Coincidencia sobre la importancia de la  educación artística en Francia

Coincidencia sobre la importancia de la  educación artística en Francia

Obviamente el arte no era el plato fuerte para convencer y conquistar al electorado, y ciertamente se manifestaron mucho menos disidencias y virulencia que, por ejemplo, en los problemas de la seguridad, de la inmigración, el empleo, la riqueza o la ecología

POR MARIANNE DE TOLENTINO

Las doce personalidades femeninas y masculinas -aunque al parecer hubo una excepción negativa- que se presentaron en la primera vuelta, emitieron opiniones y expresaron algunas promesas en caso de llegar a la primera magistradura, con bastante cautela, hasta con puntos de consenso, de la extrema izquierda a la extrema derecha.

Obviamente el arte no era el plato fuerte para convencer y conquistar al electorado, y ciertamente se manifestaron mucho menos disidencias y virulencia que, por ejemplo, en los problemas de la seguridad, de la inmigración, el empleo, la riqueza o la ecología.

Ahora bien, si se trata de la salida de volúmenes políticos, casi todos en torno a personalidades, sucesos y experiencias del gobierno que finaliza, o análisis y testimonios de los candidatos a la presidencia, nunca ha habido una producción tan grande y con tantos lectores -11 sobrepasan los 100,000 ejemplares- ¡Quien triunfe tendrá la obligación de reciprocar el interés del público, de favorecer la edición y el libro!

Las preguntas

Aunque varios periódicos y revistas inquirieron acerca de la posición de los candidatos en el ámbito de la cultura y el arte, fue Le Journal des Arts ( El Diario de las Artes) que,  con siete preguntas, solicitó respuestas reflejando en principio la íntima convicción de los  postulantes y sus perspectivas de acción.

Los temas a comentar eran los siguientes:

-El papel del Ministerio de la Cultura y su presupuesto, así como su apoyo a la creación contemporánea, incluyendo el papel del artista en la sociedad.

-Los planes de reforzamiento de la educación artística, el diálogo con el Ministerio de la Educación Nacional y el desarrollo de la enseñanza artística en la escuela;

-El llamado al sector privado y el mecenazgo para el financiamiento de las acciones culturales.

-La instauración de ventajas fiscales para estimular el mecenazgo y la conveniencia de exonerar las obras de arte del pago del Impuesto Sobre la Fortuna (ISF).

-Cómo mejorar la democratización cultural y el acceso a la cultura;

-Un juicio acerca de los grandes proyectos culturales que se están realizando en Francia;.

-Finalmente se preguntó al candidato si coleccionaba obras de arte, en qué categoría y especialidad, cuáles eran la exposición reciente y el museo  que preferían,  así mismo cuál era su artista predilecto.

La última pregunta, por tocar asuntos personales, fue la menos respondida, a pesar de que era la menos comprometedora en el plano colectivo. Cada entrevistado expresó un común acuerdo acerca de la necesidad de estimular la adquisición de obras de arte mediante exoneraciones fiscales, y ello por cada una de las personalidades, cual sea su color político, con muy leves variantes. Por supuesto, la encuesta se hizo individualmente.

La segunda vuelta

Como ninguno de los doce candidatos a la presidencia era artista o vinculado profesionalmente a determinadas disciplinas de las bellas artes, el énfasis se puso naturalmente en las opiniones de los dos políticos, que, el 6 de mayo, se enfrentarán en la segunda vuelta: Ségolène Royal -del Partido Socialista (PS)- y Nicolas Sarcozy -de la Unión por un Movimiento Popular (UMP)- Otra interpretación posible es que ambos se extendieron más en sus respuestas y aceptaron contestar a cada interrogante, mientras algunos se mostraron escuetos y solamente trataron parte de los temas culturales propuestos.

Para Ségolène Royal, que se refiere con frecuencia a los años 80 y a Jack Lang , el Ministerio de la Cultura debe tener una acción pública nacional más pronunciada, pero teniendo en cuenta las colectividades territoriales. Precisa que «el primer objetivo de una política cultural consecuente es volver a dar márgenes de maniobra financieras a las instituciones culturales, a las asociaciones, a los artistas». Se muestra partidaria de un mercado del arte dinámico con galerías emprendedoras, para los jóvenes artistas en particular, y piensa que, colaborando, el Estado puede contribuir a devolver a Francia su posición internacional en ese campo.

En cuanto a las ventajas fiscales, y concretamente la exoneración de las obras de arte respecto al impuesto sobre la fortuna, Ségolène Royal cree que debe mantenerse, y que el mecenazgo de empresas y particulares para sostener proyectos artísticos debe ser favorecido fiscalmente por el Estado, sin que signifique disminuir sus  responsabilidades de principal promotor de la cultura. Insiste en la necesidad de mejorar y generalizar la educación artística en las escuelas como una prioridad fundamental, compartida entre los Ministerios de Cultura y de Educación. Se muestra bastante satisfecha del acceso a la cultura en Francia y no lo considera un fracaso, aunque preconiza una mayor diversificación social y una evolución teniendo en cuenta la transformación de las prácticas y los hábitos de consumo. Aprueba las grandes operaciones y construcciones artísticas, siempre que beneficien a la vida cultural en conjunto

Para Nicolas Sarcozy, que se expresa más en términos personales y tajantes, el Ministerio de Cultura debe contar con mayores medios financieros, gastar menos en el funcionamiento ministerial y aumentar «la ayuda a la creación y a la difusión». Estima esas ayudas necesarias para descubrir nuevos talentos y renovar los estilos, pero evitar un arte oficial y confiar la atribución de las ayudas a expertos, artistas y representantes del público.

Partidario de una mejor y mayor enseñanza artística y cultural en las escuelas -que se impartiría entre las enseñanzas fundamentales-, cree que los Minsterios de  Cultura y Educación deben trabajar más juntos. El observa que «son siempre los mismos que leen, van al cine, al espectáculo, a los museos» y estima que actualmente el acceso al arte y la cultura es limitado. Considera que el museo es «la puerta de entrada a la cultura», que Francia debe seguir construyendo grandes museos, que se debe favorecer la difusión del arte contemporáneo en las regiones. .

 Respecto al mecenazgo, Nicolas Sarcozy cree absolutamente necesaria la participación del sector privado y la sociedad civil al financiamiento de la cultura, como complementaridad del respaldo oficial y para desarrollar nuevos proyectos culturales. Por tanto favorece otorgar ventajas fiscales estimulantes y puntualiza que se mantenga la exoneración del impuesto sobre la fortuna a la adquisición de obras de arte.

Si la preferencia por una obra de arte o un artista, puede retratar la personalidad, de eso hay algo en las preferencias expresadas por Ségolène Royal y Nicolas Sarcozy. La primera confiesa, en escultura, «una debilidad por Camille Claudel» -o sea femineidad y sentimiento- y, en pintura, «una gran admiración por Pierre Soulages» -artista de avanzada radical-.

El segundo elige una escultura de Giacometti: «‘El Hombre que camina’ es una obra que me fascina por la audacia de su concepción, su soledad, su determinación». Un comentario sobraría.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas