Coctelera

Coctelera

Bien, querido Magino, a doblar el lomo se ha dicho, si es que lomo le ha quedado a usted en buenas condiciones para soportar las pesadas cargas del trabajo. ¿O se identifica usted, acaso, con ese buen señor que disfruta tanto de la Semana Mayor, que se atreve a pedir una prórroga de la misma, dado que no es médico para poder luchar, descansadamente, por sus reivindicaciones, durante tres días a la semana y durante varias semanas del añito?…

Las gracias, Maginito, al gobierno de Venezuela por el envío de par de helicópteros para combatir incendios forestales, así como también de los técnicos en la materia. Buena muestra de solidaridad del régimen del presidente Hugo Chávez Frías…

Maginito, se afirma que mañana martes, los senadores pepeachistas se aprestan a aprobar la ley de bonos, para que después no digan que ellos hicieron fracasar los acuerditos con el FMI. Pero aún así, no hay dudas de que los legisladores perredeístas que tienen el dominio del Senado están afectados por el virus del divisionismo. Como decía también un altísimo dirigente perredeísta «ya veramos lo que hagamos cuando lleguemos»…

Nicaragua, mi querido viejo, se prepara para destruir unos mil cohetes Sam, de tierra-aire, que tiene en sus arsenales. ¡Qué malo es ser chiquito y con los glúteos al aire! Aun cuando esos cohetes Sam –¿serán familiares del Tío?– no sirvan para nada, ¿no pueden los nicas donarlos, digamos, a quienes les vendieron esa vaina en vez de facilitarles medios para mejorar la salud y la educación?…

Por cierto, Maginito, vemos que la agresiva doña Condoleezza Rice, secretaria de Estado del imperio, concluye su periplo asiático, haciéndole «advertencias» a Corea del Norte y a China. ¡Qué ganas de joder la pista! Los coreanos, los del Norte desde luego, tienen los juegos más pesados que el carajo…

Y ya que hablamos de Asia, mi querido Maginito, tenemos entendido que el Presidente Leonel Fernández agotará una gira de un par de semana por Taiwan, Japón y singapur. Aquí si cabe lo de que agotará, pues la gira es agotadora. ¿Qué decir de este viaje? Bueno, viejito verde, permanecer unos catorce días fuera del país no es pendejadita, con un horno local que no está para galletitas. Pero mantenerse al margen del nuevo estilo mundial es otra cosuanita. Por ejemplo, ir a Taiwan y a Singapur, omitiendo a Japón, no es un maní en la época actual. Japón es, sin duda alguna, un gran aliado de la pequeña nación dominicana. Sus donativos, en estos días, pasan de los 75 millones de dólaritos. De Taiwan nada nuevo hay que decir, pese a la embestida muy realista de la China Continental. Y cuando de los tigres asiáticos se habla, ¿cómo ignora a Singapur?…

Hace unos cuantos días, a través de la televisión, escuché unos comentarios relacionados con la muerte del humorista dominicano Rafael Tavarez Labrador, conocido como Paco o Don Paco Escribano. Se afirmó que Don Paco murió a consecuencias de una golpiza que le fue propinada por agentes de la dictadura de Rafael L. Trujillo. Mire, Maginito, alrededor de la muerte de Don Paco hubo quienes trataron de crear una especie de leyenda, pero parece que está bastante claro que el humorista murió, en Puerto Rico, debido a severos problemas renales. Si la memoria no me falla en este instante, creo que el doctor Angel S. Chan Aquino ha escrito sobre el particular…

En cuanto a lo de la golpiza, hay quienes aseguran –y parece que es cierto– que en la casa de don Paco, en Villa Duarte, se daban cita la esposa de un desteñido hermano de Trujillo y su amante. Eso provocó, se comentaba, la ira del hermano burlado y este logró que Don Paco fuera atacado y golpeado. Pero eso, al parecer, nada tuvo que ver la muerte del humorista. ocurrida creo que en 1960. Si Paco Escribano hubiera sido muerto, por «cuestiones políticas», no se hubiera tolerado que se recibieran sus restos en la forma que se hizo. «La Nación» de la época, en un amplio reportaje suscrito por el periodista Gustavo Guerrero, es el mejor testimonio del acto. En cuanto a la «rebeldía» de Paco Escribano contra el régimen, eso es un puro cuento chino. El, cierto es, lanzaba sus paradas de algún doble sentido, especialmente contra Petán Trujillo, y varias veces fue detenido, pero en los momentos más difíciles para la oposición trujillista, Don Paco Escribano se inscribía en el lado contrario. ¿O es que nadie recuerda ya «Cero Invasión»? ¿O de los comentarios en «La Bola de Cristal?

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