Cofres y baúles

Cofres y baúles

Cajas, cofres y baúles pequeños, de diferentes épocas y procedencias étnicas, han recobrado actualidad. Están nuevamente de moda porque, además de servir para guardar múltiples objetos –colecciones de relojes, joyas…,– son decorativas. Regalar cajitas policromadas resulta elegante y refinado por su total integración en cualquier estilo decorativo.

Las cajas, cofres y pequeños baúles, tan demandadas en el pasado, prácticamente habían desaparecido del entorno hogareño. A mediado del siglo pasado la mayoría de las familias se desprendieron de ellas al dejar de serles útil.

La introducción de grandes muebles de fórmica la convirtieron en innecesarias. Ahora, con el auge del interiorismo decorativo, han regresado al hogar con más fuerza que nunca.

Actualmente están confeccionadas para que resulten prácticas y funcionales. Las modernas cajitas policromadas, además de servir para guardar «cosas» como elementos decorativos, no tienen competencia. Están diseñadas para poner una nota de color en el ambiente.

Aunque por su fuerza decorativa las más demandadas son las policromadas, las hay de múltiples materiales: de cristal de Bohemia, de cerámica, de madera pintadas, etc., y lo más importante, en la actualidad son mucho más que simples contenedores. Las modernas cajitas que llegan al mercado son obras de arte.

 Pues, al margen de su funcionalidad, su carácter ornamental resulta decisivo en el momento de elegirlas como elemento de decoración. Algunas incluso aparecen decoradas con objeto de ficción o alegóricos y reminiscencia religiosa.

Actualmente el mercado ofrece cajitas policromadas de diferentes formas, tamaños y, todas, susceptibles de ser empleadas en múltiples usos. Hay infinidad de propuestas, desde pastilleros, joyeros, zapateros, costureros…, hasta simples contenedores para almacenar toda clase de artículos. Todas tienen en común un particular decorado.

Existen cajas antiguas de madera que los artistas orientales han recuperado y redecorado, frente a ellas se encuentran las fabricadas con patrones antiguos y materiales modernos. Se distingue una de otra por el precio de salida al mercado. Las verdaderamente antiguas suelen tener precios prohibitivos para el comprador medio.

Cómo restaurar una caja antigua

La importancia del renacimiento de las cajitas radica en que éstas no regresan al seno del hogar sólo como elementos decorativos o para almacenar objetos varios, sino también como una nueva forma de terapia.

Psicólogos y profesionales terapéuticos están recomendando, a quienes sufren de ansiedad, estrés o angustia, la realización de trabajos manuales donde intervenga la mente.

Para pintar y decorar cajitas es necesario emplear la imaginación. Es una de las tareas manuales donde más interviene la mente a través de la creación de imágenes, de fantasías. La actividad mental está garantizada cuando se adquiere el hábito de transformar simples cajitas en obras de arte.

La mejor prueba de ello es la proliferación de talleres de restauración surgidos en las grandes ciudades en las últimas décadas. Cada vez son más los terapeutas que recomiendan a sus pacientes iniciarse en el arte de decorar cajitas como una forma de relax.

Está demostrado que el trabajo de restauración y policromía no sólo relaja la mente, sino que también suministra energía positiva al cuerpo. En virtud de una serie de pasos previos que hay que dar, antes de iniciar la restauración de la pieza, el espíritu de los individuos se activa influyendo en los demás elementos del organismo, éstos se reactivan y adquieren así la alegría que le faltaba al cuerpo en general.

Pasos previos antes de iniciar la restauración y decoración de cualquier pieza de madera, en especial de una cajita antigua policromada:

  1. Revisar detenidamente la madera con el fin de comprobar si se encuentra afectada por algún organismo extraño o desperfectos técnicos. Si las juntas están desencajadas o flojas ajustarlas bien con cola o pequeños clavitos antes de pasar al siguiente paso.
  2. Una vez reparada, preparar la madera antes de proceder a su decoración. Por ejemplo, si ésta se encuentra deteriorada debido al carcoma, lo primero que ha de hacer es aplicar un tratamiento especial –de venta en cualquier droguería– durante 40 días.

Colores predominantes

Transcurrido este tiempo, debe realizar una imprimación para tapar los poros de la madera y, a continuación, realizar un pequeño lijado. Elija una lija fina.

Después de superada esa fase, aplique dos manos de pintura del color del fondo con sus correspondientes lijados.

La pintura ideal en estos casos es la acrílica de alta viscosidad. Una vez pintada, aplique a la madera una veladura con una esponja marina o una brocha.

Para la decoración elija un pincel fino, le permitirá muchas más posibilidades creativas. Podrá estampar en ella desde flores y guirnaldas, hasta paisajes y figuras. Por último, se patina la pieza al óleo y se acaba a la cera virgen.

No olvide que, en la decoración de este tipo de piezas debe cuidarse tanto el exterior como el interior. Es decir, el interior de estas cajitas también se suele decorar y, dependiendo del destino que se le vaya a dar forrarlas o no.

Si opta por forrarla por dentro sepa que los colores más comunes son el dorado, berenjena y azules como fondo y, para la decoración exterior tonalidades del verde, rojo, rosa, turquesa veneciano y plateado.

En cuanto a los motivos, las flores y marineros, así como los paisajes. Algunas piezas antiguas tienen cerraduras; otras, doble fondo que incorporan un cajón secreter, en ambos casos es recomendable repararlo antes de iniciar el trabajo de decoración.

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