Coerción a libertad de expresión, Gagá y prensa…

Coerción a libertad de expresión, Gagá y prensa…

La libertad de expresión incluye no solo la construcción de opinión pública desde la prensa escrita, radial o televisiva sino también: celebraciones mágico-religiosas, respeto a la diversidad de opciones sexuales,  control del cuerpo y estética, manifestaciones artísticas,  prácticas de cultura juvenil y otras…

La libertad de expresión es uno de los ejes que sustenta la democracia. Cuando se reprime una de sus manifestaciones significa retroceso democrático y fortalecimiento del autoritarismo político y social.

Muchas manifestaciones de libertad de expresión se coartan cotidianamente sin ser visibilizadas ni denunciadas.

Nuestro análisis se reduce a dos manifestaciones: la prohibición de la celebración del gagá en El Seybo y la represión a la libertad de prensa con cierre de programas televisivos y persecución a informantes de reportajes investigativos (caso Nuria Piera).

1. Prohibición de la celebración del Gagá.

 El Jueves Santo se prohibió la salida del Gagá en El Seybo. Los agentes policiales impidieron la celebración del gagá que desfilaba en las calles de la ciudad con sus atuendos e instrumentos. El Gagá está presente en nuestra historia desde principios del siglo XX según registran distintos autores.  

Según antropólogos y sociólogos (Deive, Andújar, Tejeda, Aracena y Rosemberg) dedicados al estudio de nuestro folklore, el gagá responde a un complejo sistema mágico-religioso resultado del sincretismo afrocaribeño y dominico-haitiano en el contexto socio-económico del ingenio. El Gagá se celebra en Semana Santa en muchas comunidades y provincias donde ha desaparecido el ingenio (caso de Haina) con peso significativo en nuestra cultura.  Población joven dominicana y dominico-haitiana lo mantiene.

2. Represión a la libertad de prensa.

En los últimos años se ha recrudecido el uso de métodos sutiles para reprimir la libertad de prensa con el cierre de programas televisivos y radiales en distintas provincias y en Santo Domingo que mantienen una línea crítica, utilizándose múltiples excusas que esconden las reales causas. Esto ocurrió recientemente con el programa de Marcos Martínez, programa “Atalaya” de Onda Musical y muchos otros en distintas provincias del país. Igualmente ocurre con las denuncias recientes de Nuria Piera sobre los expedientes de corrupción del Senador de la provincia de San Juan. La presión política hacia Nuria Piera es recurrente  los últimos años (ocurrió con Alicia Ortega, Marino Zapete y otros) extendiéndose hacia sus informantes con allanamientos ilegítimos e injustificados.

Cada día emergen fantasmas de los 12 años de Balaguer y  la era trujillista con estas prácticas. Se evocan las sanciones sociales bañadas de intolerancia con epítetos como “brujería”, “atentado a las buenas costumbres”, “atentado a la seguridad del Estado” que se engrosan con el silencio y la indiferencia de la justicia y la sociedad civil.

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