Coctelera

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Buen día, caro Magino. Entonces tenemos que el reputado manager de las Aguilas, Félix Fermín, atribuye, en gran medida, la débil presentación de su equipo en la Serie del Caribe, en Mazatlán, al formato del torneo profesional quisqueyano. Respetamos mucho al capacitado piloto, pero ¿no fue acaso con ese formato que las propias Aguilas se impusieron en otros eventos similares? Mire, Maginito, no busquemos excusas.

El triunfalismo no es buen consejero. Hay quienes, antes de comenzar el espectáculo, dan por seguras las victorias, como si tuviéramos que enfrentarnos a equipos de tuñecos. Aceptemos que el calendario dominicano estuvo apretado, que hubo incidentes a la salida. Pero las Aguilas han caído porque sus rivales ha jugado mejor. Es cuanto…

Guardias y policías, a todas horas del día y de la noche, conducen motos sin usar el casco protector que exige la ley. En muchísimas esquinas de avenidas los conductores violan las leyes y resoluciones con giros prohibidos. ¿Cuántos vehículos transitan sin placas y otros con la vainita esa que dice ´placa perdida? ¿No se paran las guaguas donde le viene en ganas a sus choferes? ¿No se crean paradas por todos lados, a la vista de las autoridades, y solo por disposiciones de los propios choferes? ¿Se respetan las luces de los semáforos, cuando hay semáforos con luces? ¿No se montan los pasajeros en curvas, en medio de las vías? Bien, Magino, esas cositas, al parecer, no son vistas por agentes de tránsito que están muy ocupados en desviar la vista del cumplimiento de sus deberes. Pero algunos de ellos sí tienen tiempo para maltratar ciudadanos, como es el caso de los reporteros gráficos que fueron golpeados por salvajes indignos de llamarse autoridades. Esos no son más que unos buenos abusadores. Y si quieren entrenarse a golpes, ¿por qué no lo hacen con los militares y policías que manejen como les viene en ganas y los mandan al carajo constantemente?…

Buen paso ese de construir un edificio para destinarlo a un hospital de traumatología que reemplace al actual y meritorio Darío Contreras, centro que, como tal, no tiene la culpa de las deficiencias que muestra. Pero cualquiera se pregunta, mi querido Magino, ¿por qué tiene que informarse únicamente que la edificación costará 40 millones de dólares? ¿Es, acaso, que el pobre y podrido peso dominicano ya ni siquiera merece que lo mencionen? No, por nada…

La Liga Municipal Dominicana (LMD) distribuirá los recursos que reciba de acuerdo con los resultados del censo del 2002. ¡Nos jodimos!…..El 40 por ciento del presupuesto nacional, el 50 por ciento del PIB del 2005, se destinará al pago de la deuda externa. Es decir, Maginito, hay que apretarse el cinturón por todos lados. Por más que quieran entretenernos, el año va a ser duro, pero duro de verdad. Y eso reclama del gobierno una austeridad hasta la tambora, la racionalización del último centavo que entre a las arcas del Estado. No se puede botar ni un coloradito. Eso del convenio con el FMI no es para jugar, pues «los blancos de verdad» no creen en cuentos de camino. Eso sí, creen en eso de que comer es primero y por eso ellos son los primeros en comer, aunque se fastidien quienes vienen detrás. No permita, por tanto, que le hagan cuentos chinos…

¿Que se arrabaliza la Avenida España? ¿Que se prostituye esa vía? ¿Que las prostitutas y los cundangos hacen su agosto por allí? ¿Y qué quieren, carajo? ¿Acaso no se cosecha lo que se sembró? Cuando se inició el arrabal, ¿no llovieron las críticas a quienes pedían orden y limpieza, con el alegato que había que dejar los tugurios para ayudar a los infelices padres de familia, a los marginados de la fortuna? ¡Cojan ahora y no griten!…

Entonces, Maginito, tenemos que también en la ONU se dan sus casitos de corrupción. Ahora se habla de un funcionario chipriota que cogió su boronita en un programa de alimentos en Irak y quien tuvo el tupé de informar que había recibido unos 160,000 dólares de una tía suya que no tenía en que caerse muerta y por eso se murió al caer en el hoyo…

¡de un ascensor! De todos modos, Maginito, hay que apuntar que esos hechos de corrupción, por allá, los sancionan de verdad y no los refrescan como se hace en el cálido Caribe, salvo en la Cuba que dirige don Fidel. ¿De acuerdo? Es que parece que por otros lados, Maginito, cuando de corrupción se trata, cayó la maldición gitana y no precisamente la que compuso Avelino Muñoz y que le grabaron Bobby Capó. Y nuestra Casandra Damirón.

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