Coctelera

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¡Caracoles, qué calor! ¡Y cuántos apagones! Mire, Maginito, un viejo refrán decía que poco duran los gustos en casa de gente pobre. Ni modo, hay que recordar que durante los últimos días, los apagones que nos regalan las Jodes se han intensificado. En  parte de Bella Basura, antes Bella Vista, el martes, los apagones se dieron gusto durante el día, la noche, la madrugada y demás yerbas aromáticas. Ayer miércoles siguió la tanda por todas partes. Y a todo eso agregue, completamente gratis, los que se yo cuantos grados de temperatura para coger fuego. ¿Qué ha pasado? ¿Se acabaron los recursos para pagar a los inefables generadores?…

Le diré, viejito hablador, que Radio Bemba sigue soltando paquetitos en relación con el servicio exterior. Anoche, por ejemplo, se comentaba que el doctor Eduardo Tejera, economista, asiduo colaborador de este diario, iría a Canadá en calidad de jefe de misión, en reemplazo del licenciado Eduardo Fernández. También se soltó la especie bembística de que la licenciada Ana Silvia Reinoso A., podría ser la próxima embajadora ante el gobierno de Italia. Radio Bemba sopló que el doctor Héctor Pereyra Ariza se sentiría muy contento si le designan jefe de misión en Tegucigalpa, donde se encuentra el veterano diplomático de carrera Eladio Knipping. Y para culminar con las especulaciones, Radio Bemba dio a entender que el próximo embajador en Caracas, Venezuela, sería el empresario José Ureña (Nene). Ese sí que sería un tremendo batazo, para Nene desde Luego, dada la importancia de Venezuela en la vida dominicana. Los venezolanos son suministradores de petróleo para los quisqueyanos, por virtud del Acuerdo de San José y una gran comunidad criolla se desarrolla en la patria del Libertador…

Mire, Maginito, cada gobierno es dueño de sus actos. Muy cierto. Lo que no se entiende es que una cosa mala se siga haciendo porque siempre se ha hecho así. Tenemos entendido que desde que el mundo es mundo –versión bíblica– Caín mató a su hermano Abel. Ese crimen no fue a corte alguna para que se le sancionara con prisión. Otras cosuanitas similares han pasado a lo largo de la historia. Eso no significa, sin embargo, que los crímenes deben dejarse sin sanciones. Algún día hay que comenzar a hacer las cosas bien. Y punto…

Aunque usted no lo crea, mi querido Magino, nada menos que un general de la Fuerza Aérea acude al area donde están vehículos que eran usados, indebidamente, por oficiales policiales. A ese general, hace varios meses le robaron su jeepeta y de allí para acá, nananina pa»ti…

Maginito, las diferencias que pueden surgir entre nuestro país y Estados Unidos, por cuestiones del Tratado de Libre Comercio (TLC), son boronitas. Jodiendita se puede armar por otras cosuanitas. Hay quienes dicen que autoridades gestionarían con el Tesoro norteamericano unos chelitos rendidos, para tapar huequitos. Y hay quienes soplan que por el Norte bravío y abusador, de ese ladito, no soltarán una papita, porque prima el criterio de que los dineros de los contribuyentes estadounidenses no pueden usarse para cubrir faltas fraudulentas de criollitos. No dejan de aparecer unos muchachones que sueltan la especie de que comisiones de la embajada norteamericana que se reunieron con juntas de quienes después serían gobierno, durante el llamado período de transición, observaron una cosita común: no importa que se trataran temas de salud, de economía, de deportes, de lo que fuera, los norteamericanos siempre hablaban de su interés, de la necesidad de que los responsables de cualquier fraude generado en el sistema bancario fueran procesados en juicios públicos orales y contradictorios. Y advertían que si había «componendas», no habrá cooperación alguna del poderoso Estado norteño. Eso, sin duda alguna, sería extensivo a los organismos internacionales de crédito donde los norteamericanos tienen enorme influencia, así como también en el aristocrático Club de París, club donde jamás han jugado bingo, pero bingo le cantan a cualquier nación que se dedique a las charlatanerías económicas…

El pasado gobierno, presidido por Hipólito Mejía, se manejó con bastante habilidad en sus relaciones con Estados Unidos, y si metió la pata –desde la óptica norteamericana– con el retiro de los soldados dominicanos de Irak, hay que señalar que ese paso lo dio por cuestiones puramente electoralistas, no porque creyera que los dominicanos no debían estar allí. Si hubiera creído eso, jamás los hubiera mandado. La verdad de la verdad, Maginito, es que le recomiendo tener el ojo abierto y encima de las relaciones entre este pequeño país caribeño y la gran potencia del Norte. Si gana Bush, ni hablar, y si gana Kerry, peor.

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