciudad. Esa urbanización se desarrolló hace pocos más de 40 años, casi al terminar la guerra civil de 1965, con fondos para hipotecas, por veinte años, facilitados por el Chase Manhattan Bank… ¿Alguien le ha dicho,  Maginito, cuánto costaba una vivienda en ese ensanche Los Prados? ¡Pues agárrese! Se planificaron siete tipos de casas, y la más cara costaba 10,120 pesos. Con nueve mil pesos se adquiría la más barata. El ensanche se concibió con 600 viviendas, en el kilómetro 7.5 de la Duarte, en solares con tamaño mínimo de 500 metros. Pero no se sorprenda tanto, amigo mío, que todavía faltan cositas. El pago inicial para lograr una vivienda en Los Prados iba de los 1,520 a los 1,400 pesos. ¡Y el pago mensual oscilaba entre 84 a 76 cocos! Hoy en día, ¿qué compra usted con 84 cocos? Los planificadores de Los Prados ofrecieron algunos asuntitos «opcionales». Por ejemplo, con 500 pesos le construían una marquesina. Una habitación de servicio, separada de la vivienda, costaba 660 pesos, y el enverjado de hierro valía 125 tulipanes. Y si usted quería un bidet, con tan solo 70 pesos se lo ponían a funcionar. En estos días, mi querido Magino, y si usted compara precios, con los 10,000 pesos que valía una casa en Los Prados, no construye usted ni una letrina… Pero eso no  es todo. Vamos a mostrarle cómo se irrespeta hoy el dinero. Compare con precios de ayer. En 1966-67, el Colegio De la Salle, en el segundo curso, cobraba nueve pesos y seis adicionales si se usaba la guagua. La matrícula por todo el año escolar era de solo diez pesitos. Como sé que a usted le gustan las comodidades, voy a recordarle que en mayo de 1974, en muebles Sabina, vendían dos mecedoras «bostonianas» por noventa de los hediondos, noventa que en esa época eran olorosos. Usted hoy se queja de lo alto que es el costo de la tarifa telefónica. Y tiene razón, pues en marzo de 1976, el pago por un mes de conexiones domésticas era de 7.50 pesos… Hoy en día,  mi caro Magino, cuando usted va a pintar su casa, lo piensa dos veces, por el costo del galón de pintura. Pero ¿sabe usted cuánto valía un galón de blanco colonial de acrílica en 1975? Asústese: RD$7.25 ¿Y qué decir de la energía eléctrica, que era salpicada con los cuentos de las chichiguas y el polvo en las líneas de transmisión, que nos hacía el inolvidable Julio Sauri? En 1974, usted podrá recibir una factura mensual por 120 pesos, que consideraba exagerada, pues en la época había tantos apagones como hoy. El servicio de agua costaba un par de pesuanitos y había más líquido que ahora… Tengo un amigo,  Maginito, a quien Talleres Cima le cobró 84 pesos por un pasamanos de aluminio, de ocho pies de largo, con instalación y todo. ¿Qué haría usted hoy con 84 pesos, que no le dan ni para una cerveza?. ¿Se acuerda usted de Discos Tonos, en El Conde? Los discos de larga duración costaban entre 3.95 a 4.50 pesos. En 1975, en La Opera, usted podía comprar toallas a 3.50, frazadas a siete pesos, y sábanas también a siete. Pero para su casita, un cilindro de 100 libras de gas propano, en 1976, solo valía 31 pesuanos. Si usted se enamoraba, Sorivel le soltaba un canasto azul, con base plateada, y una docena de rosas por 25 pesos solamente. ¿Y hoy? Todo es de 500 hacia arriba…..  En la Atlántica,  viejo Magino, un par de gomas para su auto costaba ochenta pesos y le rebajaban el 15 por ciento del valor. Ese mismo carro usted lo enviaba a Codomotor para que le cambiaran el aceite, filtros, le lavaran el motor a presión y el chasis. A la hora de nones le cobraban RD$15.50. Recuerdo un caso médico que es para desternillarse de la risa. Una fractura que había que «reducir» en un brazo de atleta. En el entonces Policlínico Naco cobraron 18 pesos por la habitación, 6.25 por servicios de Rayos X, 35 para el anestesista, 15 por la sala de operaciones y 75 para el cirujano ortopedista. En total, RD$169.25. Con esa suma no puede usted ni siquiera alquilar un taxi para que lo lleve al hospital en una emergencia. ¿Verdad que los tiempos han cambiado, viejo verde? ¿Verdad que el dinero hoy tiene tantos dolientes que no tiene ninguno?

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