Coctelera

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¿Qué tal, viejo verde? Ayer, desde que se supo que la designación de Miguel Angel Velázquez Mainardi como embajador en Chile había sido colocada en la agenda de la Cámara Alta, se podía apostar que era un clavo pasadito la aprobación senatorial de la cosuanita. El Senado, controlado por el perredeísmo de oposición, nunca había puesto en agenda esa designación y procediendo así, con habilidad maquiavélica, se negaba a dar su visto bueno para que el permanente Fuñi-Fuñi viajara a la América del Sur como jefe de una misión de gran importancia. Anoche, tal y como se esperaba, el punto fue conocido y aprobado por 16-8, según informes. Esta aprobación también quita algo de presión al pugilato del pepeachismo perredeísta con sectores gubernamentales. Lo real de todo esto, viejo Magino, es que Velazquito va hacia Chile y nos dejará descansar por un tiempo. Desde luego, viejo querido, eso no quiere decir que dejemos de desear un feliz viaje al amigo y muchos éxitos en el ejercicio de sus funciones, pues capacidad para lograrlo tiene de sobra…

Maginito, leemos un anuncio dirigido al presidente Leonel Fernández, en el cual una asociación se queja de que sus miembros son víctimas de abusos y excesos por parte de funcionarios del gobierno. Cada uno, viejo carajete, escribe como le viene en gana, pero jamás entenderé que se necesite ser tan cobero para reclamar lo que se consideran derechos adquiridos. Es más, es tanta la coba que se le da al Ejecutivo, que no me sorprendería que éste, en algún momento, piense que lo desean tomar a broma. Por cierto, viejito vagabundón, los dueños de traganíqueles afirman que si les quitan sus máquinas de los sitios públicos, unos 80,000 quedarán sin trabajo. Pero, don Magino, ¿es qué en este país no se trabaja, pues centenares de miles viven de la venta de billetes, quinielas, fracatán y demás vainas que revientan a los infelices que pagan más impuestos que el carajo a la esperanza? Es más, tengo entendido que se forma por allí un grupo para proclamar que junto a la “economía de servicios” el juego de azar es el sostén de la República. La verdad de la verdad, viejito sinvergüenzón, es que si el azar es el sostén, nos gustaría ver la República con los senos al aire libre…

Mucha gente contenta en el Cibao, pues se afirma que las lluvias han apagado varios incendios. Por algo decía el doctor, también, que la lluvia era el mejor secretario de Agricultura…

Creo que es justo, muy justo, mejorar el salario a los efectivos de la Policía Nacional. Como es muy justo, también, especializar ese cuerpo cada día más. ¿Cómo se puede pretender que un policía viva con poco más de dos mil de los hediondos? Eso había que cambiarlo y el presidente Fernández lo cambió. ¡Palmas para él por eso! Ahora bien, Magino, con serenidad y buen juicio, oportuno sería estudiar a fondo la necesidad de mejorar los sueldos de los médicos. Creo desacertado decir eso de que los médicos no constituyen grupo alguno de excepción. Sí lo constituyen. Cuanto ocurre es que los médicos deben canalizar mejor sus energías en sus reclamos de aumentos salariales. Los dirigentes gremiales tienen que tirar la demagogia de lado y joder menos la pista. Los médicos están muy mal pagados y ellos son ciudadanos que tienen que ser cuidados por toda la nación, pues superimportante es el servicio que tienen que prestar a la colectividad. Lo que no apoyamos en el gremio médico es que se considere el papaúpa de la matica, con huelgas por todos lados, huelgas que no conducen a parte alguna y sí crean ronchas… 

Muchas declaraciones y muchos comunicados de prensa, de particulares, deplorando la muerte del Papa. Por eso la pata hay que anotarla a Chichao Angustia, que fue el primero en hacerlo en un anuncio pagado que salió en HOY…

Varios actos se efectúan para conmemorar los 60 años de la existencia de las relaciones diplomáticas entre Rusia y la República Dominicana. Hoy todo es normalidad, caro Magino. Pero siempre no fue así. Para el Centenario de la Independencia de la República, en febrero de 1944, al país vino una misión de la Unión Soviética. Al año siguiente se establecieron las relaciones diplomáticas, y tengo entendido que el gobernante de entonces, Rafael L. Trujillo, nombró a don Enrique Marchena Dujarric como embajador en Moscú. Marchena hablaba ruso. Sin embargo creo que nunca fue a Moscú a presentar cartas y la guerra fría se encargó del resto.

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