Coctelera…

Coctelera…

Sean mis primeras palabras, mi querido Maginito, para agradecer, de todo corazón, a las dominicanísimas Jode Norte y Jode Sur las tandas de apagones que nos ofrecen para acompañar un calor que manda madre y que es completamente gratis, el calor, porque todavía no han encontrado la forma de facturarlo a los usuarios.

No hay que averiguar las causas de los apagones. Eso no tiene importancia alguna, pues desde hace tiempo sabemos que estamos jodidísimos. Solo hay que dar las gracias y punto…

Magino, hay que referirse, asimismo, a distintas propuestas que se han formulado para honrar la memoria del recientemente fallecido ingeniero Juan Ulises García Saleta (Wiche), un auténtico precursor del olimpismo quisqueyano y cuyo paso por el deporte ha dejado hondas y positivas huellas. En primer lugar, hay quienes han propuestos que el Centro Olímpico de la capital sea bautizado con el nombre de García Saleta. Quienes formulan dicha propuesta, de la mejor buena fe, parecen ignorar que el Centro Olímpico lleva el nombre del ilustre fundador de la República, Juan Pablo Duarte. Ese nombre, pues, es sagrado, intocable. Otros piden, inclusive que se haga por ley, que el nombre del Estadio Olímpico lleve el de Juan Ulises García Saleta. Sería muy loable, pero ocurre que ese estadio fue bautizado, hace tiempo, con el nombre de Jaime -Capejón- Díaz, uno de los más brillantes atletas dominicanos de todos los tiempos, con hoja sobresaliente en atletismo, béisbol, fútbol y volibol, además de haber sido un entrenador de fuste y un hombre dedicado a la enseñanza deportiva en todas sus fases. Creo, Maginito, que lo más acertada es la propuesta de dar el nombre de García Saleta al complejo acuático del Centro Olímpico. Inclusive se puede recordar que fue el propio García Saleta, en sus funciones de ingeniero, quien dirigió la construcción de la alberca en que se efectuaron las competencias de natación y clavados durante los Centroamericanos y del Caribe de 1974. Honremos la memoria de quien honor merece, pero no nos dejemos guiar única y exclusivamente por la emotividad…

Una cosa que intriga a cualquiera: se habla de que no hay ni siquiera un borrador de reforma fiscal. Y uno se pregunta, entonces, por lo que se dijo hace algún tiempo, de que el gobierno por un lado y el Banco Central por el otro, habían contratado y muy bien pagado a técnicos nacionales y extranjeros para que prepararan el proyecto de reforma tributaria. )En qué estamos?…

Escuché por la televisión una declaración del embajador de los Estados Unidos, Hans Hertell: una de las cosas que más daño hace a la democracia dominicana es la corrupción. Que se prepare el embajador estadounidense para aguantar cajeta por haber dicho una gran verdad. Sí, carajo, eso es cierto, la corrupción aquí lo fuñe todo, no solo la democracia. Desde lueguito, hay que decir que se han tenido excelentes maestros, quienes llegaron en 1916 y entrenaron bien sus caballos. Volvieron en 1965 y prepararon nuevo personal. De que cuentan con excelentes discípulos, ni modo. Pero de que la corrupción nos requetejode, ni hablar…..El ingeniero Silvio Carrasco podrá no ser santo de la devoción de mucha o poca gente. Pero algo es muy cierto: el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) es un brillante expositor y tiene bien ganada fama de ser un técnico muy competente en su profesión. Cuenta, además, con un excelente sentido del humor y no fue por casualidad que se convirtió en la principal atracción del último almuerzo ofrecido por el Grupo Corripio de Comunicación Social. La exposición del ingeniero Carrasco puso los pelos de punta a quienes le escuchaban, pues no se anduvo con cuentos chinos para señalar el peligro a que nos exponemos por alegres e irresponsables. Pata para el ingeniero…

Flaco servicio haría al país el senador Tonty Rutinel, del PRD, si mantiene su posición: que renuncien los miembros de la Cámara de Cuentas o dirá cuanto sabe de irregularidades cometidas allí. La obligación moral del senador Rutinel es aportar cuantas pruebas posea de esas denunciadas irregularidades y contribuir a que la Cámara de Diputados haga la investigación a que está obligada. No se puede andar con medias tintas en este asunto. Nos solidarizamos, por tanto, con el reclamo que formula El Nacional en su edición de ayer. El silencio de Rutinel a nadie beneficiará.

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