Coctelera

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Magino, aquí está el bromista al pecho. Por ejemplo, un chusquito comentaba anoche una publicación del semanario “Primicias”. El ágil periódico que dirige el amigo Alex Jiménez daba cuenta de un movimiento que se gesta en la Babel de Hierro, bautizado con el nombre de “Nacionalista de Nueva York” y que tratará de nominar al general policial Pedro de Jesús Candelier a la presidencia del país en los comicios del 2008. El chusquito amigo decía que si la idea prospera y el general —se supone que ya retirado— gana la jefatura del Estado sería juramento en la Cruz de Palo Bonito, celebrando con Palo Viejo y distribuyendo Pega Palo como reconstituyente…

Entonces tenemos, caro viejo, que el padre Rogelio Cruz prepara un campamento para niños y niñas en Nagua. Será un éxito, sin duda alguna, pues el padre Rogelio conoce bien ese terreno. La pregunta interesante es, Maginito, ¿quién hará el campamento que montaba cada año el padre Rogelio en Cristo Rey? ¿Tendrán los miles y miles de niños de ese populoso sector dónde entretenerse y aprender, como hacían bajo la dirección del controversial sacerdote? De algo sí estoy seguro: a Rogelio hay que echarlo de menos en Cristo Rey, pues ese valiente cura contribuyó a que la vida en el sector fuera menos pesada… q ¿Que fue una avería lo que dejó sin teléfonos al Palacio Nacional durante el fin de semana? Si, señor, tremenda avería, pero en el crédito gubernamental. Y se acabó…

Magino, la vainita, vainota o lo que sea de la cosuanita esa aeroportuaria tiene sus bemoles. Por ejemplo, hay cosas que se deben poner en récord para mayor claridad de los contribuyentes. Hay que pagar a los contratistas que se fajaron a construir la carretera Duarte, deudas que vienen desde los días de la última administración del finado doctor Joaquín Balaguer. Eso es justo. Es necesario. Los contratistas se ganaron su dinero con sus trabajo. Y se acabó. Se decidió, y no en este gobierno el pago con tierras del aeropuerto de Herrera, cuando dicho aeropuerto fuera desmantelado y pasadas sus operaciones a El Higüero, bautizado, por cierto, con el nombre de Balaguer. Pero desde un principio se advirtió a la administración de Leonel Fernández que hacer un aeropuerto en ese sitio sería tremenda metida de pata, entre otras cosas, por su proximidad con el vertedero de Duquesa y por la existencia de miles de aves silvestres que pondrían en peligro los aviones que volaran por allí…

No se hizo caso a las advertencias. Ni siquiera a las de los inflexibles norteamericanos, que no permitirían que sus aeronaves se pusieran en peligro. La administración Leonel dio hacia adelante y la de Hipólito Mejía hizo menos caso y empujó y empujó hasta concluir una obra, que nadie sabe, realmente, cuánto costó. Lo que sí se sabe es que pese a las pendejadas que se hablaron desde Obras Públicas y la Comisión Aeroportuaria, fijando hasta fecha para el inicio de operaciones, los gringos nunca autorizaron el asunto y las aseguradoras mucho menos…..

Hoy está el lío en pie. Quince días de plazo para desmantelar Herrera. Trasladar sus operaciones domésticas a la base militar de San Isidro y las internacionales a Las Américas y entregar el nuevo e infuncional aeropuerto a la Fuerza Aérea Dominicana. De todos modos, Maginito, no estaría de más que se dijeran las siguientes pendejaditas: 1) ¿Cuánto se adeuda a los contratistas de la Duarte? 2) ¿Cuánto se paga en tierras a dichos contratistas, es decir, cuántos metros cuadrados a cada acreedor y a como se estima cada metro cuadrado? 3) ¿Cuál es el área total del aeropuerto de Herrera? ¿Cuánto vale cada metro cuadrado allí? Y después que se pague a los contratistas o se les entreguen las tierras asignadas a ellos, ¿cuántos metros cuadrados quedarían disponibles? ¿Cuál sería el destino de esas tierras, si es que “sobran”?…

Mire, Maginito, sin duda, repito, que es muy justo pagar las deudas con los contratistas. Pero cualquier se pregunta, ¿por qué solo un plazo de quince días para desmantelar instalaciones como las que existen en Herrera y trasladarlas a una base militar que ahora será mixta? ¿Hay necesidad de que eso se haga con tanta celeridad, cuando el país es sacudido por tantos y tantos problemas, incluyendo una de las peores crisis que registra su historia de los últimos cincuenta años? Y, finalmente, dígame una cosa: se habla del peligro que representaría para las aeronaves civiles el operar en El Higüero? ¿Desaparece ese peligro, acaso, si las que operan son aeronaves militares? No, por nada. ¿Y que de la “proximidad” de las pistas de San Isidro y Las Américas?

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