¿CODACSA, qué pasa?

¿CODACSA, qué pasa?

Como ya es muy manida la frase: “este es un país muy especial” debemos cambiarla, por una lapidaria que exprese: “en este país, todo el mundo hace lo que le viene en ganas”.  Traemos a colación  esta última exteriorización al comprobar la desidia y falta de coordinación con que se construye la “autopista” Santo Domingo-San Pedro de Macorís-La Romana, de parte de la constructora española CODACSA.

Si bien es cierto que tiene un buen servicio de asistencia vial a los conductores que por problemas con sus vehículos necesitan ayuda, sea servicio de grúa o ayuda mecánica ligera, no es menos cierto que en cuanto al asfaltado han incurrido en graves anomalías.  Es inconcebible que esta autopista, entrada principal a la ciudad primada de América, tenga tantos baches en el afirmado, sin que los mismos sean reparados de inmediato.

En el retorno a Santo Domingo desde Boca Chica, a la altura de La Caleta, han dejado unos escalones en el asfaltado, que cuando está lloviendo han causado accidentes por la caída improvisada del vehículo en un plano inferior, lo cual tiende a desviarlo hacía el que le queda al lado.  Asimismo, en un arranque de solidaridad populista, han dejado unas aberturas dentro del muro New Jersey, para que las motocicletas y los peatones puedan atravesar la pista, lo cual ha causado atropellos a peatones y colisiones con motocicletas que no se esperan salgan de un muro separador.

Han salido varios reportajes sobre el robo de las barandillas protectoras que impunemente han desaparecido y, sin embargo, CODACSA no ha podido impedir el hurto de las mismas, las cuales por su estructura son fácilmente reconocidas y sólo hay que hacer un pequeño ejercicio de rastreo para dar con su paradero.  

Ahora bien, donde esta compañía -la cual se dice que está construyendo esta importante obra con el dinero recaudado por el pago del peaje- está cometiendo el mayor abuso contra los viandantes, es en el tramo de apenas 8 kms. desde el cruce de Hato Mayor hasta el empalme con la antigua carretera La Romana-San Pedro de Macorís.  Lo peor del caso es que ya existe el afirmado en caliche, sólo espera por el asfaltado. El tramo, aunque relativamente pequeño y de mayor peligrosidad, lo constituye el comprendido entre la salida del Puente Guido Gil sobre el río Higuamo y el frente del Hotel Nueva Romana, en el cual hay que hacer un giro abruptamente que puede ocasionar una colisión con los vehículos que provienen desde La Romana.  Este trecho, menor de un kilómetro de distancia, es sumamente peligroso sobre todo de noche, ya que por general los vehículos vienen a velocidad y se encuentran de repente con el estrechamiento del carril de rodamiento. Aprovechamos la ocasión para denunciar de nuevo, el robo de las lámparas solares que iluminaban el puente sobre el río Higuamo y que prácticamente fueron robadas poco a poco, casi después de su inauguración.  Esto confirma la tesis: los bienes del Estado no tienen dolientes.

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