Coctelera

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“No jueguen  con la leche, que ese no es solo el alimento más completo. Es, también, un asunto político». Farmacia Mella… Buenos días,  mi querido Magino. Tengo para decirle que un pronunciamiento reciente, formulado por el director de cuanto queda del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), señor Enrique Martínez, es una nueva prueba de la falta de coherencia que existe en el equipo de gobierno del presidente Leonel Fernández.

Nuestro presidente habló de etanol, hace unos días, con su colega brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, durante su visita a la rica nación sudamericana. No hay detalles de la conversación entre los dos mandatarios sobre el etanol, pero se presume que aparentaron caminar sobre terreno firme, cuando se habló de posibles inversiones brasileñas para producir el combustible… Ahora, Maginito,  el director del CEA, que en la práctica es una agencia inmobiliaria, habla de que carecemos de tierras para cosechar la caña de azúcar suficiente, dirigida a la producción de etanol. ¿No era lógico, viejo querido, que si eso es así, se le comunicara al jefe del Estado antes de viajar a Brasilia para entrevistarse con Lula da Silva? Desde luego, vale apuntar que el Central Romana, de capital privado, producirá en su próxima zafra, unos cincuenta millones de galones de etanol, además de sesenta megavatios de energía, con sus cien mil toneladas de azúcar… Después  de las declaraciones del señor Martínez, desde el Inazúcar llega el grito, recomendando al CEA la recuperación de tierras. Y esto, Maginito, que aparenta ser una cosa lógica, lo que mueve es a risa. Mueve a risa, por el hecho de que cualquier persona podría pensar que en el CEA, en los últimos diez años cuando menos, ha existido la voluntad política para defender sus áreas cañeras. Cuanto ha existido, por el contrario, es una voluntad para vender a precio de «vaca muerta» un bien público. Se han tolerado las invasiones por todos lados y el clientelismo político ha estado a la orden del día… Mire, viejito,  hablar ahora de la recuperación de las tierras del CEA, es subestimar la inteligencia de uno. ¿Qué recuperación ni recuperación del carajo? ¿Acaso se olvida usted, viejo Magino, que cuando el entonces presidente Joaquín Balaguer acudió al Congreso Nacional con su paquete de leyes agrarias -creo que en 1974- una de esas leyes era la denominada de recuperación de tierras del Estado? ¿Cuáles fueron esas tierras recuperadas? Era un secreto a voces que millones de tareas del Estado eran ocupadas por militares y civiles con apoyo gubernamental. Y a esa gente nadie la marchó. Es más, en una ocasión, creo que un 30 de marzo en Santiago, los jefes militares de entonces hablaron del respaldo a las leyes agrarias cuando todo el país sabía que muchos de ellos eran ocupantes ilegales de propiedades públicas… Las declaraciones  del director del CEA ponen al gobierno en una posición difícil, al menos públicamente, dado que le enredan la situación a cualquiera. Fuera de Romana, ¿se podrá producir etanol, con brasileños o sin brasileños? Vaya usted a saber… Los “productores”  de agua embotellada afirman que venden el galón del líquido a 32.50 pesos a los colmados y colmadones. Al público, el galón de agua llega a 47 cocos. Es decir, carísimo Magino, los intermediarios revientan las costillas a los usuarios. Pero nada les pasará. Aquí cada quien hace lo que le viene en ganas y ninguna autoridad sale a defender a los consumidores… Oiga Maginito,  ¿por qué carajo tiene un contribuyente que financiar la compra de camiones para un negocio privado y más, todavía, monopólico? Lindo que se vería eso de comprar una flotilla de camiones, con préstamos del Estado o avales del mismo Estado, para que esos camiones vayan a manos de empresarios que impedirán que los dueños de vehículos similares saquen de los muelles su propia carga. Pero el gobierno, en su afán demagógico -cualquier gobierno de los que hemos padecido- es capaz de renovar la «flotilla» de ese transporte pesado, para beneficiar a gente con los juegos más pesados que el carajo cuando se trata de defender sus intereses, incluyendo en esos juegos la obstaculización del libre tránsito y la destrucción de la propiedad pública y privada… “No jueguen  con la leche, que ese no es solo el alimento más completo. Es, también, un asunto político». Farmacia Mella, otra vez.

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