Coctelera

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Como decíamos ayer»…  Querido Magino, gracias del alma para todas aquellas personas que han expresado preocupación por mi estado de salud en los últimos tiempecitos, así como sus deseos de pronta recuperación. Imposible mencionarlas a todas por su nombre. Eso sí, sería una falta imperdonable –aunque sea un asunto estrictamente personal– omitir la dedicación absoluta, la abnegación con que me han atendido mi compañera Matilde y nuestros amados hijos Jaime y Doris, Mario y Rosana y Emil y Yadixa.

Y bien, caro charlatán, vamos a lo que vinimos…  Las Naciones Unidas enviaron por estos lares a una parejita formada por Doudou Diene y Gay McDougall, para que investigara los cargos lanzados a la República Dominicana sobre supuestas prácticas de racismo, xenofobia, discriminación contra los inmigrantes y veinte mil firmas más. Los «relatores» han preparado su informe en el cual concluyen que los dominicanos somos racistas y otras cositas. Más o menos lo que dijo Diene en una reunión efectuada en Berna, Suiza…    Este buen señor  Diene es un senegalés que ha estudiado leyes y ciencias políticas solamente en Francia, no en su país natal. Dado que en Francia existen ghettos de inmigrantes, sería interesante conocer si Diene podría tildar de racismo o discriminación al país que le permitió lograr un título que el suyo le negó. De pasada, no es ocioso decir que Francia gradúa más profesionales senegaleses que el mismo Senegal, un país cuyos habitantes tienen un ingreso anual estimado en 700 dólares, un poquitín encima de Haití. A Diene, quien fuera funcionario de su gobierno, que representó en la Unesco, se le presenta una gran oportunidad de ayudar a los suyos. En Senegal, más de un 35 por ciento de los niños comprendidos entre las edades de siete y catorce años trabajan y entre esos niños, más de un cincuenta por ciento trabajan, laboran y no estudian. Pero con seguridad Diene piensa que el atraso de su país es producto de la «colonia», sin importarle mucho el hecho de que durante la «colonia» la situación económica de Senegal era mejor que la actual, regida por funcionarios corruptos…    Diene no puede ser un analista objetivo del racismo. No se ve, en su análisis, nada que no pueda ser su percepción preconcebida del mundo, de su mundo africano donde el fracaso no es culpa de Africa y los africanos sino del resto del globo terráqueo. Quienes así piensan llegan a la conclusión de que todo el mundo le debe a Africa y como la mayoría de los ciudadanos africanos son negros, quienes no reconocen la deuda son racistas. De igual forma, una élite en los países desarrollados explica el caso de Haití…   La desinformación en este asunto ha llegado al extremo de que cuando los dominicanos reclaman el libre ejercicio de su soberanía, son tildados de racistas. Hay que aceptar, porque así lo demandan todos los «dienes» del mundo, que el fracaso haitiano no es culpa de los haitianos. Es culpa de los dominicanos y los dominicanos tenemos que pagar. Es como decir que quien comete un crimen no es un criminal y que el verdadero responsable de ese crimen es el resto de la sociedad…  Diene no dice nada nuevo en su informe. Cacarea lo mismo en todas partes pero jamás se enfrenta a un hecho real y muy visible: República Dominicana es un país mayormente formado por negros y mulatos. Y en esa nación racista que ve Diene, se cuenta con un presidente de color, electo abrumadoramente por los ciudadanos dominicanos. Diene, pese a todo, no ve peligro en la existencia del supuesto racismo dominicano. En Berna, muy recientemente, el señor Diene manifestó que aunque «las autoridades suizas reconocieron la existencia del racismo (el dominicano) y de la xenofobia, éstas no lo ven como un problema serio». Hay más materialito sobre Diene…Mañana, si Dios así lo permite, vuelvo a la carga.

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